'Ad Astra' y otros siete viajes interestelares de película

Brad Pitt se enfunda el traje espacial, pero también antes Jodie Foster, Matthew McConaughey o Sam Neill, entre otros, estuvieron en filmes memorables.
'Ad Astra' y otros siete viajes interestelares de película
'Ad Astra' y otros siete viajes interestelares de película
Ad Astra
'Ad Astra' y otros siete viajes interestelares de película

Explorar la inmensidad del espacio para encontrar nuevos recursos en otros planetas, contactar con otras formas de vida o hallar planetas, como alternativa a la Tierra, en los que asentarse. Los descubrimientos y maravillas que puede ofrecernos el universo son insondables, infinitos, al igual que los peligros y los retos a superar. Y, como no podía ser menos, también es fuente de inspiración para las mentes más imaginativas o fantasiosas.

El próximo a quien tendremos oportunidad de ver indagando por allí arriba será Brad Pitt en Ad Astra, que se estrena este viernes 20 de septiembre, encarnando a un astronauta que también busca averiguar lo que le ocurrió a su padre, un astronauta al igual que él, desaparecido hace 20 años en una misión para encontrar vida extraterrestre en Neptuno. Tras las cámaras James Gray, uno de los cineastas norteamericanos más interesantes del actual panorama y que menos trata de amoldarse a los tópicos y convencionalismos de las formas y contenidos cinematográficos.

Aventura, ciencia-ficción, fantasía, intriga o terror. La conquista del espacio ya estaba presente desde los tiempos del pionero Georges Méliès con su histórico corto Viaje a la Luna (1902). Desde entonces no son pocas las películas que han explorado la temática. Para recordarlas tenemos una selección de media docena de ellas en imagen real. Apenas una introducción para adentrarnos en los misterios del universo y sus infinitas posibilidades.

Interstellar (2014)

Interstellar

Apabullante tanto en los aspectos técnicos como en efectos visuales. Y es que no podía ser menos tratándose de una película de Christopher Nolan. Desplegaba una idea de lo más interesante, la de si somos los terrestres los destinados con el tiempo a esparcir la vida por la inmensidad del espacio, habitando otros mundos.

Al mismo tiempo, el guion escrito por el mismo Christopher junto a su hermano Jonathan, resaltaba otro de los aspectos que nos hace humanos como es el de los vínculos que nos unen, las relaciones entre padres e hijos o la disyuntiva de tener que elegir entre la razón y los sentimientos. Matthew McConaughey fue su protagonista, y además en su etapa de máximo esplendor (ese mismo año había ganado el Oscar por Dallas Buyers Club).

Sunshine (2007)

Sunshine

Otro director británico, Danny Boyle, abrazando el género de ciencia-ficción (y con guion de Alex Garland).  La premisa también era de lo más estimulante: ¿cómo afrontar el hecho de que el sol se apague? Ello comportaría la extinción de la vida en la Tierra. Estamos en el año 2057 y, para remediarlo, la idea de los científicos consistía en acercar una nave para lanzar una potentísima bomba nuclear con la que reavivar el fuego de la estrella. La primera astronave, la Icarus, fracasó, y la última oportunidad quedaba en manos de la Icarus II.

Hay en Sunshine espacio para la aventura, el drama, el thriller e incluso lo metafísico y existencial, también para desarrollar de la manera más verosímil posible la trama (aunque a los expertos no les pareció precisamente nada creíble su tratamiento científico). Incluso hay lugar, hacia el final, para un viraje hacia el terror. Podrá ser más irregular o no, pero es una de las joyitas en el tema que nos ha dado este siglo XXI. En el reparto estuvieron Cillian Murphy, Michelle Yeoh, Rose Byrne, Chris Evans y Mark Strong.

Horizonte final (1997)

Horizonte final

Los enigmas y amenazas del universo estaban en esta ocasión encerrados en la nave Event Horizon (la 'Horizonte final' del título en español). Experimentando con un método revolucionario para viajar por el espacio, mediante el pliegue espacio-temporal. Pero se pasó de vueltas y acabó traspasando los límites del universo, abriendo un portal que no podía traer nada bueno.

Así lo descubrirían los integrantes de la misión de rescate encabezada por los personajes de Laurence Fishburne, Joely Richardson, Kathleen Quinlan y un Sam Neill atraído por el lado más oscuro de la misión. Una historia que tampoco escatimaba sus buenas dosis de gore. Fue un fracaso absoluto en cines, pero también abrió otro portal para que se convirtiera en una obra de culto entre los aficionados al género. Ni que decir que es la obra maestra del también británico Paul W. S. Anderson, director de Mortal Kombat (1995), Alien vs Predator (2004) o de la mayor parte de películas de la saga Resident Evil, y en la que ya mostraba su predilección por los espacios cerrados.

Contact (1997)

Contact (1997)

La Doctora Eleanor "Ellie" Arroway (Jodie Foster) está obsesionada desde pequeña con la posibilidad de contactar con alienígenas. Trabaja en el SETI (el programa de búsqueda de vida inteligente extraterrestre) rastreando sonidos y también enviando mensajes al espacio exterior. Su empeño tendrá recompensa, en forma de viaje interespacial.

La mayor parte de la acción tenía lugar en la Tierra, pero lo interesante es que la forma de realizar el viaje surgió de la imaginación del conocido divulgador y científico Carl Sagan, basándose en la posibilidad de utilizar agujeros de gusano. Un Robert Zemeckis en plena forma adaptó la novela y además nos ofreció una de las mejores secuencias de apertura del cine. Dura tres minutos y, básicamente, nos ofrece toda una excursión espacial que termina con un plano detalle en el iris de la pequeña Ellie. En el reparto también estaba McConaughey, pero haciendo de filósofo y predicador preocupado sobre todo en los asuntos más terrenales, como la falta de fe cristiana.

Star Trek, la película (1979)

Star Trek (1979)

El espacio, la última frontera. Estos son los viajes de la nave estelar Enterprise y la mítica serie de Gene Roddenberry creada en los 60 tuvo su primera gran aventura cinematográfica a finales de los 70, y la tuvo por todo lo alto en una superproducción para la que no se escatimaron medios ni presupuesto. No era para menos tratándose de la primera vez que había ocasión de ver al capitán Kirk o a Spock en pantalla grande.

Y como era norma de la casa, la apuesta fue más por la aventura, el sentido de lo extraordinario, las relaciones entre los personajes o las cuestiones filosóficas que por la acción o las batallas galácticas.

2001: Una odisea del espacio (1968)

2001: Una odisea del espacio

Monolitos, niños de las estrellas, simios descubriendo la utilidad de los huesos de un animal muerto como arma antes de dar un gigantesco salto en la escala evolutiva, naves girando en el espacio al compás del Danubio Azul de Johann Strauss, enigmas y cuestiones filosóficas y de todo tipo. ¿Qué se le puede pedir más? ¡Ah, sí! Un superordenador, una inteligencia artificial descubriendo que su instinto de supervivencia no tiene nada que envidiar a la de los humanos.

Stanley Kubrick y el escritor Arthur C. Clarke realizaron la obra definitiva y referencial de la ciencia-ficción espacial gracias a su enorme capacidad sensorial, a sus imágenes tan fascinantes como inescrutables y a que era capaz de lanzar más preguntas que respuestas, provocando que múltiples espectadores se hayan devanado los sesos buscando desentrañar los distintos significados. Lejos de la rompedora propuesta de Kubrick, en 1984 se estrenaría la estimable 2010: Odisea dos dirigida por Peter Hyams.

Ikarie XB-1 (1963)

Ikarie XB-1

Y la única en blanco y negro de la lista. Retrocedemos al año 1963 (y avanzamos hasta 2163 en la ficción de la película) en esta obra dirigida por el checo Jindřich Polák. No es precisamente uno de los títulos más conocidos del género. Ya en su estreno en Estados Unidos se le cambió el título (a Voyage to the End of the Universe), se exhibió un versión recortada en diez minutos y además cambió el final. Pero las imágenes de Ikarie XB-1, así como el diseño de la nave y los trajes espaciales, llegaron a inspirar al mismísimo Kubrick para 2001.

Es una adaptación muy libre de la novela La nube de Magallanes del escritor polaco Stanislaw Lem, publicada en 1955. Su contexto era el de una sociedad comunista utópica del futuro que habría logrado colonizar todo el sistema solar. Pero yendo más allá, ahora se atrevía con su primer viaje interestelar. Tampoco recurrió a luchas o combates, ni a escenas de acción o enemigos a los que enfrentarse. Se bastó también con ese sentido de lo maravilloso, de viaje hacia lo desconocido o en otros aspectos humanos, como la tristeza de tener que dejar atrás a los seres queridos para embarcarse en una misión que les alejará de ellos, quizá para siempre.

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