5 lecciones vitales que aprendiste de ‘El rey león’ sin darte cuenta

¿Eras muy pequeño cuando se estrenó el clásico félido de Disney y no te acuerdas de lo mucho que te enseñó sobre la vida? No te preocupes, el remake en CGI te lo recuerda
5 lecciones vitales que aprendiste de ‘El rey león’ sin darte cuenta
5 lecciones vitales que aprendiste de ‘El rey león’ sin darte cuenta
5 lecciones vitales que aprendiste de ‘El rey león’ sin darte cuenta

Ver El rey león genera profundas contradicciones. Por un lado, uno observa estupefacto su naturaleza de clon, plano a plano, de la original. Por otro, también disfruta gozosamente de ese mismo espectáculo que ya le emocionó hace 25 años.Y ahora inserte aquí su pregunta incrédula: “¿Pero qué sentido tiene hacer la misma película otra vez?”. El mismo que el que ha convertido a Aladdin en uno de los mejores estrenos del año y que explica la ristra de remakes de acción real que nos esperan en los próximos años, desde La sirenita a Mulan. Los espectadores ya no van al cine porque sí. Hay que convencerles con una razón extra, crear un evento, decirle que va a volver a ver uno de los cuentos favoritos de su infancia pero mejorado.

Así están las cosas para el cine en 2019. Las motivaciones de fondo poco tienen que ver con lo cinematográfico y sí con lo marketiniano. Y, por supuesto, la cartelera corre el riesgo de convertirse en un estreno único. Pero si El rey león no ha cambiado en estos 25 años, tú sí que lo has hecho. Y si tenías 10 años, como es mi caso, cuando viste en pantalla grande este clásico leonino posiblemente nunca llegaste a reflexionar sobre todo lo que aprendiste de la vida gracias a él. Qué mejor ocasión para hacerlo.

El ciclo de la vida

Cursos de Ciencias Naturales y Conocimiento del Medio echados por tierra en los primeros cinco minutos de El rey león. "Los leones se comen a los antílopes, pero al morir se convierten en la hierba de la que se alimentan los antílopes”, le explica Mufasa a Simba. De fondo, la canción que Elton John compuso en una tarde y que perdió el Oscar ante la retozable Can You Feel the Love Tonight rezaba que en el ciclo de la vida todos estamos conectados en un equilibrio que (bien lo sabe Scar) no conviene romper.

El mal existe… y está más cerca de lo que creías 

Tras años de historias sobre chicas enamoradas del príncipe azul y hostigadas por malísimas villanas, Disney se descolgó por fin con un filme unisex en el que lo importante no era el amor verdadero y en el que el malo era (¡aleluya!) un personaje masculino. La perfidia del malérrimo tío de Simba, Scar –Jeremy Irons en la versión de 1994 y Chiwetel Ejiofor en la nueva–, traía ecos shakesperianos –de Hamlet, vaya– y nos enseñó que había gente mala en el mundo y que podía estar más cerca de lo que creíamos.

Los padres no son inmortales 

Bambi ya había hecho el trabajo sucio, pero El rey león no se quedó atrás. Aquella estampida en un desfiladero que se llevaba a Mufasa por delante y dejaba a Simba bajo la indeseable tutela de Scar vino a confirmar lo que las huérfanas Cenicienta, Bella o Blancanieves ya venían advirtiéndonos tímidamente: disfruta de tus padres mientras puedas. ¡No siempre van a estar aquí!

Solo se vive una vez

Cuando las desventuras de Simba corrían el peligro de volverse demasiado oscuras para la casa del Ratón –para eso ya estaba Fievel va al Oeste–, hacían su estelar entrada en escena Timón y Pumba –en la nueva versión interpretado por Seth Rogen, que roba la película–. Con ellos, su filosofía “problemfree” y su dieta vegetariana, aprendimos que un poco de hedonismo y existencialismo no hacen daño a nadie.

En algún momento toca madurar

Hay un momento en la vida en el que hay que aparcar el hakuna matata y toca crecer. A Simba no le quedaba otra que hacer caso a las súplicas de Nala –ahora Beyoncé– y volver a poner orden en  Pride Lands, devastadas por su tío Scar y su ejército de hienas tras robarle el trono a su padre Mufasa.

El rey león se estrena el 19 de julio.

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