'Arrebato' cumple 30 años

El cine es el más feroz de los vampiros: eso fue lo que nos enseñó el director Iván Zulueta en 1980 con Arrebato, su único largometraje y, a decir de muchos, una de las mejores películas de la historia del cine español. Para celebrar los 30 años del filme, el canal TCM emitirá mañana el documental Arrebatados: Recordando a Iván Zulueta, una memoria sobre la realización de este clásico en la que han participado Antonio Gasset, José Luis Borau, Pedro Almodóvar y otros amigos del cineasta.

Además, si vives en Madrid, podrás asistir a una proyección de la versión remasterizada de Arrebato en pantalla grande. Puedes descargar una invitación aquí. Pero ten cuidado, porque el aforo del pase es limitado.

Fallecido en su San Sebastián natal el 29 de diciembre de 2010, Iván Zulueta culminó con esta película una labor de experimentación visual que le había llevado a convertirse en pionero del videoclip en los años sesenta, mediante sus trabajos en el programa de TVE Último grito (presentado por un joven Jose María Iñigo).

Viajero impenitente y aventurero hasta las últimas consecuencias, el donostiarra había realizado ya una ingente labor en cortometraje, con títulos como Leo es Pardo (presentado en el Festival de Berlín en 1976) o su delirante A Mal Gam A. Según declara Antonio Gasset en Arrebatados, gran parte de esos trabajos se perdieron al ser incautados por la policía en una redada: durante la dictadura, los pases clandestinos de cine experimental no estaban muy buen visto, que digamos.

Protagonizada por Eusebio Poncela, Cecilia Roth, Marta Fernández Muro y el enigmático Will More, Arrebato no sólo mantiene su frescura como trabajo de vanguardia: enamorado del cine de género, Zulueta concibió su película como un ejercicio de terror, lleno de guiños al mundo de los vampiros y de alusiones a la incipiente Movida madrileña. En los fotogramas de la película pueden distinguirse las figuras de una joven Alaska, mientras que, por cosas del bajo presupuesto, Pedro Almodóvar pudo aportar su voz doblando a la actriz Elena Fernán Gómez, cuyos diálogos no habían podido ser grabados con sonido directo.

Tras Arrebato, la obra de Zulueta se volvió cada vez más esporádica, regresando al medio televisivo en trabajos como Párpados (1989). Enganchado a la heroína durante el rodaje de su obra maestra, el director se enclaustró en su casa de San Sebastián, sin dejar nunca de trabajar, pero también sin mostrar sus obras al mundo. Durante sus últimos años, sin embargo, Zulueta recibió homenajes como el dedicado por el Festival de Málaga de 1989, donde recibió el premio a la Película de Oro.