Jumanji: Siguiente nivel

Jumanji: Siguiente nivel
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Jumanji: Siguiente nivel

Cuando uno piensa en Jumanji, la imagen mental que se le viene a la cabeza es la de una estampida… de animales. El gran problema de esta secuela del sorprendente éxito de 2017 (Jumanji: Bienvenidos a la jungla) es que es hay una estampida… de ideas repetidas. Hace dos años, el reboot del popular filme de 1995 partía de una premisa brillante: si en la primera el juego de mesa entraba en la vida real, en la segunda la vida real entraba en el videojuego (que ya sabemos que el papel está en las últimas y, si no eres digital, no existes). Una vez allí, se desarrollaba un perverso intercambio de identidades, más efectivo si cabe porque el guion se tomaba su tiempo en presentarnos a los diferentes personajes, una especie de El Club de los Cinco (friqui, acomplejada, deportista, animadora…) con los que realmente podías empatizar. En este Siguiente nivel se repite la historia… lo que tal vez no ha sido la mejor de las decisiones. En vez de innovar, amplifica todo lo que funcionó en la anterior entrega. ¿Que congeniaba la cuchipandi interracial? Pues añadimos un nuevo miembro oriental (Awkwafina) ¿Que lo que más gracia hacia del filme es que Bethany, la rubia bobi del grupo, tuviera como avatar al barbudo Jack Black? Pues convertimos todo el filme en un alegre y continuo intercambio de identidades (humanas ¡y hasta animales!), en sueño ideal de los y las teóricas/as del “género fluido” (y de algún zoofílico). ¿Que parte de su encanto pasaba porque los adolescentes con las hormonas alteradas se convirtieran en avatares de adultos talluditos? Allá que te van dos abuelos (Danny DeVito y Danny Glover), con lo que hay tantos protagonistas que a casi ninguno le llega su momento en el filme, apretujados como están por conseguir su chiste y su momento épico.

Tal vez quien mejor encarne esta sensación de estirar la fórmula hasta sus últimas consecuencias sea su estrella, Dwayne Johnson: estira sus músculos (es increíble la elasticidad de la dermis de este muchacho), estira el chiste de la mirada superardiente, y estira su mil veces repetido personaje de héroe brutote de buen corazón.

Así las cosas, los únicos añadidos son lo bien que se lo pasan los actores intentado imitar los andares cheposos de Danny DeVito y la historia de amistad octogenaria y crepuscular del pequeño gran actor con Danny Glover. Eso, y la pullita edípica de Jake Kasdan a su padre Lawrence, guionista de la saga Indiana Jones pero NO del Templo Maldito, cuyo argumento (y alguna de sus escenas más icónicas) está prácticamente calcado sin ningún atisbo de pudor.

Tal vez, el gran problema de este Jumanji sea en realidad el del blockbuster hollywoodiense contemporáneo, una estampida no de avestruces y mandriles (que también), sino de reboots, remakes y secuelas que cree que el espectador actual, atónito, desconcertado y más adicto a la nostalgia que un millennial a Instagram, nunca va a dejar de comprar entradas y darle al “insert coin”. Y vista la taquilla de los últimos tiempos, qué quieren que les diga, tal vez tengan razón.

Valoración:

FICHA TÉCNICA

Jumanji: Siguiente nivel
  • Director:

    Jake Kasdan

  • Género:

    Comedia, Fantasía

  • País:

    Estados Unidos

  • Sinopsis:

    Los jugadores regresan a la partida, y esta vez sus personajes se han intercambiado entre sí. Sin embargo, en esta ocasión todo el mundo ha desaparecido. Los participantes no tendrán otra opción que la de jugar para descubrir qué es lo que está sucediendo.

  • REPARTO: Dwayne Johnson, Jack Black, Karen Gillan, Kevin Hart

  • GUIÓN: Scott Rosenberg

  • VEREDICTO: Más no siempre es mejor.

  • DURACIÓN: 123 min.

  • DISTRIBUIDORA: Sony Pictures España

  • ESTRENO: 13/12/2019

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