8 cuentos de Woody Allen que deberían ser películas

El genio de Manhattan recicló uno de sus monólogos de comediante para el guión de 'Midnight In Paris'. Nosotros recordamos algunas de sus obras literarias que se merecen pasar al cine, con o sin él tras la cámara. Por D. DE PARTEARROYO / Y. GARCÍA
8 cuentos de Woody Allen que deberían ser películas
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Parece que, aunque no volvería ni muerto a hacer comedia de escenario, Woody Allen sigue teniendo muy presentes sus días como profesional del stand up. ¿Por qué lo sabemos? Pues porque resulta que el argumento de su mejor película en años recicla uno de sus monólogos de juventud: el oscarizado (y goyizado) guión de Midnight In Paris está basado en La Generación Perdida, rutina cómica que Allen interpretó varias veces durante los 60, con frases como "Scott Fitzgerald y Gertrude Stein vinieron a mi casa para celebrar la Nochevieja: lo recuerdo muy bien, porque era abril".

Ante esta revelación, en CINEMANÍA hemos recordado que, además de sus películas, el genio de Manhattan tiene un auténtico tesoro de argumentos y chascarrillos que podría pasar al cine. Nos referimos a sus monólogos, claro, pero también a esos relatos y obras de teatro que aparecen en volúmenes tales que Cómo acabar de una vez por todas con la cultura, Perfiles y Sin plumas (recogidos los tres en la antología Cuentos sin plumas, claro). Fieles seguidores de la obra literaria de Woody, hemos seleccionado 8 de estas piezas que merecen convertirse en películas pero ya. Y, ahora que Allen ha retomado su carrera de actor y no le sobrará tiempo para dirigirlos todos, nos atrevemos a proponer un cásting y un director para cada una de las adaptaciones.

El alce

¿De qué va? Un hombre que cree haber cazado un alce descubre en su camino a casa que, en realidad, el animal está vivo. Lo único que se le ocurre es llevarlo a una fiesta de disfraces y presentarlo como el matrimonio Salomon. El alce va pasando desapercibido, hasta que no le sienta muy bien perder el premio de mejor disfraz de la fiesta ante los Berkowitz, un matrimonio disfrazado de alce.

La película: El propio Woody Allen se encarga de llevar a la gran pantalla uno de sus monólogos más famosos. Recordando lo bien que resultó en Si la cosa funciona, vuelve a contar con Larry David como álter ego y contrata a Jeffrey Tambor y Jessica Walter para interpretar al desdichado matrimonio Berkowitz. El alce de verdad es una animación digital en 3D con la voz de Bill Murray.

Una cita: "Voy conduciendo de vuelta a casa por la autopista y, al pasar por un tunel, el alce se despierta. ¡Estoy conduciendo con un alce vivo en el parachoques! Él hace las señales para los giros. ¡Pero hay una ley en el Estado de Nueva York contra conducir con un alce consciente los martes, jueves y sábados!".

Leyendas hasídicas

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¿De qué va? Siempre apegado a la tradición judáica (otra cosa es de qué manera), Woody nos ofrece una selección de cuentos judíos de Europa del Este, interpretados además por "un distinguido erudito". La profundidad de las historias es indiscutible, pero tenemos dos pequeñas dudas: una, el tono de estas, y de sus comentarios, se parece sospechosamente al del propio Allen. Y dos, que dichos cuentos transcurren en Chelm, un pueblo que en la tradición askenazí viene a ser algo así como nuestro Lepe, por los chistes.

La película: Demostrando que a judíos no les gana nadie, los hermanos Coen se marcan un híbrido de Un tipo serio con El violinista en el tejado, narrándonos los devenires místicos de una aldea hebrea llena de personajes... un tanto peculiares. El propio Allen, que ha vuelto a los platós, se marca un cameo como el rabbi del pueblo, mientras que Shia LaBeouf, Jake Gyllenhaal, Diana Agron y Adrien Brody acuden a él como campesinos atribulados.

Una cita: "Tengo una gran tribulación' - le dijo un hombre a un rabino - 'porque Dios me dio una hija muy fea'. '¿Cómo de fea?', preguntó el rev. 'Si la tumbara en un plato junto a un arenque, no se las podría distinguir'. El rabino pensó un largo rato, y volvió a preguntar: '¿Qué clase de arenque?'. El hombre, sorprendido por la pregunta, contestó: 'Eh... Un arenque Bismark'. '¡Qué lástima!' - exclamó el rabino. '¡Si fuera del Báltico, estaría más buena!".

El conde Drácula

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¿De qué va? El monstruoso conde Drácula que vive en Transilvania y se alimenta de la sangre de los aldeanos tiene un pequeño error de cálculo y sale de su ataúd durante un breve eclipse de sol a mediodía. Incapaz de volver a casa sin morir achicharrado, se refugia dentro del armario de los panaderos del pueblo, a quienes pretendía matar. La aparición sorpresa del alcalde y su esposa en la casa no hace sino complicar la ya de por sí difícil de explicar situación en la que se encuentra el conde.

La película: En una nueva demostración de lo bien que se le da crear tensión con escasos personajes en espacios cerrados, Roman Polanski adapta este relato y la crítica ve la mezcla perfecta entre la claustrofobia de Cul-de-sac y Un dios salvaje y el humor de El baile de los vampiros. Alec Baldwin sorprende como el atribulado vampiro, mientras que Jessica Chastain y Daniel Craig demuestran una gran química en su papel de panaderos confundidos. Dos viejos conocidos del director, Harrison Ford y Sigourney Weaver, hacen cameo como el alcalde y su señora.

Una cita: "Tengo que marcharme ya. Acabo de recordar que dejé encendidas las luces del castillo... Imagínese la cuenta que recibiré a fin de mes".

El cuento del lunático

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¿De qué va? Ossip Parks, un prometedor neurocirujano atraviesa la peor crisis personal de su vida: aunque ama mucho a su mujer, una intelectual sin demasiadas curvas, padece de una irresistible atracción física hacia una chica espectacular, adicta a las compras y a los talk shows de televisión. Sin ánimo de spoilear, avisamos que la resolución del cuento implica una operación de trasplante de cerebro, unos patines, un sombrerito tirolés y una mochila.

La película: Dando un giro dramático a la historia, David Cronenberg regresa a sus terrenos más viscosos y quirúrgicos con esta aclamada película. Michael Fassbender (cómo no) pisa de nuevo los terrenos psicoanalíticos de Un método peligroso, mientras que Tina Fey y Brooklyn Decker se ponen en la piel de los dos amores del protagonista.

Una cita: "Querido lector, no siempre he sido lo que popularmente se da en llamar 'un majareta callejero de Nueva York', que fisga por los cubos de basura para llenar su bolsa con trozos de cordel y tapones de botella. No, en otro tiempo fui un médico cotizado que vivía en la zona elegante del East Side, me dejaba ver por la ciudad en un Mercedes marrón y lucía con elegancia un variado surtido de trajes de cheviot Ralph Lauren".

Conversaciones con Helmholtz

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¿De qué va? El estudiante de psicología Fears Hoffnung mantiene largas conversaciones con su maestro el nonagenario doctor Helmholtz, eminencia del psicoanálisis ("probó que la muerte es una característica congénita"). Durante varios paseos por los jardines de una residencia de campo en Lausana (Suiza), Helmholtz reflexiona sobre la psicopatología, la religión y rememora su amistad y rivalidad de juventud con Sigmund Freud.

La película: Todo el mundo habla del papelón que hace Bruno Ganz como Helmholtz, mientras Gary Oldman le interpreta con perfecto acento austriaco en los flashbacks que desgranan su compleja relación con Freud. El rol del discípulo-narrador cae en el británico Tom Hiddleston, mientras que Steve Coogan tiene un pequeño papel como Hrolf, el maltratado criado de Helmholtz. Dirige Michael Winterbottom y Michael Nyman pone la música. 

Una cita: "¡Estos analistas modernos cobran fortunas! En mis tiempos, por 5 marcos, el mismo Freud te trataba. Por 10 marcos, te trataba y te planchaba incluso los pantalones. Por 15 marcos, Freud permitía que tú lo trataras a él y eso incluía una invitación a comer. (...) Si uno de nosotros no podía curar a un paciente en seis meses, le devolvíamos el dinero, lo llevábamos a ver una revista musical y le regalábamos un plato de caoba para frutas o un juego de cuchillos de acero inoxidable. Recuerdo que siempre se podía saber con qué pacientes había fracasado Jung porque les regalaba grandes osos de peluche".

La época nefanda en que vivimos

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¿De qué va? Un hombre arrestado por intentar asesinar al presidente de EE UU nos cuenta su triste historia: se trataba de un veterano de Vietnam que, sin advertirlo, fue víctima de un experimento secreto con LSD de la CIA. Tras el consiguiente cacao emocional, el protagonista Willard Progebin buscó un remedio a sus males en la psicoterapia alternativa, atravesando con ello los extremos más delirantes de los 70: sectas, gurús, lavados de cerebro y una estancia en la clínica del siniestro doctor Perlemutter.

La película: Puestos a interpretar a personajes con un tornillo suelto, ¿quién mejor que Robert Downey Jr.? El actor de Iron Man vuelve a formar tándem con David Fincher, retomando ambos esa senda seventies y conspirativa de Zodiac. Como el doctor Perlemutter, Brad Pitt se luce, comparándole la crítica con el Peter Sellers de Teléfono rojo.

Una cita: "Haciendo autostop hacia la Costa Oeste, fui recogido por dos simpáticos californianos: un joven carismático con una barba como la de Rasputín, y una joven carismática con una barba como la de Svengali. Encontrarme les venía muy bien, me dijeron: estaban transcribiendo la Cábala en pergaminos, y se les había acabado la sangre".

Correspondencia

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¿De qué va? Dos amigos cultos, refinados y de extrema educación, mantienen una partida de ajedrez por correspondencia que sufre algunos desfases. Mientras Gossage manda por escrito sus movimientos a Vardebedian, él hace lo propio, dando como resultado un tremendo lío epistolar que se adereza con movimientos imposibles de piezas y trucos para ganar. Es decir, la partida de ajedrez más extraña e inexplicable de todos los tiempos.

La película: El franco-suizo Jean-Luc Godard ve la ocasión de utilizar el relato de Allen como metáfora de la deriva política de Europa asociada a la crisis financiera. Su propuesta consiste en la grabación en HD de dos tableros de ajedrez diferentes mientras, con pantalla partida, se ve el desarrollo en tiempo real de ambas partidas. Las palabras de Gossage y Vardebedian son recitadas como voces en off: Alain Badiou el primero y Will Ferrell el segundo. Durante un breve interludio musical, Isabelle Huppert aparece como el Banco Central Europeo.

Una cita: "Ayer recibí su última carta y, pese a que era levemente incoherente, creo comprender el motivo de su devaneo. Después de haber estudiado el diagrama que adjunta, me resultó obvio que, en las últimas seis semanas, hemos estado jugando dos partidas de ajedrez absolutamente distintas (yo, de acuerdo con nuestra correspondencia; usted, según unas normas muy sui generis en lugar de hacerlo según el sistema racional adoptado por todos)".

La puta de Mensa

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¿De qué va? Kaiser Lupowitz, el detective intelectual y metafísico, es uno de los personajes más fascinantes de Woody Allen que jamás se ha visto en la pantalla. Cual un Philip Marlowe del mundo cultural, Lupowitz se enfrenta aquí a su caso más difícil: desarmar una agencia de trata de blancas que satisface los deseos inconfesables de los bohemios de Greenwich Village.

La película: Con Wes Anderson a la dirección, abordando por primera vez el género policíaco, y un Jason Schwarzman en estado de gracia, la película de La puta de Mensa recibe aplausos por su parecido con la serie Bored To Death, sólo que con más cámaras lentas y chistes más refinados. Zooey Deschanel, la actriz más hipster de Hollywood, se mete al público en el bolsillo encarnando a una prosti psicoanalítica y fan de Nick Drake.

Una cita: "Por cien pavos, una chica te prestaba sus discos de Bartók, cenaba contigo y te dejaba mirar mientras sufría un ataque de ansiedad. Por ciento cincuenta, podías escuchar una emisora de música alternativa con unas gemelas. Por tres billetes, servicio completo: una hebrea morena y delgada ligaba contigo en el MOMA, te dejaba leer su tesis doctoral, discutía a gritos sobre la misoginia en la obra de Freud y, para terminar, fingía un intento de suicidio según el método que tú eligieses. Bonito negocio. Gran ciudad, Nueva York".

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