Noche de miedo (Tom Holland, 1985), , Chris Sarandon prestaba su cara a este vampiro playboy y ochentero que se bebía la sangre de las chicas que atraía hasta su casa. Cuando su vecino adolescente lo descubría, daba comienzo esta alocada historia que pasa por ser una cinta de culto de los años 80 y que en su momento fue todo un éxito de taquilla., , Hace unos años se hizo un remake con Colin Farrell en la piel del vampiro sexuado, pero aunque la película no estaba nada mal, se había perdido parte del encanto que el original tuvo para toda una generación.
Los asesinatos de mamá (John Waters, 1994), , Una mujer de clase media de las afueras de Baltimore, Beverly Sutphin, era en realidad una asesina capaz de matar al profesor de matemáticas de sus hijos así como prácticamente a cualquiera que bien, molestara a su familia, bien, no siguiera unas mínimas normas de educación. Tal personaje solamente podía ser producto de la mente de John Waters, quien en 1994 creó esta corrosiva película en la que Kathleen Turner se colaba en la casa de su vecina para asesinarla con una pata de cordero à la Almodovar.
Sliver (Acosada) (Phillip Noyce, 1993), , Convertida en reina indiscutible del thriller noventero de voltaje erótico, Sharon Stone se embarcaba en una nueva aventura escrita por Joe Eszterhas (en este caso, sobre una novela de Ira Levin) en la que acababa en brazos de un vecino que espiaba a todo el vecindario mediante cámaras escondidas en los apartamentos. William Baldwin dio vida a este vecino mirón en un papel que, según se dice, había rechazado medio Hollywood por el miedo a aparecer completamente desnudos en pantalla.
La semilla del diablo (Roman Polanski, 1968), , Mucho, muchísimo antes del estreno de Sliver (Acosada), la novelista Ira Levin ya había pasado su nombre por las pantallas de medio mundo como una de las responsables de los vecinos más peligrosos de la historia del cine. En La semilla del diablo, un matrimonio interpretado por Mia Farrow y John Cassavetes se mudaban a un edificio de Nueva York donde convivían con los Castevets, una pareja ligada a un culto satánico y cuyo fin último en la historia estaba algo “spoilereado” por el título español.
Los cazafantasmas (Ivan Reitman, 1984), , Y de vecinos adoradores de lo paranormal a vecinos paranormales. El pobre Louis Tully, un contable que podría pasarse el videojuego del pagafantismo con su vecina Dana Barrett, era poseído por una entidad demoniaca llamada El maestro de las llaves, culpa de la cual acaba hablándole hasta a los caballos de Central Park. La parte buena, pues que gracias a la posesión, el bueno de Louis acababa acostándose (o eso creemos, porque todo sucedió en una elipsis) con su vecina, que además era Sigourney Weaver. La mala, que por culpa de ese encuentro sexual (y porque Dan Aykroyd no dejó la mente en blanco), Nueva York y el mundo entero casi fueron arrasados por la venida de Gozer, el destructor.
La comunidad (Álex de la Iglesia, 2000), , Aglutinar en un solo edificio tantas visiones de la codicia y la mezquindad era algo al alcance de muy pocos. Si además todo eso está hecho cuando el país entero tenía la cabeza metida en la “cultura del pelotazo”, entonces la respuesta es que La comunidad era algo solo al alcance de Álex de la Iglesia., , Puede que sea una comedia y que lo carpetovetónico inunde a todos y cada uno de los poros los personajes, pero aún así, esta galería de vecinos da tanto (o más) miedo como todos los personajes de la última secuencia de de La semilla del diablo.
Arlington Road (Mark Pellington, 1999), , El escritor Ehren Kruger ganó un concurso de guion con este Arlington Road, comenzando una prometedora carrera que le llevó a escribir películas como Operación Reno o las últimas secuelas de Transformers. En su historia, un profesor universitario comenzaba a sospechar de sus nuevos vecinos, un matrimonio que creía, eran unos terroristas que planeaban un atentado en suelo de los Estados Unidos., , La película nació inspirada por los atentados que en 1995 sufrió la ciudad de Oklahoma y vio retrasado su estreno a causa de los asesinatos masivos de Columbine, en 1999. En el fondo, la cinta hablaba de una paranoia para con el vecino de al lado que hubiese tenido aún más efecto de rodarse en el mundo posterior al 11 de septiembre de 2001.
Mis locos vecinos (John G. Avildsen, 1981), , A principios de los años 80, el cineasta John G. Avildsen vivió su propio enfrentamiento vecinal al tener que lidiar con unos Dan Aykroyd y John Belushi empeñados en desobedecerle en rodaje y torpedearle el trabajo frente a los productores., , A pesar de ello, entre todos parieron una de las películas más divertidas de finales del siglo XX, en la que una pareja de vecinos acababa haciéndole la vida imposible al hombre gris que interpretaba Belushi. Vistos los resultados, seguro que al final del rodaje, tal y como hacía el personaje protagonista, Avildsen acabó llamando a la habitación de sus actores para unirse a la fiesta.
La ventana indiscreta (Alfred Hitchcock, 1954), , A estas alturas de la historia del cine no es ningún spoiler explicar que el malvado Lars Thorwald es el asesino del que James Stewart hace bien en sospechar en la película de Hitchcock. Pero la versión que el maestro del suspense hizo del relato de Cornell Wollrich encierra toda una galería de personas que querrías tener lo más lejos posible de la puerta (y la ventana) tu casa., , Porque… ¿Qué decir de Jeff, el protagonista? ¿un tipo que se dedica a espiar a sus vecinos, y que, con toda la desfachatez del mundo, ridiculiza sus vidas con el elitismo que le da ser un importante fotógrafo que tiene a Grace Kelly rendida a sus pies?, , ¿Y la propia Grace Kelly? ¿esa mujer que hasta se cuela en la casa de los vecinos para demostrar las teorías conspiranoicas de Stewart? Bien, pues por razones como estas, La ventana indiscreta es el magnum opus de los malos vecinos.