Carlos Marañón Fútbol y cine
OPINIÓN

Un balón dentro de 'La maleta mexicana'

Un balón dentro de 'La maleta mexicana'
Un balón dentro de 'La maleta mexicana'
Un balón dentro de 'La maleta mexicana'

Parecía normal pensar que, en lo referente al fútbol, el cine tenía muy poco que enseñar a un futbolero viejo. Quizá algún documental como el del Cosmos de Nueva York o una película tan extraordinaria como el Fuera de juego de Jafar Panahi era capaz de descubrir algún aspecto inédito de historias de las que en realidad ya habías oído hablar en los medios. Pero poco más. Eso de que una película que no tiene nada que ver con el balompié te descubra un equipo de fútbol del que jamás habías oído hablar es como encontrar un tesoro debajo del escritorio de tu oficina.

Craso error. Los tesoros ocultos siguen existiendo, y a veces están ahí, delante de nuestras narices. La alegría futbolerocinéfila del mes me la llevé repasando el voluntarioso documental La maleta mexicana, más comprometido que original, pero que, además de contarnos cómo se recuperó parte del legado fotográfico sobre la Guerra Civil española de Robert Capa (unos negativos que se creían ya perdidos), nos descubre un misterio del que jamás habíamos oido hablar: el equipo que aún hoy rinde homenaje a la emigración española a México durante la contienda (1936-1939): la Unión Deportiva y Cultural Sinaia.

La directora del documental, Trisha Riff, recoge, entre otras voces afines a la recuperación de la memoria histórica, el testimonio de varios descendientes de españoles que escaparon a México en la Guerra Civil y rehicieron sus vidas allí durante el Franquismo. Entre imágenes de sus recuerdos y de su amor por España, surge la estampa de un club creado y defendido por estos nietos y bisnietos de españoles, un club de fútbol muy especial que compite en la Liga del Ajusto, en San Miguel Ajusco, a las afueras de Ciudad de México, en el DF. Su espíritu amateur no impide a este equipo defender unos valores que están muy por encima de lo que vemos en otros clubes: la democracia y la libertad.

El Sinaia toma su nombre del primer barco (aunque Sinaia es en realidad un pintoresco villorrio de montaña en Rumanía) que llevó refugiados españoles desde España a México en la Guerra Civil, y que recoge la tradición del la Liga de fútbol del ex alumnos del colegio Madrid de México, donde estudiaron muchos de los hijos de aquellos emigrantes. Este es un club que se declara republicano y antifascista. Su uniforme toma el rojo y el negro de los colores de la CNT, y le añade el blanco como color de la paz y la esperanza. Son los mismos colores del club argentino Chacarita Juniors, del cual imitan la equipación, en homenaje a las víctimas de las dictaduras de Latinoamérica.

La relación de este equipo con el cine no termina en el documental: los actores Diego Luna y Gael García Bernal, entre otros actores y cineastas mexicanos, juegan de vez en cuando en el Sinaia. Éste es el club donde probablemente ambos se prepararon para dar la talla futbolera en la película Rudo y cursi. Éste es además el equipo que descubrimos cuando ya pensábamos que el cine no podía revelarnos más misterios futbolísticos.

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