20 actores legendarios que nunca ganaron un Oscar

No sabes cuánto lo sentimos, 'Leo' DiCaprio. Sabemos que en tu papel de J. Edgar lo has dado todo, que llegar hasta las carteleras de la mano de Clint Eastwood es garantía de calidad, y que ya le vale a la Academia de Hollywood por no nominarte. Aun así, queremos decirte que no estás solo: fíjate, sin ir más lejos, en el amigo Brad Pitt, que aspira este año por cuarta vez a la estatuilla (por Moneyball) sin excesivas garantías de éxito... O en cualquiera de estos 20 mitos de Hollywood que no tienen un hombrecito dorado sobre la mesa.

En algunos (muchos) de los casos, la Academia no pudo remediar su error, fallecimiento mediante. En otros, se curó en salud mediante un premio honorífico. Y unos cuantos todavía conservan la esperanza de llevarse un Oscar a casa, mientras les quede cuerda y los filmes acompañen. Si el año pasado te hablamos de 10 directores geniales que nunca ganaron el Oscar, en 2012 doblamos la apuesta hablándote de estos 20 intérpretes legendarios que jamás se hicieron con la estatuilla.

El actor: ¿Un ídolo adolescente venido a más, o un genio cuya carrera fue truncada antes de tiempo? Nunca lo sabremos, pero su escasa filmografía da pie a pensar lo segundo.

Nominaciones: Dos, ambas póstumas y ambas como actor principal (Al este del Edén y Gigante). La primera la perdió ante el gran Ernest Borgnine de Marty, pero la segunda tuvo más delito: Yul Brinner le birló la estatuilla por El rey y yo. Pero, por desgracia, 'Jimmy' ya no estaba en situación de que eso le importara.

El actor: Galán por antonomasia de la historia de Hollywood, este británico se las apañaba igual de bien en el thriller (Con la muerte en los talones), en la comedia (La fiera de mi niña) y en el cine bélico (Destino Tokyo). Directores como Howard Hawks y Alfred Hitchcock le adoraban.

Nominaciones: Por si dejarle sin galardón no fuese suficiente, la Academia sólo nominó a Grant por dos de sus trabajos menos recordados: Serenata nostálgica y Un corazón en peligro. En 1970, ya retirado, recibió uno de esos premios honoríficos que suenan a disculpa.

El actor: Aún vivo y coleando, O'Toole entró relativamente tarde en el celuloide (con 30 años), pero se labró pronto una gran reputación... Que él mismo se encargó de triturar a base de excesos personales y trabajos mercenarios. Pese a ello, en su carrera hay muchos triunfos.

Nominaciones: Ocho, nada menos, y todas como Actor Principal. Entre ellas destacamos Lawrence de Arabia (1963, ganó Gregory Peck por Matar a un ruiseñor), El león en invierno (1969, se lo birló Cliff Robertson por Charly) y Adiós Mr. Chips (que perdió, en 1970, frente al John Wayne de Valor de ley). Su última candidatura fue en 2007, por Venus.

El actor: Bajito, galés, alcohólico y escritor (frustrado), el iracundo amor de Elizabeth Taylor fue uno de los intérpretes más aclamados de su tiempo, pese a las borracheras, los altibajos y los diamantes comprados a precio del PIB de un país pequeño.

Nominaciones: Mientras que su seño ganó dos Oscar como actriz, Burton se quedó en blanco pese a sus siete nominaciones. Más allá de las inevitables (El espía que surgió del frío, Becket, ¿Quién teme a Virginia Woolf?), tiene guasa constatar que su segunda candidatura fue debida a un clamoroso truño como La túnica sagrada.

El actor: El más atormentado de los actores del 'Método' era carismático, era talentoso y fue guapo, hasta que un accidente de coche le hizo caer en manos de la cirugía plástica y de los tranquilizantes. Todas estas desgracias modelaron, también, su personalidad escénica.

Nominaciones: Cuatro, y la mayoría bien merecidas. Cuando aspiró al premio por Un lugar en el sol, Clift vio al Humphrey Bogart de La reina de África sostener 'su' estatuilla, y a William Holden (Traidor en el infierno) hacerse con el premio al que aspiraba por De aquí a la eternidad.  Su estremecedora intervención como secundario en Vencedores o vencidos le ganó una nominación al actor de reparto, pero finalmente fue George Chakiris (West Side Story) quien se llevó el Oscar.

El actor: Olvídate de Robert Downey Jr.: si ha habido algún actor en Hollywood que merezca pasar a la historia por su amor al desparrame y sus aires de playboy, ese ha sido Errol. El cual narró puntualmente sus hazañas (fuera de la pantalla, se entiende) en un descacharrante libro de memorias.

Nominaciones: Ninguna. El ninguneo en los Oscar no sólo es patrimonio de los sex symbols femeninos, sino también de los héroes del cine de acción, género en el que Flynn era especialista. Da rabia pensar que ni El capitán Blood, ni La vida privada de Elisabeth y Essex ni Robín de los bosques le granjearon una cochina candidatura, pero seguro que a él le importaba un pimiento...

El actor: Decir "actor" en el caso de Welles es un tímido eufemismo, dado que este genio entre genios también dirigía, escribía y montaba (¡y cómo!). El caso es que atreverse a tocar las narices del magnate W. R. Hearst en su debut Ciudadano Kane le procuró una tormentosa relación con Hollywood. A la cual contribuyó, para colmo, su amor por el dinero fácil.

Nominaciones: Orson sólo ganó un premio como guionista (compartido por Herman Mankiewicz, por Ciudadano Kane), y una nominación como Actor Principal, por el mismo filme, que perdió frente al Gary Cooper de El sargento York. Pensar que su papel de secundario robaescenas en Sed de mal se quedó sin candidatura da bastante rabia, la cual no se atenúa sabiendo que recibió un premio honorífico en 1971.

El actor: Al igual que Orson Welles, Chaplin hace doblete en este informe y en nuestra lista de grandes directores que nunca se llevaron una estatuilla. Y eso, tratándose de dos de las personalidades más influyentes de la historia del cine, querrá decir algo...

Nominaciones: En realidad, Chaplin ganó tres Oscar: un premio especial en 1929 por El circo (en calidad de director, guionista y productor), un galardón honorífico en 1972, y un premio a la Mejor Banda Sonora al año siguiente por Candilejas. Pero, como actor, sólo estuvo nominado una vez, por El gran dictador, en 1941.

El actor: ¿No sabes quién es Groucho? ¿No te gusta la comedia? Contesta primero a la segunda pregunta, porque el cabecilla de los Hermanos Marx es una de las más eficaces fábricas de risas con bigote (pintado) que jamás pisaron un plató.

Nominaciones: Ninguna. Provinientes del cabaret y el music hall, los Marx fueron considerados como unos comediantes del montón durante su período de actividad, por más que se codearan con la créme de la créme del mundo literario. Un enigma este que no podría resolver ni el mismísimo Capitán Spaulding.

El actor: En los días del Hollywood clásico, si buscabas a un intérprete de físico tirando a repugnante, pero con capacidad camaleónica, Edward G. era tu hombre. El intérprete de origen rumano trabajó a las órdenes de Billy Wilder, John Huston, Michael Curtiz y Orson Welles, entre otros grandes.

Nominaciones: Ninguna. Será por lo feo que era, pero tras verle bordando sus papeles en Cayo Largo, Tres semanas en otra ciudad, Perdición o incluso Los diez mandamientos, lo que sí tiene mala pinta es el desdén de la Academia ante su trabajo.

El actor: Tan famoso por su hoyuelo en la barbilla como por su inestable temperamento y sus opiniones contundentes (la más famosa: "Stanley Kubrick es un hijoputa con talento"), puede que el gran Kirk nunca se haya llevado un Oscar a casa, pero aún le queda cuerda para liarla parda en las ceremonias.

Nominaciones: Tres. La primera, por El ídolo de barro, la segunda por Cautivos del mal (que Gary Cooper te levante una estatuilla por Solo ante el peligro tiene un pase, la verdad) y la última por El loco del pelo rojo, perdida ante Yul Brinner y El rey y yo. ¿Dónde están Espartaco, Senderos de gloria, El gran carnaval...? Nosotros nos preguntamos lo mismo.

El actor: Vivo y bien, pese a lo mucho que ha castigado su hígado y su tabique nasal, el bueno de Harvey ha puesto su cubista rostro al servicio de Martin Scorsese, Abel Ferrara (fue el primer Teniente corrupto), el fallecido Theo Angelopoulos y... Fernando Colomo, que le enfrentó a Miguel Bosé en El caballero del dragón.

Nominaciones: Una. Y a ver si adivinas por qué película fue: ¿por Taxi Driver? Frío, frío. ¿Por Malas calles? En absoluto. ¿Por Teniente corrupto, entonces? Nanai: a Keitel lo nominaron por Bugsy, el megalómano desastre mafioso pergeñado por Warren Beatty a mayor gloria de su ego y su relación con Anette Bening.

El actor: Ex carpintero, y ex 'víctima' de George Lucas, Ford no es sólo un sex symbol madurito, pero presentable, y uno de los iconos del Hollywood moderno. También es un piloto de helicóptero muy competente y, dicen, un señor muy desaborío.

Nominaciones: Una. Y menos mal que fue por Único testigo (en 1986), uno de sus mejores papeles. Porque por lo que se ve, momentos como el "Te quiero - Lo sé" de El Imperio contraataca o epítomes de lo cool como las tres primeras películas de Indiana Jones no tienen mérito alguno para los académicos.

El actor: Si el apodo no estuviese ya cogido por David Bowie, a este señor eternamente joven (o eso parece) le llamaríamos "Camaleón", como su personaje de Rango. El mejor amigo de Tim Burton puede ser irregular, histriónico y todo lo que se quiera, pero también es uno de los mejores actores de este planeta.

Nominaciones: Tres. Y, aunque Eduardo Manostijeras o Ed Wood no se hallen entre ellas, podemos admitir que fueron por tres de sus mejores trabajos: Sweeney Todd (como no cantaba, Daniel Day-Lewis acabó triunfando por Pozos de ambición en 2008), Descubriendo nunca jamás (ganó Jamie Foxx por Ray) y Piratas del Caribe en 2004, perdido ante el Sean Penn de Mystic River. Sí, Jack Sparrow estuvo nominado y no salió corriendo con la estatuilla en la mano. Qué cosas.

El actor: De intérprete shakespeariano, a icono del Free Cinema británico (gracias a la tremenda Sábado noche, domingo mañana) y, de ahí, a secundario de lujo en Hollywood y mejor intérprete del detective Hécules Poirot. No está mal para un chavalote de Manchester, ¿verdad?

Nominaciones: Cinco. La primera fue por Tom Jones en 1964, perdida ante Sidney Poitier, que competía por Los lirios del valle. Y la última, en 2001 por Erin Brockovich (Benicio Del Toro le arrolló por Traffic). Pero la mayor injusticia, a nuestro entender, es que no se molestasen en nominarle por su papelón en Muerte entre las flores.

El actor: Vale, da mucha rabia. Su imagen pública es cuanto menos cuestionable, lo de la Cienciología dejó de hacernos gracia hace mucho tiempo, y qué decir de su forma de saltar sobre los sofás. Pero admitamos que, cuando se toma en serio eso de actuar, el señor esposo de Katie Holmes da mucho juego.

Nominaciones: Tras sobreponerse a la losa de sex symbol de guardia que le acompañó durante los 80 (con títulos como Cocktail, apañado iba), Tom ha sido nominado tres veces. A saber: por Nacido el cuatro de julio (Daniel Day-Lewis, que competía por Mi pie izquierdo, le sacó más partido a la silla de ruedas), por Jerry Maguire y también por Magnolia. Se ve que lo de "¡Seduce y destruye!" no funciona con los hombrecitos dorados.

El actor: Tan carismático ante la cámara como insoportable (dicen) detrás de ella, Edward prometía muchísimo en sus inicios. Pero últimamente no da una, entre directos desastres (Stone) y rifirrafes con Marvel para que le devuelvan el papel de Hulk.

Nominaciones: Dos. Edward figuró entre los candidatos a Mejor Actor de Reparto por Las dos caras de la verdad (1997: Cuba Gooding Jr. fue el ganador por Jerry Maguire) y aspiró al premio gordo en 1999 por American History X, perdiendo frente al Roberto Benigni de La vida es bella. ¿Y qué pasó con El club de la lucha? Pregúntale a Tyler Durden...

El actor: Ex pintor de brocha gorda (y ex novio de Helen Mirren), Neeson dejó de ser un relativo desconocido gracias a Sam Raimi, que le cubrió de maquillaje protésico para Darkman. Desde entonces, es el irlandés más gallardo y más señor de la Meca del Cine.

Nominaciones: Sólo una, pero qué una. Liam se quedó a las puertas del Oscar al Actor Principal por La lista de Schindler, en 1994. Lástima que Tom Hanks hiciera valer la carta del discapacitado (enfermo de sida, en realidad) ese año por Philadelphia.

El actor: Seguimos sin olvidarnos de los secundarios de lujo, ni tampoco de los feos. Y es que el bueno de Steve, con 125 títulos en su haber entre películas y series, es un rato largo de ambas cosas.

Nominaciones: Ninguna. Y eso que, el año pasado, ganó un Globo de Oro al mejor actor televisivo por Boardwalk Empire. Está claro que ser un intérprete de carácter no es ninguna bicoca cuando de los Oscar se trata, pero que no lo tuviesen en cuenta por Reservoir Dogs, Fargo o El gran Lebowski clama al cielo.

El actor: De bandarra consumado a talento establecido, y de intérprete inestable (pero de verdad: las compañías de seguros se negaban a cubrir sus riesgos) a actor querido y conocido en todo el mundo. Pero, ¿le ha salido rentable esa metamorfosis en lo que a premios se refiere? Parece que no...

Nominaciones: Dos. Los dos separados por muchos años de distancia (con esa carrera, casi que normal), y las dos por papeles impresionantes. La primera fue por Chaplin en 1993, añadiéndose el insulto de perderla el hecho de que el ganador fuera Al Pacino por Esencia de mujer (uno de esos Oscar que se dan "porque hay que darlos"). Su segunda candidatura fue en 2009 por Tropic Thunder y, por divertido que fuera su papel, a Robert no le importó perderla: el ganador fue Heath Ledger, que recibió un premio póstumo por El caballero oscuro.