5 películas para recorrer el legado de Yukio Mishima

Se cumplen 48 años del 25 de noviembre de 1970, día en el que el escritor Yukio Mishima se suicidaba tras fracasar sus fantasías de un golpe de estado
5 películas para recorrer el legado de Yukio Mishima
5 películas para recorrer el legado de Yukio Mishima
5 películas para recorrer el legado de Yukio Mishima

Hoy, 25 de noviembre se cumple un aniversario algo espinoso. Un día como hoy de 1970, el escritor Yukio Mishima, acompañado por su suerte de falange homoerótica, el Tate no Kai, entraba en un importante cuartel del ejército japonés para intentar prender la mecha de un golpe de estado que devolviera al país al nacionalismo anterior a la Segunda Guerra Mundial.

Al no conseguirlo, y ante un montón de soldados que se reían de su teatralidad, el autor de Confesiones de una máscara cumplía una de sus fantasías: suicidarse por el rito del seppuku.

5 películas para recorrer el legado de Yukio Mishima

Genio absoluto varias veces candidato al Nobel de literatura, tipo refinado, militarista, ultranacionalista, narcisista y un enamorado del cine, la huella de Mishima se puede rastrear tanto en obras tan aparentemente lejanas como el Akira de Katsuhiro Otomo como en algunas películas en las que de alguna manera intervino.

Para recordarle tras estos 48 años en los que batió el récord del código del honor samurai, vamos a repasar cinco de ellas:

Karakkaza yarô / Afraid to die (Yasuzô Masumura, 1960)

Ahora que parece que gracias a ciclos como el de Filmoteca Española se reivindica la obra de un cineasta como Yasuzô Masumura, conviene recordar que el director de La bestia ciega compartió pasillos de la facultad con Mishima y que en 1960, en plena efervescencia del escritor, que ya había publicado algunos de sus libros más conocidos, le dio un papel protagonista en esta película de yakuzas.

Cuenta la leyenda que el autor, encantadísimo ante la oportunidad de convertirse en estrella de cine, solamente puso dos condiciones: llevar una cazadora de cuero para parecerse a James Dean en Rebelde sin Causa y morir en pantalla.

Yokoku. Rito de amor y muerte (Yukio Mishima, 1966)

Cuatro años antes de su muerte ritual, Mishima dejó aparcados los manuscritos literarios para dirigir un sorprendente cortometraje. En esta historia ambientada en Golpe de Estado del 26 de febrero de 1936 están todos sus temas sobre la pérdida del honor japonés, la admiración por el poderío militar de la potencia asiática y el suicidio, pero también hay un hecho más que sorprendente por las casualidades que se conocerían años después ... además de estar dirigido, escrito y producido por él mismo, Mishima se reservó el papel protagonista: el de un miembro del grupo que tras su fracaso, afronta su propio seppuku.

El lagarto negro (Kinji Fukasaku, 1968)

https://vimeo.com/85414695

Aunque Fukasaku (todo gracias a Tarantino) nunca ha caído en el injusto olvido de Masumura, tampoco está de más esta oportunidad para reivindicar una de las películas que reunió a más estrellas de la cultura japonesa del momento.

Unos años antes, en 1961, Mishima había convertido en obra de teatro la novela de Edogawa Rampo, Kuro Tokage, una comedia sobre una ladrona de joyas. La adaptación no pasa por ser una de las obras más conocidas de Mishima y solamente hace unos años ha sido traducida del japonés, pero sirvió para que el prolífico director de Battle Royale y la franquicia Battles Without Honor and Humanity la adaptara al cine con un impagable cameo del escritor.

Los días impuros del extranjero (Lewis John Carlino, 1976)

En la extraña personalidad de Mishima convivían un nacionalista que consideraba que el honor de su país había sido mancillado en la Guerra Mundial y un profundo admirador de la cultura popular de Estados Unidos, de modo que seguro que de haber vivido en 1976 le habría gustado ver que su novela El marino que perdió la gracia del mar se transformaba en una película con Kris Kristofferson .

Eso sí, en esta versión se perdía una buena parte de la amargura del original, lo que quizá no le hubiera gustado tanto.

Mishima (Paul Schrader, 1985)

15 años después del fallecimiento del escritor, Paul Schrader, con ayuda de su hermano Leonard (afincado en Japón) llevó al cine esta reconstrucción de los últimos minutos de vida del escritor en los que la realidad se mezclaba con situaciones de cuatro de sus obras más conocidas: El templo del pabellón de oro, Kyoko's House, Caballos desbocados y su autobiografía, Confesiones de una máscara.

La película es todo un clásico del cine de Schrader y una vía maravillosa para acceder a la personalidad de uno de los escritores más importantes del siglo XX. Eso sí, hay un pero y es que siempre ha puesto de los nervios a los herederos de Mishima, cabreados porque la película entra en la pantanosa bisexualidad del escritor.

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