OPINIÓN

Tiempos muertos y eso

Tiempos muertos y eso
Tiempos muertos y eso
Tiempos muertos y eso

Cuando escribo estas líneas estoy en el tiempo muerto de un rodaje. A los actores no nos pagan por actuar, sino por esperar. ¿No lo sabían? Pues sí, así es. Y aquí estoy esperando, solo, solo en mitad de un montón de gente: ¡qué buena frase para una canción! Que no se me olvide llamar a Amaral para que la utilice si quiere. Me suena la alarma del móvil para que no se me olvide divagar. Hora de divagar:

El otro día por la calle vi a una mujer al lado de un contenedor de papel del que sobresalían las piernas de un hombre (el hecho de que no me pasara desapercibida la imagen se debe a que los actores somos muy observadores). Lo primero que pensé es que estaba reciclando a su marido, pero al momento reparé en que lo que estaban haciendo era sacar papeles para luego venderlos al peso. La escena me impactó. Me acerqué y les dije que me esperaran, que tenía algo para ellos. En un santiamén volví con una silueta de cartón de Lorenzo Lamas tamaño natural que regalaban en el Teleindiscreta. Pude ver la gratitud en sus ojos.

Ahora estoy pensando en Ricky Martín y en lo valiente que ha sido al reconocer su condición sexual. Olé, olé y olé. Pero creo que ahora debería dar un paso más y adaptar sus canciones pasadas. Por ejemplo la canción de María podría ser: (cantar con melodía)

Él es, una hombre especial

Como caído de otro planeta

Él es, un laberinto carnal

que te atrapa y no te enteras

Así es Matías,

Blanco como el día

Pero es veneno,

Si te quieres enamorar

Un, dos, tres

Un pasito palante ¡Matías!

Un, dos, tres

Un pasito patrás

Aunque me muera ahora Matías

Te tengo que besar

Bueno, no sé. –¡Joaquín a plató! ¡Vaya! me tengo que ir, pero antes una cosa. Estoy pensando apuntarme a un curso de interpretación llamado “Menos sentir y más pensar. De cómo la inteligencia no perjudica al actor ni a la actriz” y no sé qué hacer, tampoco está claro que le beneficie ¿no?

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