CRÍTICA
Felices sueños

Por Toni Vall
13 de enero de 2017
Marco Bellocchio es grande, muy grande. Colonizan sus adentros desde hace más de medio siglo las ganas irrefrenables de hacer cine. Felices sueños es puro lirismo exacerbado, tratado de lo sobrenatural desde la más carnalidad de las vidas. El pasado y el presente se funden en el relato de un niño y la ausencia de su madre. La ausencia, sí: sobre ella gravita esta obra naíf de un chaval que narra partidos de fútbol para sí mismo cuando es un niño, y de mayor se mete en mil embolados para satisfacer su pulsión periodística. Anclada en un estilo visual inequívocamente italiano –la huella del telefilme es, casi siempre, detectable– con unos actores no especialmente inspirados y la voluntad de calar hondo en la búsqueda entre dos tiempos, Bellocchio logra una película algo morosa, pero acuñada con extrema personalidad.

SINOPSIS:
Turín, 1969. La idílica niñez de Massimo, nueve años, se quiebra por la misteriosa muerte de su madre. El joven no quiere aceptar esta brutal pérdida, ni aunque el cura diga que ella está ahora en el Cielo. Años después, Massimo, ahora adulto, se ha convertido en un habilidoso periodista. Y tras volver de la guerra en Sarajevo, empieza a sufrir de ataques de pánico.

FICHA TÉCNICA
GÉNERO: Drama
DIRECTOR: Marco Bellocchio
REPARTO: Bérénice Bejo, Fabrizio Gifuni, Valerio Mastandrea
GUIÓN: Edoardo Albinati, Marco Bellocchio, Valia Santella
PAIS: Italia
DURACIÓN: 134 min.
EDAD RECOMENDADA:
DISTRIBUIDORA: VerCine
ESTRENO: 10 de Febrero de 2017
Muere Uggie, el perro de ‘The Artist’
El can más famoso del cine reciente ha pasado a mejor vida a causa de un cáncer. Tenía 13 años.
EXCLUSIVA: Clip de Bérénice Bejo (‘The Artist’) en ‘The Last Diamond’
La actriz de 'The Artist' protagoniza un thriller sofisticado con robo de diamantes de por medio, dirigido por el francés Eric Barbier.