Scott Pilgrim contra el mundo

Un mundo que se rige, no por las leyes de la física, sino por las de Nintendo y las de Marvel.
Scott Pilgrim contra el mundo
Scott Pilgrim contra el mundo
Scott Pilgrim contra el mundo

Muchas de las películas que estrenan los grandes estudios son tan formalmente insulsas, e implican tan pocas variaciones sobre fórmulas trilladas, que sería hasta grosero quejarse de ésta por

pecar de lo contrario. Es cierto que la película Scott Pilgrim contra el mundo trata tan esforzadamente de no aburrirnos que el ritmo vertiginoso e implacable de escenarios cambiantes, cartoonescas

coreografías y tiroteos de gags visuales y diálogos ágiles llega a convertirse en rutina, pero aun así el director Edgar Wright ofrece más creatividad en cada plano que la mayoría de los cineastas en una película entera.

Cuanta más familiaridad tenga el espectador con los videojuegos –especialmente los de finales de los 80 y principios de los 90– y los cómics, más podrá apreciar lo que Scott Pilgrim ofrece. Es,

después de todo, la historia de un geek que pelea por la chica de sus sueños en un mundo gobernado no por las leyes de la física, sino por las de Nintendo y las de Marvel. Tanto él como sus oponentes deben negociar con un sistema de puntos y niveles fácilmente reconocible para cualquiera que sepa lo que es un joystick, y los personajes derrotados se desintegran dejando un rastro de 3.000 puntos por aquí, o una vida extra por allá.

Esa saturación gráfica no es tanto un gimmick como la contextualización esencial de la genética del personaje y, sobre todo, un comentario sobre las obsesiones compartidas por los jóvenes adultos del siglo XXI. La vida de Scott y su visión del mundo –y de buena parte del cine mainstream actual– han sido determinadas por ese léxico. Así pues, la síntesis de géneros de entretenimiento que Wright propone –en la que también caben las sitcom, de la cultura indie-rock canadiense y de Batman, la teleserie de los 60– es una expresión lógica de nuestra cultura mediática basada en la saturación y la sinergia de teléfonos móviles, iTunes, internet, televisión de alta defi nición y/o consolas. Por eso, el aspecto de la película está, en última instancia, tan dotado de significado como la odisea de nuestro héroe en busca de conciencia sobre sí mismo y sobre la confianza y la generosidad necesarias para relacionarse.

Precisamente, si Scott Pilgrim contra el mundo es, quizá, el título que mejor amalgama el lenguaje cinematográfico con el de los videojuegos es porque la película no trata de arrojarnos al mundo del juego sino que lo recicla para nosotros dotado de una sinceridad desarmante y una disposición notable para reconocer la ambivalencia, las zozobras, los sentimientos heridos y tantas otras complicaciones que la juventud conlleva, y para formular verdades extrañamente pertinentes acerca de una generación nacida en la era de los mensajes de texto, pero que, como

todo el mundo, anhela la conexión humana.

NANDO SALVÁ

Valoración:

FICHA TÉCNICA

Scott Pilgrim contra el mundo
  • Director:
  • Género:
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  • Sinopsis:

    Para conquistar el corazón de su novia, el músico Scott Pilgrim debe lograr una difícil empresa: derrotar en combate a los Siete Ex Novios Malignos.

  • RESUMEN: Un mundo que se rige, no por las leyes de la física, sino por las de Nintendo y las de Marvel.

  • ESTRENO: 12/11/2010

  • [Scott Pilgrim Vs. The World] ACCIÓN, COMEDIA / EE UU / 2010 / UNIVERSAL. DIRECTOR: EDGAR WRIGHT. ACTORES: MICHAEL CERA, MARY ELISABETH WINSTEAD, KIERAN CULKIN, ANNA KENDRICK.

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