Carlos Marañón Fútbol y cine
OPINIÓN

Tarde de toros (y fútbol) en el cine español

Tarde de toros (y fútbol) en el cine español
Tarde de toros (y fútbol) en el cine español
Tarde de toros (y fútbol) en el cine español

Lo descubrí hace más de 30 años, leyendo un Zipi y Zape: hubo un tiempo en España en el que latía una curiosa y recurrente rivalidad entre hinchas del fútbol y aficionados a los toros. Hoy parece imposible, pero recuerdo de aquella historieta algo desactualizada (Escobar empezó a dibujar las historietas de los hermanos Zapatilla, hijos de don Pantuflo y doña Jaimita, en 1948, y se reeditaban o se reimprimían un poco al tun tun) es que un personaje con acento andaluz les recriminaba a los traviesos gemelos que jugasen al balón por la calle.

Hoy trasnochado, el tópico aparece también en Tarde de toros, el largometraje a supuesta mayor gloria del arte de Cúchares dirigido en 1956 por Ladislao Vajda (El cebo, Un ángel pasó por Brooklyn, Marcelino pan y vino). Aquella producción reproducía una jornada taurina en la Monumental de Las Ventas con todo su folklorismo, tratando de trasladar las emociones de una jornada al cine, con los clichés absolutamente reglados, un poco a medio camino entre documental y ficción.

Nada podía escapar de la imagen pintoresca de una tarde de toros. En el ruedo, lo más típico: una terna compuesta por un maestro olvidado a punto de la retirada, una figura en su esplendorosa madurez (rival del anterior) y un joven hijo de figura con ganas de comerse el mundo. En este caso, interpretados, con sus limitaciones, por auténticos diestros del momento: Domingo Ortega, Antonio Bienvenida y Enrique Vera. Con sus cuadrillas, sus autoridades y los bravos animales enfrentados a su ya conocida suerte.

En los tendidos, además de los avezados espontáneos que acabarán sobre el albero, los aficionados de toda la vida, toristas y toreristas, parientes sufridores de los espadas, bellas damas arrobadas y, también, como no, ese pulso soterrado entre la lidia y el fútbol representado en un padre y su hijo. Tradición y modernidad, que dirían los puristas.

tarde de toros 2

–"¿Y esto te gusta, papá?".

–"Esto no me gusta ni a mí ni a ningún aficionado... Pero, espera, creo que tampoco todos los partidos de fútbol son buenos, y sin embargo...".

–"Me gusta más el fútbol".

Pero no se acaba aquí el enfrentamiento entre toros y fútbol. La película, una producción a mayor gloria del toreo, da por perdida a una buena parte de la afición joven. Al parecer el Real Madrid de Di Stéfano (que llegó a España en 1954) tenía la culpa.

–"Hijo, ¿qué haces ahí?".

(El chaval se acerca a otro aficionado que ha ido a los toros con un transistor)

tarde de toros 3tarde de toros 4

Se escucha la radio: "Molowny hacia Olsen, que centra, tira Muñoz y... ¡Gol!"

–"Papá, dos a cero a favor del Madrid, ¡Dos a cero!".

Real Madrid 2 - Los toros 0, aunque en un arreón final de emoción desbordada en el ruedo, el padre se vendrá arriba y volverá a sentir la ilusión de que esa rivalidad que el tiempo ha sepultado todavía tiene sentido.

Bonus track:

La ilustración de Mingote para la película Hoy como ayer (Mariano Ozores, 1966), en la que por cierto también se habla de la medalla de plata de Amberes, de Zamora y del "A mí el pelotón, Sabino, que los arrollo", por comparación a la supuesta modernidad en la que hasta los toros han sido suplidos por el auge del balón.

Hoycomoayer

Más sobre toros y fútbol en el cine, aquí.

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