Desde 1992, cuando Mia Farrow le acusó de abusar sexualmente de su hija Dylan, Woody Allen ha sido una figura detestada por gran parte del movimiento feminista. Y eso conlleva consecuencias tan peculiares como el boicot que el director neoyorquino y su New Orleans Jazz Band sufrieron anoche en Hamburgo. La actuación de Allen en la Filarmónica del Elba, la sala de conciertos más importante de la ciudad hanseática, fue interrumpida por dos activistas de la organización Femen, que subieron al escenario en topless e increparon al público.
Según detalla Variety, las dos mujeres llevaban escritas en el torso frases de una carta abierta de Dylan Farrow, publicada en 2014 por The New York Times. En dicho documento, la hija de Allen describía los tocamientos a los que presuntamente la sometió su padre, y exigía justicia. De acuerdo con las activistas, su intención al reventar el concierto era "dar voz a las víctimas de la violencia sexual".
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