Cannes 2017: Las lecciones de Clint Eastwood

Durante la masterclass que dio en el Festival, el director de 'Sin perdón' confirmó que volverá a actuar.
Cannes 2017: Las lecciones de Clint Eastwood
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Cannes 2017: Las lecciones de Clint Eastwood

Todo aquel que quisiera acudir a la masterclass de Clint Eastwood en el Festival de Cannes sabía que le esperaba una larga cola. Solo le salvaría algunos minutos estar en lo más alto de la jerarquía de acreditados. Y aun así. La hora programada para que el director de Sin perdón y Gran Torino hablara de su carrera, de cine, de vida era demasiado tentadora en una agenda siempre plagada aquí.

Quizá deliberadamente, Eastwood decidió que el marco del Festival no era el lugar para hablar de política. Y no lo hizo subido al escenario de la Sala Buñuel, mientras el periodista del LA Times, Kenneth Turan, le hacía preguntas sobre su carrera. Algo de carnaza política, un Trump por aquí o un Trump por allá esperábamos en Cannes, especialmente el día que por aquí andaba Al Gore presentando su nuevo documental, An Unconvenient Sequel; y también Gobernator, Arnold Schwarzenegger, presentando fuera del certamen otro documenta sobre la vida marina. Pero lo más cercano que hizo Eastwood a un comentario político fue reflexionar sobre Harry, el sucio. Esperábamos alguna lección más, algún titular más potente, pero esta leyenda, como tantos de sus personajes es de pocas personas, habla con su cine. Aun así, ahí va un resumen de lo que dijo:

Basta de corrección política

Según Eastwood, el estreno de Harry, El sucio fue el principio del fin de la incorrección. "Era mucho en esa época, así que se la llevé a Don [Siegel] y le gustó", recordó. "Mucha gente pensó que era políticamente incorrecta. Ese fue el principio de la era en la que estamos ahora con la corrección política. Nos estamos matando, hemos perdido nuestro sentido del humor. Pero yo pensé que era interesante".

La interpretación nunca se abandona

Aunque en los últimos años ya no parecía interesado en su trabajo como actor, y lleva sin ponerse delante de la cámara desde su filme sobre béisbol, Golpe de efecto en 2012, ayer reconoció que lo echaba de menos "de vez en cuando aunque no con demasiada frecuencia". Pero sí con la suficiente para confirmar que volverá a interpretar en algún momento. "Lo hice durante mucho tiempo, y lo volveré a hacer en algún momento".

Cannes 2017: Las lecciones de Clint Eastwood

"El cine es una forma artística emocional, no una forma artística intelectual"

Así explicaba su pasión por el cine que empezó siendo un niño cuando ya entonces su género favorito era el western. "¿Mis ídolos? Gary Cooper, John Stewart, John Wayne...", contó. Y para explicar su pasión lo comparó con el golf: "Me gusta jugar al golf, pero no quiero tener que jugar al golf. Lo mismo me pasa con dirigir".

Sus maestros

Dedicó un rato a hablar de las dos personas a las que considera sus dos mentores en el cine: Don Siegel y Sergio Leone. "Sergio tenía una forma diferente de ver las cosas en alcance y tamaño de las películas. Aprendí mucho de él", explicó. "Don Siegel era extremadamente eficiente, era más rápido que nadie que haya visto, pero es porque él pensaba muy rápido".

Y siguió hablando un poco de su propio proceso como dirección, cuánto le gustan los sets "tranquilos" y sin dramas. Aunque no es él quien manda callar en los sets, sino su ayudante de dirección. Dijo también que no es verdad que hiciera las menos tomas posibles. "Me gusta hacer una primera toma. Me gusta ver el mecanismo de las caras de los actores la primera ver, ver lo que sale de sus bocas. Si funciona en la primera, todo el mundo está en un buen ánimo: Okay, vamos hacia algún sitio".

Sigue tus instintos

Es lo que ha hecho toda su vida como cineasta. "Tus instintos son a veces mejor que tu intelecto", explicó. "Intelectualizar, o pseudo-actualizar, te metes en una caja".

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