13 razones para revisar la saga 'Viernes 13'

Nuestro amigo Jason cumple 37 años de andadura en el cine, y nosotros lo celebramos recordando por qué su saga hace que fluya la sangre
13 razones para revisar la saga 'Viernes 13'
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13 razones para revisar la saga 'Viernes 13'

Lectores adolescentes de CINEMANÍA, ¡atención! Si estáis de buen ver (sobre todo las chicas), ya habéis perdido 'aquello' y os gusta un botellón más que a Bruce Willis los pañuelos horteras... Ni se os ocurra acercaros esta noche al campamento Crystal Lake. Porque hoy es Viernes 13 y apostamos a que, esta noche, Jason Voorhees se calzará su máscara de hockey y partirá a purgar la tierra de los teens que practican sexo, beben alcohol y se van tarde a la cama.

En un día como hoy, la web de tu revista de cine favorita no podía perder la ocasión de homenajear la saga más grumosa y campestre de la historia del slasher. Y lo hacemos proporcionándote 13 razones para volver a los dominios de Jason: una por cada una de las 12 entregas de la serie... Y otra que nos hemos sacado de la manga.

1.- Porque fue pionera en su género

Estamos de acuerdo en que Viernes 13 no tiene la sofisticación de Pesadilla en Elm Street, ni la negrura de La noche de Halloween, ni la brutalidad de La matanza de Texas. Pero en 1980, cuando se estrenó su primera entrega, el terror contemporáneo estaba en pañales... Y ella ayudó a definir sus estilemas a cuchillada limpia.

2.- Porque no le dan miedo los cambios

Si algún día te encuentras con 'Cara de Fantasma' (Scream) y te pregunta cuál era el asesino en la primera parte de Viernes 13, no piques: Jason sólo debutó como serial killer oficial de la saga en Viernes 13 Parte 2 (1981). El pobre psicópata deforme se pasaba el filme con un saco en la cabeza, a modo de máscara.

3.- Por meternos miedo en 3D

A James Cameron le van a pitar los oídos, pero lo que hay es lo que hay: Viernes 13 Tercera Parte (1982) fue producida en rigurosa estereoscopia, cuando el formato de las gafas era un mero gimmick para cines de barrio. En esta entrega, además, fue cuando Jason vistió por primera vez su característica máscara, un colmo de elegancia del prêt-à-porter para asesinos.

4.- Porque no respeta la continuidad (ni falta que le hace)

Cosas de la serie B: anunciada a bombo y platillo como la conclusión de la serie, Viernes 13: Último capítulo (1984) fue sólo su ecuador. Junto con Freddy Krüger y Michael Myers, Jason es uno de esos asesinos que siempre, siempre, vuelven de la tumba.

5.- Porque su nivel de gore aumenta en cada entrega

Y, si no te lo crees, échale un vistazo a Viernes 13 V: Un nuevo comienzo (1985). Apuñalamientos en todas las partes posibles del cuerpo, ojos arrancados, decapitaciones... Nuestro héroe es todo un profesional de lo suyo, desde luego.

6.- Porque, cuando resucita, lo hace con estilo

Para evitar los spoilers, no vamos a contarte cómo vuelve a la vida Jason en Viernes 13 VI: Jason vive (1986). Sólo podemos decirte que es una de las anécdotas más disparatadas del género slasher (que ya es decir), y el punto culminante de una secuela con mucho humor y muchas atrocidades.

7.- Porque es sobrenatural

Siguiendo una tradición del género, los guionistas de Viernes 13 comenzaron a incorporar detalles más fantásticos a la saga conforme se les iban agotando las ideas. La mejor prueba de esto es el argumento de Viernes 13 VII: Sangre nueva (1988), cuya protagonista (Lar Park Lincoln) es una telekinética adolescente. ¿Para cuando un crossover con X-Men?

8.- Porque se mueve entre el campo y la ciudad

Tras siete entregas, siete, ambientadas en un entorno campurriano y lleno de mosquitos, el bueno de Jason se dio un garbeo por la Gran Manzana en Viernes 13 VIII: Jason toma Manhattan. Por desgracia, la película no contó con un cameo de Woody Allen, que en nuestra opinión le hubiese dado un necesario punto de finura.

9.- Porque asusta al mismísimo demonio

Rizando el rizo, para variar, Viernes 13 IX: El viernes final convirtió a Jason en una entidad sobrenatural, capaz de poseer cuerpos ajenos como si de un poltergeist se tratase. A qué mentir, esta no es la entrega más lucida de la saga, pero el final... ¡Ay, ese final!

10.- Porque tiene fans de lujo

Más de un espectador erudito de Jason X (2002) se llevó las manos a la cabeza gritando: "¿Pero qué hace aquí David Cronenberg?". Y es que el genio canadiense gusta de reírse de sí mismo participando como actor en pelis de serie B como esta, que llevaba al asesino de la máscara al espacio exterior. ¿Qué dirían de esto en el Festival de Cannes?

11.- Porque tiene amigos hasta en el infierno

Cual en un producto de los años dorados de la Universal, los dos serial killers más ilustres de los 80 se encontraron en Freddy contra Jason (2003). Poco más que un artefacto nostálgico, la película deja mucho que desear, pero su valor icónico (y el hecho de que en ella Robert Englund lució por última vez las quemaduras de Freddy) la hacen digna de mención.

12.- Porque su remake no apesta

Tan gañán y mugriento como cabría esperar, Viernes 13 (2009) se benefició de un director solvente (Marcus Nispel) y de una buena ambientación, aunque cedió en exceso a las tentaciones revisionistas. Por más que su calidad fuese aceptable, la taquilla no acompañó...

13.- Por su serie

Siguiendo nuestra tradición de traducciones absurdas, Friday the 13th: The Series se tituló en España Misterio para tres. Aunque, la verdad, no faltaba razón a quienes decidieron rebautizarla: el serial tenía por protagonistas a un grupo de investigadores de lo paranormal sin nada que ver con el campamento Crystal Lake, con Jason o con las animadoras ligeras de ropa. Aún así, su calidad era muy aceptable, y algunos capítulos (en especial los dirigidos por David Cronenberg) dan verdadero mal rollo.

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