CINEMANÍA nº 241

MARTE
CINEMANÍA nº 241
CINEMANÍA nº 241
CINEMANÍA nº 241

DIRECTOR´S CUT: Hasta el infinito (y más allá)

1. CONEXIÓN DUCHAMP. Para aquellos que lo más cerca que hemos estado de un viaje espacial ha sido comernos un Colajet o ir al Bernabéu a ver al Espanyol contra Zidane, la galaxia es la monda. Como Nueva York antes de tener la suerte de cruzar el charco por primera vez, como el Far West, como la Corte del Rey Arturo, como la guerra de los Boers, conocemos el espacio gracias al cine. Incluso nos parece más auténtica una odisea galáctica vista en una película que las imágenes reales que nos llegan a través de la NASA, como prueban los negacionistas que todavía buscan el estudio en el que se grabó el primer paso lunar de Neil Armstrong en 1969. La clave estaría en esa dualidad entre permanecer encerrados en una nave, o en esos trajes tan aparatosos como seductores, y a la vez asistir al espectáculo del abismo infinito ante nuestros ojos. Dentro-fuera, lo de Coco en Barrio Sésamo, pero en plan galáctico. Ese fue el secreto de Gravity, la última travesía espacial que nos sedujo. Dentro de ese vasto territorio mítico, el planeta Marte, de un color rojo sangre para quedarse el nombre del dios romano de la guerra, supone un pasito más que mezcla la ciencia-ficción con la utopía. Como apuntaba Ray Bradbury en sus Crónicas marcianas, Marte es el planeta al que habrá que huir una vez acabemos con el nuestro, un drama al que se puede dar la vuelta para buscarle su lado cómico, como hace la película de Ridley Scott para salvar al astronauta Matt Damon (un humor que ya está en El marciano, la novela de Andy Weir), perdido casi al estilo de Un astronauta en la corte del rey Arturo o de Buzz Lightyear aunque sin oxígeno ni pilas ni papanatas de Disney. Nos reiremos y sufriremos con él, pero seguro que no va a alcanzar la estampa de Tony Leblanc en El astronauta (Javier Aguirre, 1970) cargando con un wáter ante su rudimentario cohete de la SANA: “¡Se nos olvidaba esto!”. Ni Marcel Duchamp se atrevió a tanto.

2. CUENTA ATRÁS. “Eso se arregla con cuatro contrachapaos, una pecera, un poco de aguarrás y ¡POP!, ¡P’arriba!”, alardeaba Leblanc antes de ver cumplido su sueño de construir la aeronave espacial Cibeles I en unos terrenos, y qué terrenos, de Minglanillas. Pocos más astronautas en condiciones nos ha dejado el cine español (los animados de Planet 51 y Atrapa la bandera, o los náufragos de María Lidón en Stranded, y vale), pero al menos nuestro personaje del mes miró hacia las estrellas con uno de sus filmes, y nosotros de paso tuvimos la suerte de mirar a Rachel Weisz: Alejandro Amenábar nos introdujo en el terreno de la astronomía antigua a través del personaje de Hipatia de Alejandría en su filme Ágora, una de sus películas consideradas fallidas (sin serlo, es mi opinión, otra cosa es que le falte punch y le sobre frialdad) y de las que reconoce no arrepentirse en absoluto ante el estreno de Regresión. Astrolabios al margen, su carrera, también sumida en la dualidad dentro-fuera, España-Hollywood, comenzaba con Tesis casi a la vez que la de esta revista, a mediados de los 90, en un camino hacia el cielo que hemos hecho juntos. Él, en cohete real de gran producción, nosotros en el bólido de Tony Leblanc y en otras tantas naves especiales de película para recoger aquí mismo, querido cinemaníaco, al primo cosmonauta del soldado Ryan, hacer escala en diciembre en la galaxia de Star Wars y saltar de allí hasta el infinito y más allá.

3. COTILLÓN. Mi gran noche podría ser en realidad una forma de celebrar que hace 20 años, aunque ya había dirigido cortos y un largo muy especial (Acción mutante), Álex de la Iglesia estrenó el bombazo que propulsó su carrera hasta EE UU, el espíritu de Perdita Durango nos perdone. El 19 de octubre de 1995, con el número 1 de CINEMANÍA calentito, se estrenó El día de la bestia, y este mes de octubre de 2015, de la mano de los protagonistas atrapados en un buñuelesco estudio de televisión para grabar el programa de Nochevieja, igual que Matt Damon en el planeta Marte de nuestras entretelas, empezamos a celebrarlo para rubricarlo el mes que viene con nuestro especial 20 aniversario. Otra vez la dualidad espacial: desde dentro y hacia fuera, nos definen, nos privan, nos seducen las historias de héroes y supervivientes. ¿Acaso no son lo mismo?

Mostrar comentarios

Códigos Descuento