6 cosas que queremos ver en 'Star Wars: Episodio VII'

Ya es oficial: el Episodio VII de Star Wars, ese cuyo anuncio nos cogió anoche por sorpresa y que llegará en 2015, estará basado en un argumento totalmente original, sin referirse a ninguna de las novelas o cómics del Universo Expandido. Tras la compra de Lucasfilm por parte de Disney, este anuncio ha dejado alicaídos a muchos fans de toda la vida, que ya soñaban con ver en pantalla grande el argumento de Heredero del Imperio (por ejemplo). Pero también ha proporcionado una nueva esperanza, como dijo el otro, para quienes creemos que el universo de 'Tío George' aún tiene grandes posibilidades sin explotar.

Durante estas horas de novedad, los warries del mundo han expresado demandas de todo tipo: desde que Joss Whedon dirija el Episodio VII, hasta que Michael Fassbender se convierta en caballero Jedi, pasando por una edición de la trilogía original sin retoques digitales (ay, ojalá...). Nosotros picamos menos alto y, en lugar de exigir realidades concretas, reunimos aquí seis requisitos que la séptima película de la saga deberá reunir para batirse con los blockbusters modernos. ¿Estás de acuerdo con ellos?

Seamos sinceros: la orden mística más poderosa de la galaxia muy, muy lejana sufrió un golpe considerable con las precuelas. Como todo lo demás, es cierto, pero los caballeros del sable de luz quedaron especialmente en evidencia. Las presencias imponentes de Samuel L. Jackson, Ewan McGregor y Liam Neeson hicieron muy poco para aliviar desastres como la invención de los midiclorianos, o esas eternas disquisiciones sobre la naturaleza de la Fuerza. Una revisión del universo Star Wars debería mostrarnos a unos Jedi aventureros, renovados tras su refundación a manos de Luke Skywalker y, sobre todo, en pleno uso de unos poderes cuanto más espectaculares, mejor. Ir tirando de agenda e importar a unos cuantos coreógrafos y maestros de armas desde Japón y Hong Kong no sería una mala idea...

Ya sabemos que el contenido de la nueva trilogía será del todo original, así que personajes como el Gran Almirante Thrawn o Mara Jade quedán descartados en ella. Y es una pena, porque desde que Darth Vader decidió darle clases de vuelo sin motor a Palpatine, estas figuras han sido lo más parecido a unos villanos bigger than life en asomarse a la saga galáctica. Tras esos antagonistas tan rematadamente sosos que vimos en los episodios I, II y III, urge que el serial recupere un cociente aceptable de perversidad: gánsteres hutt más malos que la quina, supervivientes del Imperio ansiosos por cuadrar cuentas con la Nueva República, los siempre socorridos Lores del Sith... Las posibilidades son infinitas, y Disney y Lucasfilm harían bien en aprovecharlas.

Perdonadnos por la expresión, pero tanto la primera trilogía (salvo por la siempre maravillosa Princesa Leia) como las precuelas (ídem para Natalie Portman como Amidala) resultaban lo que vulgarmente se define como "un campo de nabos". Es sabido que las relaciones de George Lucas con el sexo femenino nunca han sido ideales, así que, libres por fin de sus terrores de friki con papada, las nuevas entregas deberían ponerse a tono con los tiempos y otorgar protagonismo a las chicas. ¿Es que no hay damas Jedi con historias que contar? ¿Y capitanas contrabandistas capaces de batir el récord de Han Solo en la Ruta de Kessel? Estamos seguros de que sí, y nos morimos por conocerlas.

Atención: cuando hablamos de "personajes jóvenes", no nos referimos en absoluto a niños angelicales que griten "¡Yupiii!" mientras masacran a soldados-robot. Sabéis por qué lo decimos, ¿verdad? Pues reflexionemos sobre el tema: para muchos espectadores que se asomen a él en 2015, el Episodio VII será su primer contacto con el Universo Star Wars. Y, por la misma regla de tres, si La guerra de las galaxias triunfó en su momento fue por su recurso a heroes jóvenes, cabreados y con los que cualquier adolescente de 1977 podía identificarse. Después de todo, innumerables libros y películas han empleado el mismo esquema argumental que la primera entrega de la saga (pensemos en la infumable Eragon), con lo cual remozar este al gusto de las nuevas generaciones es un deber insoslayable.

Tras El retorno del Jedi quedamos en que el Imperio está hecho picadillo, el Emperador y Darth Vader han muerto y la Alianza Rebelde comienza su reconstrucción de la galaxia. Pero después, ¿qué? Dado que la historia del Episodio VII sucederá en el tiempo a la historia que todos conocemos, estamos deseando ver qué tal se les dio a Leia Organa y al resto de los líderes políticos de la Alianza montar un estado multiplanetario... Y cuáles son los puntos débiles de este. Eso sí, dentro de un orden, porque es recordar esos discursos de Jar Jar Binks en el senado y entrarnos escalofríos...

Vale, esto no es necesariamente un requisito para la nueva película. Pero la nefasta reacción de los fans ante ciertos despropósitos de Lucasfilm debería haber puesto sobre aviso a Kathleen Kennedy y compañía: tratándose de la madre de todas las franquicias multimedia, Star Wars debe cuidar su imagen en múltiples frentes. Y eso no sólo implica entregar largometrajes que merezcan la pena, sino también cuidar todos sus productos derivados, desde las series y los cómics a los videojuegos. ¿Qué pasa con esa serie de TV en imagen real? ¿Obtendrá por fin la franquicia un juego online multijugador que le plante cara a World of Warcraft? ¿Tendremos por fin un spin-off a la altura, en la forma que sea, protagonizado por Boba Fett? Señores de Disney, es su turno para mover ficha.