[Berlín 2019] ‘The Souvenir’ y la estrella del año: la hija de Tilda Swinton

Madre e hija hacen de madre e hija en una de las películas más evocadoras y esteticistas. Y ya tiene secuela confirmada.
The Souvenir
The Souvenir
The Souvenir

The Souvenir es el título de un cuadro Jean-Honoré Fragonard que los dos protagonistas del filme Julie (Honor Swinton Byrne) y Anthony (Tom Burke) van a ver en un museo de Londres en una de sus primeras citas. The Souvenir significa también recuerdo y es que esta historia semiautobiográfica está escrita y diseñada a partir de retazos de memoria de la directora y guionista Joanna Hogg.

Julie es su álter ego. Como ella, cuando estaba intentando encontrar su forma artística, hallar su camino como cineasta, a principios de los 80, cayó en una relación tan apasionada como tóxica como un extravagante que le llevó por todo tipo de aventuras y también dolor por su adicción a la heroína.

Hogg ha tardado casi cuatro décadas en escribir y dar forma a esta historia. Revisó sus diarios, sus fotografías y su memoria. Ha reconstruido el piso carísimo de Knightsbridge en el que vivió (hasta lo que se por las ventanas son antiguas fotografías suyas) para que viva en él Julie, no siempre cómoda con su posición privilegiada como fuente de su arte. Por eso Julie constantemente lucha contra ella misma.

Su proyecto de película de fin de curso es una historia sobre un niño y su madre de clase obrera. Los profesores y amigos se sorprenden de que escriba algo tan lejano a ella. ¿Le da vergüenza su posición, su vida? ¿O no encuentra como convertirla en arte? Constantemente tiene que justificarse. Anthony le abre los ojos: “Todos queremos ver la vida no cómo es vivida”. Y sus profesores también: “Conecta la experiencia con la experiencia que estás intentando sentir”.

The Souvenir es un coming-of-age creativo. Es un despertar al arte interpretado por una sorprendente y debutante (casi, ya había trabajo con su madre en Yo soy el amor y otros vídeos), Honor Swinton Byrne, que se mide en pantalla ni más ni menos con su madre, Tilda Swinton, haciendo de su madre, una señora bien y abierta creativamente hablando que le va dando dinero para pagar sus caprichos de escuela y la vida estrafalaria de Anthony (viajes vintage a Venecia, cenas pagadas a golpe de talonario…).

De una estética muy particular, Hogg tira de recuerdos para construir estos años 80 pero sin caer en la ridícula nostalgia “ni ser prisionera de ella”, como ha explicado en Berlín, donde se presentó triunfando por encima de sus compañeros de la sección oficial después de salir premiada en Sundance.

Lo mejor es cómo acaba: con una promesa de The Souvenir II. En junio empieza el rodaje.

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