A 'El Hobbit' le bajan los fotogramas

A Peter Jackson no le crecen los enanos, pero casi: la velocidad de 48 fotogramas por segundo que habría convertido su filme en una experiencia única se verá limitada a unas pocas salas en todo el mundo. Por CINEMANÍA
A 'El Hobbit' le bajan los fotogramas
A 'El Hobbit' le bajan los fotogramas
A 'El Hobbit' le bajan los fotogramas

Pese a la buena pinta que tiene El Hobbit: Un viaje inesperado, y al éxito de Peter Jackson en sus intenciones de convertirla en arranque de una trilogía, no podemos negar que la precuela de El Señor de los anillos sigue ganándose a pulso su reputación de película más gafe de la década. Esta vez no vamos a hablar de incendios ni de problemas laborales. Y tampoco invocaremos ese tópico de que el neozelandés monta un circo y le crecen los enanos, porque lo que le han decrecido han sido los fotogramas. Tras muchos esfuerzos por innovar, el filme de Jackson podría proyectarse tal y como fue concebido sólo en unos pocos cines de todo el mundo.

Como recordarás, El Hobbit fue anunciada como una revolución técnica por haber sido rodada a 48 fotogramas por segundo, el doble de la velocidad usual, lo que ofrecería una mayor calidad en la imagen y solventaría algunos problemas de definición en el formato 3D. O eso fue lo que anunció el cineasta, porque la proyección de un primer metraje en la Cinemacon de Las Vegas despertó mucho menos entusiasmo del esperado, provocando temores de que la proyección a alta velocidad (High Frame Rate, o HFR) fuese uno de esos inventos que iban a cambiar el cine y nunca llegaron a nada. Ahora, Variety informa de que la película tiene una apariencia espectacular (y sin haber pasado aún por posproducción), pero que pese a ello Warner Bros. se plantea limitar al mínimo su estreno en el nuevo formato.

Según la misma fuente, el estreno de El Hobbit en HFR tendrá lugar sólo en unos pocos cines "y ni siquiera en las ciudades más importantes". Es decir, en las ciudades más importantes de EE UU, con lo que en España estas proyecciones seguramente ni las oleremos. ¿A qué se debe esto? Pues, como ya estarás imaginando, no a una consideración artística, sino al vil metal: actualmente no hay ni una sola sala en el mundo preparada para una proyección HFR, y las perspectivas de que las haya de aquí al 13 de diciembre, cuando la película saldrá al mercado, son cuanto menos limitadas.

Eso sí, Warner espera que los exhibidores puedan adaptarse al formato "mediante una actualización de software que se publicará en septiembre". Jackson aún no se ha pronunciado sobre esta medida, pero lo cierto es que la reducción de fotogramas por segundo obligará a El Hobbit a pasar por una conversión en laboratorio. Y, si recuerdas esas pésimas conversiones de 2D a 3D que amargaron estrenos como Prince of Persia y Furia de titanes, entenderás que la cosa no augure grandes resultados.

Para colmo, el estreno llega en una época en la que el sector de la exhibición pugna aún con los gastos asociados a la conversión digital. La cual, si bien ha permitido operaciones como el interlocking (una sola copia proyectada en varias salas) que permiten aumentar los beneficios, obliga a desembolsos tales que los 176 millones de euros anunciados por la industria española al protestar contra la subida del IVA. Para colmo, esta noticia permite adivinar una consecuencia todavía más nefasta: que, cuando el HFR se haya implantado, los exhibidores añadan sus costes al precio de las entradas, como ocurre ya con el 3D o el Imax. Con todo este lío, y visto que a Peter Jackson no le gusta el 3D convencional, ¿no hubiese sido mejor rodar su filme en 2D y dejarse de historias?

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