Mientras que Uma Thurman se las ve y se las desea para librarse de cierto acosador telefónico, a Keira Knightley le ha tocado enfrentarse con otra forma de delincuencia, en su caso más común y menos romántica: el robo con allanamiento. La casa que la actriz de Piratas del Caribe y Expiación comparte en Westminster (Londres) con su hermano Caleb Knightley fue asaltada el 26 de octubre por unos ladrones, que aprovecharon una puerta rota en las zonas comunes del inmueble para entrar en su domicilio y arramplar con todo lo que pudieron.
Knightley, de 25 años, debe estar aún lamentándose de no haber llamado antes al cerrajero. Mientras ella se encontraba en Roma presentando Last Night (el filme que protagoniza junto a Sam Worthington y Eva Mendes), los cacos se hicieron con varios ordenadores portátiles con "materiales comprometidos" en sus discos duros, según informa el diario The Sun.
Según una fuente citada por el veterano tabloide, "Keira se siente violada" y "está pensando deshacerse del piso". Eso sin contar con la (comprensible) preocupación por si el contenido de los laptops robados (es decir, fotos familiares y demás) termina circulando públicamente.
Eso sí: al menos, Knightley puede respirar tranquila sabiendo que el crimen ha sido motivado por la codicia, y no por una obsesión hacia su figura. Según fuentes de la policía londinense, ya ha habido robos en otros domicilios en la misma finca, y no es probable que el ladrón haya sido un acosador. Menudo alivio...
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