El caballero oscuro

Las dinámicas de atracción-repulsión entre el hombre murciélago y ese villano perfecto llamado Joker proveen a la secuela de Nolan de su poder dramático, siniestro, desquiciado e irresistible.
El caballero oscuro
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El caballero oscuro

Hay quien proclama que las películas basadas en cómcs deben ser divertidas o escapistas, y puede que en líneas generales tengan razón, pero no si hablamos de Batman, tipo atormentado, perturbado, que canaliza su dolor recogiendo la basura criminal. Eso no tiene gracia, y así lo entendió Christopher Nolan cuando reseteó sus aventuras fílmicas en Batman Begins (2005), cuyos deslices estructurales y visuales no diluían su cruel grandiosidad o sus sutiles apuntes sobre los dilemas post 11-S. Ahora, Nolan recupera la insinuación que enunció a la conclusión de aquélla –que las tácticas extremas de Batman podrían engendrar una respuesta pareja de sus enemigos–, y la usa para ofrecernos una visión majestuosamente desoladora de nuestro mundo, disoluto, frágil y al borde de la anarquía. La viabilidad de la justicia, la tenuidad de la bondad, el precio de la paz y el conflicto entre el fin y los medios son puestos en cuestión en esta película tan parecida a una obra maestra, aventura de acción mutada en ambigua meditación acerca de estos tiempos acechados por el terrorismo y en los que libertades civiles como la privacidad están en crisis.

Estremecedora, vertiginosa y muy oscura, es puro pulp transformado, por un autor encantado de serlo, en epopeya moral. Porque para Batman el Joker plantea no sólo un dilema práctico (cómo parar a semejante loco). La convicción del villano de que los límites sociales que previenen al hombre de arrojarse a sus instintos más despreciables deben ser rotos sitúa al héroe ante la necesidad y las repercusiones de hacer lo equivocado por los motivos correctos. Por eso, al final de la segunda entrega de esta extraña saga que no deseamos ver acabar por el momento, Batman parece tener menos en común con sus homólogos de la Marvel que con su némesis. De hecho, sus cicatrices psíquicas se reflejan en el rostro del Joker y, por el efecto rebote, esa pugna entre la luz y la oscuridad se personifica en Harvey Dent, símbolo de las esperanzas comunales quebradas y de la irrelevancia del orden del viejo mundo ante un proliferante desorden del que algunos personajes de esta historia nunca se recuperarán. Sólo ese agente de caos llamado Joker permanece indemne.

Hablemos de Heath Ledger. Hace tiempo que se venía hablando de su presencia en la película, por motivos equivocados pero con razón. Su maquillaje, su grasienta mata de pelo, su boca cicatrizada en forma de mueca aberrada, su lengua que lame ávida y errática los labios y provoca un habla pastosa, llena de ironía y burla y patología... Hay una hermosa fealdad en la encarnación del actor, temible menos a causa de su crueldad imprevisible y su sadismo socarrón que de su brillantez exponiendo la maldad humana. Ledger devuelve el personaje a sus raíces dementes y compone así una interpretación que habría cimentado su leyenda aunque hoy siguiera vivo. Él y Nolan nos enfrentan a un mundo sin reglas y, en el proceso, reescriben las reglas del blockbuster. 

Valoración:

FICHA TÉCNICA

El caballero oscuro
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  • Sinopsis:

    Batman quiere acabar con el crimen organizado de la ciudad de Gotham. Pero se verá atrapado en el caos desatado por la mente criminal del Joker.

  • RESUMEN: Las dinámicas de atracción-repulsión entre el hombre murciélago y ese villano perfecto llamado Joker proveen a la secuela de Nolan de su poder dramático, siniestro, desquiciado e irresistible.

  • ESTRENO: 13/08/2008

  • [THE DARK KNIGHT] ACCIÓN, AVENTURAS / EE UU / 2008 / 142 MINUTOS / WARNER BROS. PICTURES / LEGENDARY PICTURES DIRECTOR: CHRISTOPHER NOLAN GUIÓN: CHRISTOPHER NOLAN, DAVID S. GOYER, JONATHAN NOLAN FOTOGRAFÍA: WALLY PFISTER MÚSICA: JAMES NEWTONHOWARD, HANS ZIMMER. warnerbros.es/thedarkknight

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