7 directores de guardia para películas desastrosas

Los productores de la película 'Margaret', en dique seco desde 2005, han fichado a Martin Scorsese para terminarla. Te recordamos otros ejemplos de cineastas que acuden al rescate. Por CINEMANÍA
7 directores de guardia para películas desastrosas
7 directores de guardia para películas desastrosas
7 directores de guardia para películas desastrosas

Rodada en 2005 con un reparto estelar (Anna Paquin, Jean Reno y Matt Damon, entre otros), la película Margaret lleva desde entonces arrastrándose por salas de montaje en busca de una versión definitiva que podría no llegar nunca... O sí, porque sus productores han fichado a Martin Scorsese para dar el último toque a este filme que firma Kenneth Lonegan (Puedes contar conmigo) y que, dicen, amargó los últimos años de su principal impulsor, Sydney Pollack.

Caso de que 'Marty' consiga arreglar este maratoniano aborto, cuyo primer guión arrojaba una duración de 185 minutos, pasaría a incorporarse a la selecta lista que incluímos a continuación: cineastas que intervinieron en películas ajenas para rescatarlas de problemas empresariales, rodajes infernales y contratiempos de toda índole, algunas realmente severos.

Lo que el viento se llevó (Victor Fleming, 1939)

Nada menos que tres directores hicieron falta para llevar a la pantalla la historia de amor de Vivien Leigh y Clark Gable. La impaciencia del productor David O. Selznick se llevó por delante a Sam Wood y a un joven George Cukor, correspondiendo a Victor Fleming la tarea de concluir este mastodonte, seguramente uno de los rodajes más caóticos de la historia.

Cleopatra (J. L. Mankiewicz, 1963)

Los productores de la 20th Century Fox no andaban muy finos el día en el que decidieron sustituir a Ruben Mamoulian (eficiente profesional) como director de esta película. Porque, si quieres un peplum de presupuesto mediano para llenarte los bolsillos, la última persona a la que deberías acudir es a un perfeccionista maniático como J. L. Mankiewicz. El resultado final, merced a las obsesiones del director, las quisicosas de Liz Taylor y Richard Burton y otras calamidades, casi arruina al estudio. Por cierto, el único 'crimen' de Mamoulian había sido proponer a una actriz afroamericana (Dorothy Dandridge) para el papel protagonista.

Espartaco (S. Kubrick, 1960)

Si Kirk Douglas sigue gastando un carácter fino hoy, pese a su venerable edad, imagina cómo sería hace 51 años, cuando estaba hecho un chaval y Hollywood se arrodillaba ante él. De ahí que, cuando Anthony Mann se le puso flamenco durante este rodaje, le despidiera sin más, reemplazándole por un joven de apenas 30 años con el que había trabajado en Senderos de gloria: un tal Stanley Kubrick. Huelga decir que Douglas y el genio del Bronx acabaron tirándose los trastos a la cabeza, pasando de ser buenos amigos a enemigos encarnizados.

El hombre de Chinatown - Hammett (W. Wenders, 1982)

Con el propósito de llevar a la pantalla la vida del autor de El halcón maltés (o, mejor dicho, un relato policíaco inspirado el ella), Francis Ford Coppola contrató a un Wim Wenders entonces en plena boga. Pero, cuando el futuro autor de El cielo sobre Berlín se pasó con sus veleidades autorales, el gordo italoamericano le despachó por las bravas, completando él la película. En honor de Coppola digamos que, aunque sus contribuciones a Hammett superan el 70 por ciento del metraje estrenado, rehusó firmarla como codirector.

Alien 3 (D. Fincher, 1992)

Eres director de cine. Te ofrecen participar en una secuela (con toda la mala prensa que eso conlleva) de la que han huído ya el guionista William Gibson y los directores David Cronenberg y Vincent Ward. Además, la estrella del filme (Sigourney Weaver, cómo no) ha aceptado a regañadientes regresar a la franquicia, y no está de muy buen humor. ¿Aceptarías? David Fincher, por entonces un exitoso videoclipero, dijo que sí... Y aún se está arrepintiendo.

Lágrimas negras (F. Bauluz, R. Franco, 1998)

En ocasiones, sustituir a un director no es una consecuencia del cabreo de los ejecutivos, sino de circunstancias trágicas. Buena prueba de ello es Lágrimas negras, una historia de amor trágico entre Fele Martínez y Ariadna Gil que fue concluída por Fernando Bauluz tras el fallecimiento de su responsable original, el siempre frágil Ricardo Franco.

X-3: La decisión final (B. Ratner, 2006)

Darren Aronofsky, Joss Whedon, Zack Snyder y Alex Proyas: todos estos directores fueron candidatos para rematar la saga X-Men después de que Bryan Singer dejase plantado al proyecto para irse a dirigir El diablo viste de... ¡Perdón! Queríamos decir Superman Returns, llevándose de paso a su equipo de guionistas. Cuando parecía que Matthew Vaughn (Kick-Ass) iba a ser el elegido, este salió volando tras recibir presiones de la productora, la cual optó por la opción más barata y menos problemática: el siempre impersonal Brett Ratner. Finalmente, Singer y Vaughn se han encontrado en X-Men: Primera generación.

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