[Berlín 2015] No todo va bien

Todo va mal en el drama 3D de Wim Wenders protagonizado por James Franco, mientras el ruso Aleksey German, Jr. presenta la película de línea dura del festival.
[Berlín 2015] No todo va bien
[Berlín 2015] No todo va bien
[Berlín 2015] No todo va bien

¿De qué se habla en la Berlinale hoy? De que mañana va a haber hostias para entrar en la proyección de Cincuenta sombras de Grey, la película que –por mucho que en público se nos llene la boca hablando de cómo las nociones de culpa y redención en el cine de Pen-ek Ratanaruang está influenciado por las Nuevas Olas en Europa del Este— quien más quien menos ha venido a ver aquí. De lo mucho que cuesta hacerse un hueco en medio de un festival de estas características para acercarse al MediaMarkt y comprarse un ordenador decente.

¿Qué hemos visto? 1. Under Electric Clouds, de Aleksey German, Jr. Una de esas películas que, sobre todo si se ven a las 9 de la mañana, lo dejan a uno aplastado para todo el día. Dos horas y cuarto de rusos y rusas deprimidísimos que intercambian alegorías sobre el arte y la vida y, en general, se quejan sobre lo mal que está todo. El tipo de cine de línea pero que muy dura que uno negará no ser capaz de apreciar, porque eso queda mal. Tranquilo, la culpa de que te mancharas el jersey de baba durante la proyección la tiene el cansancio acumulado.

2. Every Thing Will Be Fine, de Wim Wenders. En castellano el título significa “Todo irá bien”, y tiene que ser una provocación por parte de Wenders. Porque nada va bien en esta película, en la que un hombre atropella a un niño al principio del metraje y luego tanto él como la madre y el hermano del chaval tienen que lidiar con las consecuencias. Todo en ella está mal, pero sobre todo esos diálogos que parece haber escrito una app, esas escenas que duran como mínimo un par de veces más de lo que debieran, ese 3D inexplicable y, sobre todo, ese James Franco que necesita urgentemente unas vacaciones.

¿Qué has comido? Un Actimel, una manzana Starky y palitos. Y, de nuevo en una fiesta –la última de este año—, cacahuetes y más palitos. De mal en peor.

¿A quién has entrevistado? A los hermanos Joan y Jordi Roca, copropietarios de El Celler de Ca’n Roca. Han venido a promocionar Cooking Up a Tribute, esencialmente un publirreportaje sobre lo estupendos que son los Roca. Han llegado tarde porque se estaban dando un homenaje en el restaurante de un chef alemán casi tan estupendo como ellos. A Pablo Larraín, que ha definido su cine como un intento de luchar contra “algo tan repugnante como la impunidad”.

Berlinómetro: Aronofsky ya demostró que le va la línea dura rusa cuando hace unos años, como presidente del jurado en la Mostra de Venecia, premió el Fausto de Sokurov. Nada que objetar, pero si decidiera marcarse un follow-up premiando Under Electric Clouds, de Aleksey German Jr., los chistes no se harían esperar y si algo no tiene el bueno de Darren es sentido del humor. Todo esto para decir que nada ha cambiado. Ocupan la zona caliente del Berlinómetro 45 Years, de Andrew Haigh, y sobre todo El club, de Pablo Larraín.

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