[Cannes 2017] No te comas a Totoro, por favor

Con 'Okja', Bong Joon-ho presenta un cuento familiar de mensaje vegano, personajes memorables, adrenalina y un candor animal que recuerda a lo mejor de Ghibli.
[Cannes 2017] No te comas a Totoro, por favor
[Cannes 2017] No te comas a Totoro, por favor
[Cannes 2017] No te comas a Totoro, por favor

¿De qué se habla hoy en Cannes? Por si la polémica de Cannes con Netflix daba para poco, la primera proyección en competición de una película producida por la plataforma ha estado caldeada con pataleos, pitidos y abucheos desde el patio de butacas. Primero, dirigidos alternativamente hacia el logo del festival y el de Netflix; luego, como protesta porque Okja ha comenzado a proyectarse con un formato erróneo, perdiendo imagen por encima de la pantalla. Así, hasta diez minutos. Como debut de una producción VOD en el festival de cine más importante del mundo, no está nada mal. El pobre Bong Joon-ho seguramente preferiría que más bien se hablara de su película en sí, pero bueno.

¿Qué películas has visto? Ya sea por esos motivos extracinematográficos o no, Okja es lo más comentado del día. Después de las tiranteces con los Weinstein por el corte final de Snowpiercer, Bong Joon-ho se ha lanzado a los brazos de Netflix para trabajar con libertad en su nuevo proyecto y el resultado no podría estar más cerca de un provechoso acuerdo creativo. Por un lado, Netflix obtiene una película familiar, eficaz, trepidante y con emoción, de mensaje ecológico explícito y llena a rebosar de personajes memorables. Mientras, Bong tiene la oportunidad de visitar un subgénero particularmente querido del cine popular coreano: los cuentos de amistad entre una niña y una gran bestia. Por algo fue la plantilla escogida en 2013 para la primera película de la industria coreana rodada en 3D: Mr. Go, la historia de un gorila estrella de beisbol.

Okja no se posiciona lejos de esa faceta lúdica, aunque también quiere dejar claro su mensaje ecologista y contra el maltrato animal en la industria alimenticia. La criatura llamada Okja, a medio camino entre un cerdo gigante con carra de perro bueno y boca de hipopótamo, es un producto de manipulación genética desarrollado por una gran corporación multinacional para vender su carne. Tilda Swinton y Jake Gyllenhaal se recrean en sus tics más caricaturescos al interpretar a los villanos de la función, decididos a separar a la protagonista Mija (An Seo-hyun) de su cuadrúpeda mejor amiga llevándosela de las montañas de Corea del Sur donde se ha criado hasta Nueva York, todo como parte de una campaña de relaciones públicas. Este es uno de los grandes aciertos del filme de Bong: exponer con su paradójica crudeza cómo se construye la empatía hacia unos animales creados exclusivamente para el consumo humano.

Así, gran parte de la película consiste en recuperar a Okja de manos de la malvada Mirando Corporation. Para ello, Mija cuenta con la colaboración de un hilarante grupo ecoterrorista dirigido por Paul Dano que demuestra, una vez más, la facilidad de Bong para presentar personajes de manera memorable. La irrupción de esta panda (donde también están Steven Yeun y Lily Collins) lleva la película por derroteros de aventura desenfadada que recuerdan al frenesí tonal de los grupos humanos de Ghibli, anudando la evidente inspiración de Okja en dos pilares de Hayao Miyazaki como son el candor nada sentimentaloide de Mi vecino Totoro (con cita visual incluida) y la lucha por la libertad de El viaje de Chihiro (hay evidentes similitudes entre la villana de Swinton y Yubaba).

Si habías olvidado The Host, Bong Joon-ho te recuerda que lleva diez años siendo uno de los mejores directores de cine industrial con raíz de serie B, en el mismo eje de coordenadas que Joe Dante o, sí, John Carpenter. Llevando aún más lejos la filiación, habrá quien considera lesivo (?) equiparar a alguien con Steven Spielberg. Para los que entendemos por qué es un elogio, tenemos en Okja una película que podría ser la E.T. de próximas generaciones; la de esos millones de niños que la verán en sus casas, no en una sala de cine.

La imagen del día: Jeanne Balibar analizando, copiando y mimetizando los gestos de la cantante Barbara, dando vueltas a los dedos de su mano mientras canta al piano, dentro de una habitación con espejos y la proyección de una actuación original de la artista parisina. Uno de los momentos más cautivadores de la poderosa, poliédrica y excesiva Barbara, el filme biográfico de Mathieu Amalric sobre la cantante de Dis, quand reviendras-tu? que ha inaugurado la sección Un Certain Regard.

¿Qué esperas de mañana? Lo espero todo de esta tarde, que todavía no he visto a Claire Denis (¡dicen que con su película más Hong Sang-soo! #memuero) y Philippe Garrel.

Palmómetro: Ya que Okja ha sido descartada de facto por el presidente del jurado (¿o qué si no?), hay que seguir apostando por Wonderstruck dentro del palmarés. Pero es que el resto de la competición no lo ha puesto fácil, a no ser que la mezcla de drama de refugiados y superpoderes propuesta por Kornél Mundruczó en Jupiter's Moon haya seducido a Will Smith, que todo puede ser.

Mostrar comentarios

Códigos Descuento