Apichatpong Weerasethakul: 10 razones para aprender su nombre (y amar su cine)

Tras el estreno de 'Cemetery of Splendour' llega a las pantallas la primera película del tailandés, 'Mysterious Object at Noon'. Sumérgete en su cine mágico y extraordinario.
Apichatpong Weerasethakul: 10 razones para aprender su nombre (y amar su cine)
Apichatpong Weerasethakul: 10 razones para aprender su nombre (y amar su cine)
Apichatpong Weerasethakul: 10 razones para aprender su nombre (y amar su cine)

Lírico, fantasmagórico, inusual. El cine del tailandés Apichatpong Weerasethakul amplió fronteras gracias a sus historias de reencarnaciones y monos de ojos rojos que roban espíritus, pero en nuestro país apenas se conoce más allá del circuito de festivales. Su obra ha circulado por un buen número de certámenes patrios (desde el Festival Internacional de Las Palmas al Festival 4+1 o el Festival Internacional de Cine de Gijón, que dedicó su retrospectiva al cineasta justo el año pasado, mientras que hasta el 6 de mayo el Círculo de Bellas Artes de Madrid celebra al tailandés con un pequeño ciclo retrospectivo), pero a pesar del fervor de la crítica y de los programadores, su amplia trayectoria casi no se ha visto en las salas comerciales españolas.

De sus siete largometrajes, sólo tres han llegado a nuestras pantallas: Tropical Malady (2004), El tío Boonmee recuerda sus vidas pasadas (2010) y Cemetery of Splendour (2015), su último trabajo y recién estrenado comercialmente. Pero, por fortuna, los seguidores de su personalísima manera de entender el cine están de enhorabuena porque en una de esas alegres casualidades se reestrena el próximo 29 de abril su debut en largo –también es una de sus obras más reverenciadas (y más desconocidas)–, Mysterious Object at Noon (2000), y con motivo de tanta algarabía por el cineasta, a quien por cierto, le gusta que le llamen por el sencillo apodo de Joe, en CINEMANÍA aprovechamos para desgranar su filmografía y para establecer diez razones por las que no deberías dejar pasar la oportunidad de ver sus películas.

1- Porque se atreve con el fantástico en el terreno del cine de autor

Es probable que Apichatpong sea a día de hoy el autor más inconfundible del cine global, con permiso de los sospechosos habituales que suelen pisar la alfombra roja Cannoise casi año tras año; pero también es probable que sea de los pocos cineastas que más empeño han puesto en renovar el cine fantástico. O al menos, en hacer algo diferente a los filmes convencionales del género. En sus películas siempre hay un elemento sobrenatural que de un modo u otro altera la historia. En Mysterious Object at Noon, el relato que va de boca en boca a lo largo del filme acaba siendo salpicado por elementos fantásticos; en la segunda parte de Tropical Malady, el protagonista tiene que ir a la caza de un chamán transformado en tigre en mitad de una selva nocturna repleta de espíritus; en El tío Boonmee recuerda sus vidas pasadas acompañamos al personaje del título en su camino hacia la otra vida; en Mekong Hotel (2012) una pareja flirtea en un hotel fronterizo donde también habita una mujer vampiro; mientras que en Cemetery os Splendour un grupo de soldados en sueño eterno duerme en un hospital construido sobre los restos de una antigua civilización guerrera. El cine de Apichatpong funciona casi como médium entre los vivos y los muertos y nos ayuda a ver más allá de lo visible.

2- Porque marcó el camino a seguir a la hora de desdibujar las fronteras entre el documental y la ficción

https://vimeo.com/162972025

El documental sufrió en los albores del siglo XXI una serie de convulsiones que transformaron por completo un género que muchos asociaban erróneamente al reportaje periodístico. Y como uno de los nombres responsables de esas sacudidas formales y estéticas que vivió el documental por entonces se encuentra Apichatpong y su enigmática Mysterious Object at Noon, un trabajo que desdibuja las fronteras entre ficción y realidad incorporando los códigos del primero en el segundo en una película que nos lleva de viaje por Tailandia. Mientras recorre de norte a sur su país, el director le pide a toda persona con la que se cruza que le ayude a reconstruir una historia sobre un alumno y su profesora…, y es entonces cuando la imaginación de los tailandeses que aparecen en la cinta explota en un crisol de voces y rostros tan enternecedor como fascinante.

3- Porque es uno de los cineastas que mejor ha sabido sesgar sus películas en dos partes

Blissfully Yours (2002) Tropical Malady o Syndromes and a Century (2006) son narraciones partidas en dos, cuyos medios relatos se miran en un juego asimétrico de espejos. Este conjunto de películas sesgadas en dos partes vuelve a poner de manifiesto la tendencia hacia lo dual del tailandés, que no sólo ahonda en historias fragmentarias sino que sus narraciones fluctúan entre el pasado y el presente, entre la realidad y el sueño, entre el cuerpo y el espíritu, entre el otro mundo y la sensualidad terrenal, entre la historia y el folclore, entre el relato y la fábula, entre lo visible y lo invisible. Grietas, fisuras y fallas como elementos retóricos recurrentes en un cineasta de espíritu libre y afín a la experimentación lúdica.

4- Porque siempre regresa a un mismo universo familiar

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Aunque Apichatpong sea un espíritu libre también sabe que regresar a los orígenes es necesario en todo acto creativo. Algunas de sus películas están rodadas en la región en la que nació y creció, Khon Kaen (Mysterious Object at Noon, Cemetery of Splendour); en otras homenajea a su familia (Syndromes and a Century); y en unas cuantas ocasiones vuelve a contar con los mismos actores con los que ya ha trabajado (Jenjira Pongpas aparece en cuatro de sus siete largometrajes; Banlop Lomnoi colaboró con Weeresethakul en Tropical Malady y Cemetery of Splendour). Cabe señalar también aquí que muchos de sus largometrajes han visto primero la luz como ideas o bosquejos en cortos o instalaciones. Rostros, escenarios, historias de su vida y apuntes de ideas que se entremezclan continuamente para dar forma a la materia de la ficción.

5- Porque aunque la crítica lo tilde de ‘arty’ es un gran amante de la cultura popular

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Apichatpong transita por el cine de autor y las más altas instituciones del cine (de Cannes a museos) de la mano de la cultura popular de su país. En Mysterious Object at Noon filma a la gente y les da el protagonismo para que sean ellos los que construyan la película (una verdadera creación colectiva), mientras que muchas de sus obras están impregnadas de historias y leyendas de su país. Frente a su naturaleza de cine trasnacional, al estar producidas sus obras mayoritariamente por pequeñas compañías internacionales, Weeresethakul apuesta por un cine de espíritu local que, sin embargo, no cae en las trampas del poverty porn y otras tendencias de buena parte del cine de países en desarrollo que aterriza en los festivales europeos.

6- Porque le gusta poner canciones increíbles al final de sus películas

“No puedo evitar poner música al final [risas]. La canción es de una banda coreana. Hace cuatro o cinco años me la envió alguien y me gustó. En la película, adquiere el sentido del tiempo en sus diferentes representaciones y de las capas, el tiempo real, el tiempo soñado, todo ese tipo de cuestiones. Creo que para mí la música es otro tiempo, cuando utilizas la música como la de un vídeo musical, colocas al público en un… es casi como una conclusión. El título de la canción se llama Love is a Song, así que encaja muy bien”, explicaba el cineasta tailandés en una entrevista en la revista Lumière sobre el tema musical con el que concluye Cemetery of Splendour. Quizá se haya convertido en un estilema de sus películas –en Syndromes and a Century finalizaba la historia con una sesión de aerobic al aire libre al ritmo de una frenética canción electrónica y en El tío Bonnme recuerda sus vidas pasadas hacía lo propio con un tema indie pop de la banda thai Penguin Villa llamado Acrophobia–, pero por el momento es algo que nos gusta.

7- Porque tiene un sentido del humor único

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Críptico, difícil, desconcertante… Pocos son, no obstante, los que hablan del sentido del humor en las películas de Apichatpong Weeresethakul como mecanismo que desacraliza justamente la tendencia hacia lo espiritual de sus historias. En Syndromes and a Century hay una subtrama sobre un dentista que también es cantante muy divertida –una historia, por cierto basada en un personaje que se Apichatpong conoció una vez–; en El tío Boonme que recuerda sus vidas pasadas ya hacia el final de la película vemos a Jen hacer bromas con su hermano monje que ha decidido dejar de lado por un rato la llamada espiritual para darse una ducha en condiciones; y en Cemetery of Splendour la protagonista se queda pasmada cuando dos diosas vestidas como mujeres normales se acercan a conversar con ella en una de las secuencias más graciosas del filme. No sólo eso: en su trayectoria brilla, como pieza desconocida que da fe de su capacidad para la risa, la película The Adventure of Iron Pussy, una psicotrónica aventura musical sobre un agente secreto travesti codirigida junto a Michael Shaowanasai.

8- Porque tiene un plano-secuencia en el que la cámara se queda pasmada frente a un agujero negro

También otro plano de un tigre mirándonos fijamente

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Y otro en el que unas escaleras mecánicas se funden con la luz hipnótica de unas luces de neón

9- Porque es un cineasta político

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A primera vista nadie diría que la parsimonia cinematográfica de las películas de Weeresethakul pueden leerse como ejemplos agitprop pero en su cine el activismo se traduce o bien en actos de resistencia, de cuerpos luchando en entornos hostiles o en fuga (a través del sueño) ante una situación política paralizante (Cemetery of Splendour), o bien en metáforas de una naturaleza en putrefacción (Blissfully Yours). Su respuesta a la represión y la censura que se sufre en su país -el último golpe de Estado en Tailandia ocurrió en mayo de 2014 y actualmente una junta militar controla un régimen liderado por el monarca Bhumibol Adulyadej– se basa en la exaltación de la imaginación, aunque no siempre le ha funcionado y más de una vez se ha topado con las autoridades, ya sea por sus historias de amor homosexual o por sus retratos de la gente humilde del norte del país (una comunidad diametralmente opuesta al establishment de Bangkok y el entorno del gobierno). El cineasta ya ha anunciado que su próximo proyecto no se rodará en Tailandia.

10- Porque sus películas desafían toda expectativa

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Con una obra repleta de matices estéticos e identitarios, siempre en los límites de cualquier definición, Apichatpong Weeresethakul parece destinado a ser un cineasta marginal en su sentido más profundo: que bordea los márgenes, que trabaja en ellos y que cuenta lo que sucede en esos espacios limítrofes. Ese estar fuera de lo común está muy presente en sus filmes: en éstos busca continuamente una comunidad que sabe que está desapareciendo, una estampa local a la que ya no pertenece y, al mismo tiempo, su cine reniega de repetir una y otra vez aquello que satisface al público internacional, su público mayoritario. Y es que a lo largo de su filmografía ha trabajado los relatos sesgados, la ficción dentro del documental, lo fantástico y lo insólito, lo espiritual y la sensualidad, pero cada una de las veces que ha regresado a cualquiera de esos conceptos lo ha hecho bajo nuevos gestos y formas que han supuesto un reto para el espectador y también para su manera de entender su oficio. En el cine de Weeresethakul no sólo todo es posible sino que todo está por hacer.

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