Antonio Resines: "De las últimas 3.000 películas españolas, solo 27 son de la Guerra Civil. Y hay que escuchar unas tonterías..."

El popular actor se estrena en la dirección junto a Ana Pérez-Lorente con 'Historias de nuestro cine', un documental en el que charla con varios de sus colegas sobre cine español

Cine español entre amigos, de la mano y el carisma de Antonio Resines (Torrelavega, 1954). El popularísimo actor debuta detrás de las cámaras junto a su compañera Ana Pérez-Lorente y presenta Historias de nuestro cine, un documental en el que, además de codirigir, reúne a sus colegas y empatiza con ellos y los espectadores para lograr un ambiente de tertulia donde se van contando anécdotas que conforman una muy personal y libérrima crónica de la historia de nuestro cine.

Los Trueba, los Gutiérrez Caba, Verónica Forqué, Jorge Sanz, Maribel Verdú... Historias de nuestro cine es casi una reunión de amigos.

Sí, somos casi todos amigos, es cierto, y hablando del cine español, con tres leit-motivs: cómo se metieron en este negociado, cuál fue la primera peli española que vieron y qué ha sido el cine en sus vidas. A partir de ahí surgen historias que nos han pasado o que nos han contado otros. Y con todo ello hemos podido hacer hacer una aproximación anárquica, pero divertida y amable, al cine español. Por ejemplo, como dice Fernando Trueba: “El cine español empieza con Esa pareja feliz, cuando se juntan Bardem y Berlanga”. Hubo cine antes, claro, pero a partir de ahí el cine español ya es otra cosa. Es una aproximación muy personal.

¿Cómo surge el proyecto?

Todo esto es idea de Ana Pérez Lorente, con mi apoyo, y viene de la escritura del libro anterior, mi biografía, Pa’ habernos matao (Memorias de un calvo), en la que grabamos algunas opiniones de gente cercana a mí sobre nuestra relación. Vimos que, hablando conmigo, la gente se soltaba y se sentía a gusto, y eso es cojonudo porque no es un periodista el que te está entrevistando, sino que es como si te estás tomando una caña con un amigo. Nos dimos cuenta de que eso funcionaba. Ana insistió. Habíamos hecho un pequeño clip y se lo pasamos a Enrique Cerezo. Le convencimos, y Cerezo, que es clave porque te abre la puerta a la gran colección de películas españolas, incorporó a TVE al proyecto.

Fueron más de 20 horas de entrevistas.

Son 21 personas contándome sus historias a mí, que yo también cuento alguna cosa interesante (risas), aunque ya me han dicho “¡Es que sales mucho!”. Claro, es que he trabajado con todos ellos, que se dice pronto, he hecho 115 películas, y unas cuantas de ellas buenas. TVE ha visto la posibilidad de hacer una serie, una historia que sería, vamos, como las Crónicas de Narnia: las Crónicas de Resines, y con sentido del humor y con cariño, que son dos cosas que no son nada frecuentes en muchos medios de comunicación con el cine español.

De los que no están entre nosotros ya, ¿a quién te hubiese gustado entrevistar?

A Fernán Gómez, a Alfredo Landa, a López Vázquez, a Pepe Isbert, a Rafaela Aparicio, a Paco Rabal, a Sara Montiel, a todos los actores que aparecen en las escenas de las películas. Teníamos un grupo inicial de 50: algunos no pudieron grabar porque estaban trabajando como Santiago Segura y Javier Gutiérrez y luego hubo otros que, por lo que sea, no contestaron. Con todos ellos intentamos tener un detalle para que aparecieran de una u otra manera.

Director primerizo, y además trabajando junto a tu pareja, ¿cómo ha sido?

Santiago Segura me dijo: “Se nota muchísimo que el cerebro es Ana”. Trabajamos por consenso, y luego yo estaba delante y ella detrás de la cámara. En el montaje la voz cantante la llevó Ana, ella repasó todo el metraje, y podíamos tener opiniones diferentes en la duración de algún plano o algo así, pero pocas. Teníamos muy claro qué es lo que queríamos conseguir.

Ya que tú no lo explicas en la película, te aplicaré el tercer grado que haces a tus invitados: ¿Cómo empezaste en el cine?

De casualidad, porque empecé a estudiar derecho y un amigo me llevó a la facultad de imagen. Me gustó mucho más el ambiente, íbamos a ver películas como locos y ya me quedé con Trueba, Sánchez Valdés, Boyero y compañía. Pero nunca estudié para actor. Tampoco quería dirigir ni escribir y empecé en la producción porque se me daba bien la organización cuando hacíamos cortos. Como empezamos a actuar en los nuestros para rellenar, me fueron llamando de otros cortos de chavales que empezaban. Pero todo en realidad viene de Ópera prima. Si no hubiese sido el éxito que fue no estaríamos aquí tú y yo hablando.

¿La primera película española que viste en el cine?

Marisol rumbo a Río en el Teatro principal de Torrelavega, un verano. Debía de tener yo unos ocho añitos. Y no es la primera película que vi, que esa es Blancanieves y los siete enanitos.

¿Qué ha significado el cine para ti?

Ha sido una parte importantísima de mi vida, pero es que también ha sido siempre la gran sorpresa. Una sorpresa continua y constante, además, porque al principio nunca pensé que iba a dedicarme al cine, luego nunca imaginé que iba a ser actor, después nunca soñé que me iba a ir bien como actor e incluso hoy jamás pensé que iba a estar aquí ahora dirigiendo una película. Todo era impensable y el cine ha acabado ocupando mi vida y le estoy agradecidísimo. He conocido a gente acojonante (y a algún cabrón también), me lo he pasado como un enano. ¡Lo que nos hemos reído! A los que nos dedicamos a esto, nos gusta el cine para verlo y el cine como oficio. Primero te gusta mucho y luego te envenenas, y entonces ya no sabes hacer otra cosa.

¿Y la última película que has ido a ver?

Mientras dure la guerra, que me ha emocionado y están todos de cojones. La caverna no ha podido con ella. De las 3.000 películas españolas de los últimos 20 años, se han hecho 27 películas con temática alrededor de la Guerra Civil, y tienes que seguir oyendo unas tonterías...

Pero, ¿no crees que la relación del público con el cine español ya hace algún tiempo que se ha normalizado?

Es que en realidad los que dicen esas cosas son pocos. Aunque cuando quieren hacen mucho ruido. Hay un público joven que no hace caso de eso. Eso sí, nadie me va a convencer de que la última vez que se salieron con la suya fue con La reina de España (Fernando Trueba, 2016). Hundieron el estreno, nadie quiso ir a verla ni siquiera el primer fin de semana. Porque, si era mala, eso se notaría el segundo fin de semana, pero nunca desde el estreno.

¿Y la eterna crisis del cine español, tú que fuiste presidente de la Academia?

Hasta que no consigamos que la cultura no sea una cuestión de estado, no vamos a arreglar todos los problemas de nuestro cine. Que de una santa vez, se den cuenta que las industrias culturales son más de 3,5% del PIB del país y que da trabajo a 700.000 personas.

¿Y los proyectos de futuro de Resines?

Estoy en cartel también con Si yo fuera rico, y en febrero estrenamos la comedia Hasta que la boda nos separe, de Dani de la Orden. Además, me pillas entusiasmado con el atleta Emil Zatopek. Me leí Correr de Jean Echenoz y ahora me encantaría llevar su vida a un documental. Sería la bomba.

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