Alcaldes versus películas: filmes que ofendieron sensibilidades municipales

Que conste que, recordando esto, no queremos hacer de menos al ayuntamiento de Coria del Río (Sevilla), ni a sus protestas contra la película Cuerpo de élite. Pero no está de más recordar que, en castellano, el término "alcaldada" existe, y es precioso: según la RAE, el vocablo designa la "acción arbitraria o inconsiderada que ejecuta un alcalde o cualquier persona que abusa de su autoridad", así como a un "dicho o sentencia necia". Acciones, y necedades, que pueden ir en contra de muchas cosas: de los vecinos del propio pueblo, de los del pueblo de al lado... o de una película. A continuación veremos casos, tanto en España como en otros países, en los que un munícipe con banda y vara ha hecho lo posible para fastidiar a un filme por los presuntos insultos con los que este agredía a su localidad. Algunos de estos casos recuerdan poderosamente a chistes de Miguel Gila ("Si no sabe aguantar una broma, que se vaya del pueblo"), mientras que otros lindan con lo trágico.

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La alcaldada salió de... Mazarrón (Murcia)

"El crimen de Mazarrón": así era conocido popularmente el truculento caso (también llamado "crimen de las tres copas") en el que se basó Fernán Gómez para implicar a Carlos Larrañaga, Rafaela Aparicio, Lina Canalejas y nuestro Jess Franco en esta turbia historia de odios familiares, fetichismo y muerte. Pero, claro, el genial pelirrojo no contaba con que, en aquellos años, el turismo estaba llegando en masa a España, en general, y a la costa murciana, en particular: al enterarse de cuál iba a ser el título de la película, las autoridades (franquistas) de Mazarrón apelaron al gobierno central para que este obligara a un cambio de título. Huelga decir que lo consiguieron, censura mediante, y no sólo eso: El extraño viaje, una de las obras maestras del thriller español, se estrenó de tapadillo en dos ocasiones (una, en 1964, y otra, con aún menos éxito, en 1969), y quedó prácticamente olvidada hasta su reivindicación en los 80.

La alcaldada salió de... Almonte (Huelva)

Un alcalde no tiene por qué estar vivo para chafarle la guitarra a un filme, y el caso de este documental lo demuestra. Tras una larga época exiliado en Portugal, el director Ruiz Vergara se fijó en la popular romería andaluza, pero su intención no era cantarle a la virgen con fe, sino más bien fijarse en los aspectos más sórdidos y orgiásticos del festejo... y, también, en el papel que las hermandades rocieras (como puntos de reunión para los caciques locales) jugaron en el golpe de estado de 1936 y en la represión posterior. Las acusaciones de Rocío iban dirigidas en especial contra Jose María Reales Carrasco, alcalde (entonces ya difunto) de Almonte, cuyos hijos denunciaron al director y consiguieron un secuestro judicial de la película. El filme sólo pudo volver a proyectarse en 1985, en una versión censurada. Y, tras sufrir tamaño follón, Ruiz Vergara decidió retirarse del cine.

La alcaldada salió de... tres ayuntamientos de la comarca

Que Luis Buñuel era un genio del cine, es indiscutible. Como también lo es que su documental sobre las Hurdes tiene más trampas que una peli de chinos, habiéndose permitido el aragonés toda clase de libertades a la hora de 'recrear' situaciones que satisfacieran su sed de surrealismo y truculencia. Que el resultado fuese una obra maestra, y que ya hubieran pasado casi 70 años desde el rodaje de la película, no pareció importarles a los alcaldes hurdanos que protestaron cuando la comarca cacereña planeó un homenaje a Buñuel en 2000. De acuerdo con los munícipes, el director había retratado a los nativos como "seres extraños, sin moral, sin sentimientos y sin dignidad", causando "un daño irreparable" a la zona y contando "mentiras, como que los padres se acostaban con sus hijas". "Esta comarca ha sido y es pobre, sí, pobre, pero con dignidad", resumían los mandatarios

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La alcaldada salió de... Sierra Gorda (Antofagasta, Chile)

Hasta ahora, nuestras historais de alcaldes contra películas han resultado en una denuncia, un comunicado institucional, una llamada al amiguete del ministerio para que meta mano... Pero, para hacerle frente a James Bond, hacen falta medidas extremas. O, al menos, eso debió pensar Carlos López, alcalde de Sierra Gorda, cuando se enteró de que, pese a que la película se estaba rodando en su término municipal, su argumento transcurría en Bolivia. La rivalidad histórica entre chilenos y bolivianos no es cosa de risa, de modo que, tras animar a sus vecinos a que protestasen de diversas maneras (colgando banderas de Chile en los platós, por ejemplo), López se empleó a fondo irrumpiendo con una furgoneta a toda pastilla en el set de la película. Según alardeó el propio alcalde, su vehículo obligó a Daniel Craig a salir pitando para evitar que lo atropellase.

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La alcaldada salió de... Ciudad Juárez (México)

Enrique Serrano Escobar, alcalde de Ciudad Juárez, no se molestó en ver Sicario: según afirmó, le bastó con leer unas páginas del guión para promover un boicot contra Emily Blunt, Benicio Del Toro, Josh Brolin y su turbia historia de agentes infiltrados en el narco. "Estamos defendiendo el prestigio y el honor de la ciudad", declaró el munícipe, añadiendo: "Es como si sacaran un cortometraje hablando mal de mis hijas". Lo cierto es que, dado su valor estratégico para los cárteles de la cocaína, Juárez ha sido considerada durante mucho tiempo como una de las ciudades más violentas del mundo, a lo que se añade el misterio de sus tristemente célebres asesinatos de mujeres. El director Denis Villeneuve, de hecho, prefirió no rodar en el lugar, al considerarlo demasiado peligroso.