8 películas de terror rurales y luminosas

Puestos a cometer atrocidades, hagámoslo saludablemente: antes de 'Midsommar', estas películas nos demostraron que el campo da mucho miedo.
8 películas de terror rurales y luminosas
8 películas de terror rurales y luminosas
8 películas de terror rurales y luminosas

Midsommar llega a nuestros cines prometiéndonos una cosa muy sencilla: terror a la luz del día en un ambiente campestre firmado por el director Ari Aster. Y si bien esto último no podemos replicarlo, ya que solo hay un director de Hereditary, no es difícil encontrar otras películas que nos hacen pasar miedo al aire libre y en espacios bien iluminados. Porque los hábitos de vida saludables y los espantos que anulan tu cordura no tienen por qué ser incompatibles.

28 semanas después (Juan Carlos Fresnadillo, 2007)

¿Hay algo más terrorífico que un apocalipsis zombi en medio de la ciudad? Por supuesto: un apocalipsis zombie en medio del campo cuando ha transcurrido el tiempo suficiente como para que los muertos se hayan diseminado por todo el mundo. Y eso nos dieron Rowan Joffé y Fresnadillo al escribir la secuela de la muy popular 28 días después. Uno de los comienzos más fríos, lúgubres y pálidos de la historia del terror a plena luz del sol.

Aniquilación (Alex Garland, 2018)

La naturaleza es aterradora porque nos sobrepasa. Porque esconde siempre lo desconocido, lo que no nos tiene en cuenta. Algo que en Aniquilación se traduce en un grupo de científicas (encabezadas por Natalie Portman) que han de entrar en el Area X, una misteriosa zona de exclusión donde 'algo' (no preguntes qué) ha estado transformando la naturaleza, mutándolo en algo más peligroso y extraño. Un perfecto punto de partida para una de las películas más incomprendidas del año pasado.

Turistas (Ben Wheatley, 2012)

Ir de camping es divertido. Ir de camping con tu pareja es encantador. Ir de camping con un asesino en serie es preocupante. Pero más preocupante es descubrirlo y que no te importe. Porque de eso trata Turistas: producida por Edgar Wright, esta notable comedia de terror cuenta cómo una pareja redescubre el amor que les une dejando un reguero de cadáveres a su paso.

La matanza de Texas (Tobe Hooper, 1974)

Texas no es el lugar más amigable del mundo, y no sólo por las traidoras circunscripciones electorales que lo hacen parecer un nido de derechistas enajenados. Tampoco ayudan los matarifes canibales que persiguen a jóvenes hippies con motosierras para colgarlas cual reses y romperles la cabeza de un martillazo como si fueran gorrinos. Todo a la luz del día. Porque Texas en muy grande y la policía ni se está ni se la espera. Sobre todo si quien comete los desmanes es de raza blanca.

Temblores (Ron Underwood, 1990)

Si pensamos en lo rural imaginamos pueblos antiguos, vegetación y gente no necesariamente afable. Es comprensible. Pero lo rural también son cuatro casas mal puestas, desierto y gente no necesariamente antipática (Kevin Bacon, sin ir más lejos). Ese es el caso de Temblores, un clásico de la serie B donde el terror acecha en la oscuridad subterránea y emerge en páramos agostados por el sol más secos que el ojo de la Inés.

La bruja (Robert Eggers, 2015)

Cuanto más atrás en el tiempo transcurre una historia más fácil es que sea rural. Incluso si las ciudades no son un invento tan reciente. Pero La bruja es una película que, en su historicidad, sólo tiene sentido en el campo. Siendo la historia de una maldición, una persecución y un encuentro, con la naturaleza como representación última del reino de Satanás, aquí el terror emana del hecho mismo de habitar en lo silvestre. Lejos de la civilización. Como si la coz de un burro y la paranoia de una madre fueran la misma cosa cuando no tenemos a otras personas cerca.

El hombre de mimbre (Robin Hardy, 1973)

Midsommar trata de un extraño culto congregado en un lugar apartado donde hacen oscuros rituales a plena luz del día. Y esta misma sinopsis puede aplicarse sin problemas al clásico de Robin Hardy, zona cero del llamado 'terror pagano'. Con un guion de Anthony Shaffer (La huella) inspirado en la novela Ritual, de David Pinner, la película nos hace acompañar a un católico y pacato policía (Edward Woodward) a una encantadora isla regida por un culto pagano con Christopher Lee a la cabeza. Ojo, porque en este idílico lugar nada es lo que parece.

Dog Soldiers (Neil Marshall, 2002)

Escocia tiene unos bosques preciosos en los cuales es fácil perderse y perecer. Espera, ¿"perecer"? Sí, claro. Porque el siempre macarra Neil Marshall nos enseña que el ejército y los hombres lobo casan mal en una película extremadamente comprometida con la violencia campestre a plena luz del día. Al final, esa es la cuestión: el terror lo es por desconocido, por sus consecuencias, no porque ocurra de noche.

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