CINEMANÍA Nº 242

DIRECTOR´S CUT: LA PORTADA DE PROUST

1. CONTRA GARDEL. Ni magdalena ni tostada mojada en el té ni camino de Swann que valga, lo nuestro es la portada de Proust. Cada mes, con los nuevos números evocamos aquel original, y regresamos al origen, en busca del tiempo perdido. Mucho más cuando estamos de aniversario. En el quiosco de Barcelona donde compré el número uno de CINEMANÍA ahora hay una panadería moderna de ésas donde da casi apuro pedir una barra de pan a pelo. Hoy hojeo aquel cotizado ejemplar renegando del tango: ¿Cómo que 20 años no es nada? “Cada mes en tu quiosco”, podía leerse, y se lee aún, en aquella señora revista amadrinada por una Emma Thompson a caballo entre los colocones de Carrington y el té con pastas de Sentido y sensibilidad.

Seguimos hojeando, indignados con Gardel, agarrados a Marcel Proust. Un enorme “Bienvenidos a Cinemanía” sonaba a revolución, el mismo espíritu con el que hoy, tres cabeceras después (dos bonitas y una regular), pretendemos que nuestra revista de portada atrevida, formato moderno y mancheta diáfana y feroz (la M con astas) golpee la calle. ¡Ah, la calle! En 1995 ir al quiosco era una fiesta. Los que entonces sólo conocíamos el mundo a través de las primeras planas ya tenemos nostalgia hemingwayana (escopeta y malas pulgas contra el mundo) de aquellos hábitos callejeros. Nos descojonábamos de Sandra Bullock en La red (que también cumple 20 años), pero no hace falta ni salir de casa: nuestro escaparate son las redes sociales, donde cientos de miles de cinemaníacos opinan sobre nuestras portadas y repasan la filmografía de Daniel Craig en IMDb (su peor peli no es Cowboys & Aliens, amigos; sino esa castaña de Lara Croft: Tomb Raider) mientras deciden si comprar la versión digital desde el móvil o hacerse con ella en papel.

2. CORRE, FORREST. ¿Que si hemos cambiado? Para revolución (leído rápido también vale revolcón), el de esa página de publicidad de hace dos décadas que quedó obsoleta sin llegar a conocer siquiera el dvd: “Por fin en vídeo Forrest Gump”. Sopla. En nuestro nº1 ni nos imaginábamos lo mucho que han mejorado las cosas en 20 años. “Te dije que nunca iba a volver”, se despide De Niro de Pacino en esa siniestra pista de aeropuerto, con la banda sonora del olvidado Elliott Goldenthal levantando la noche del Heat de Michael Mann, otra del 95, y todo suena a que en 2020, cuando cumplamos 25 años, seguiremos celebrando el futuro acordándonos de donde venimos. Porque hay una sola cosa importante que ni p’alante ni p’atrás. Lo decía Javier Angulo, primer director de la revista, en aquel 1995 de magdalenas que se proyecta en este 2015 de muffins: “Esta es una revista para todos los que aman el cine”. Y no se equivocó. En el quiosco, vía web, a través del móvil y la tablet, por Facebook, en Twitter… Lo único que no cambia es que seguimos locos por el cine.

3. MEMORIA HISTÓRICA. A falta de conocer a algún joven mentecato que apueste por Timothy Dalton, mi teoría de que cada uno tira para el James Bond que descubrió en su infancia parece científicamente probada. Estoy con Carlos Areces, que como villano de Anacleto es voz (con gato) autorizada: la media sonrisa y la sorna de Roger Moore son insuperables. Es cierto que Daniel Craig aporta al personaje del agente 007 un lado oscuro y un morderse el labio de remordimiento que le confieren empaque, pero también que quizá eso es otra cosa, y Bond es “sólo” ligereza y elegante trivialidad shaken, not stirred. Para eso, siempre, Roger Moore. Aunque tras el fiasco Dalton, y echando la vista atrás (otro desayuno proustiano) hacia las portadas al servicio de su Majestad que hemos publicado, este director desea reparar una injusticia histórica con Pierce Brosnan, antes conocido como Remington Steele. Si Craig ha sido portada de la revista en sus cuatro filmes (Casino Royale, Quantum of Solace, Skyfall y ahora Spectre),  el atildado Brosnan, que rescató del barro la estampa de Bond y la devolvió en buen estado, jamás tuvo la suya. Vaya el reportaje sobre Goldeneye, su debut en tanque por las calles de San Petersburgo como homenaje al Bond que tuvo que lidiar con el final de la Guerra Fría hace ahora 20 años, al tiempo que nacía esta cabecera que tienes entre manos, que sigue apostando por salvar el mundo con las mejores películas y que se autodestruirá en 5 segundos para convertirse en magdalena.