Carlos Marañón Fútbol y cine
OPINIÓN

Sporting-Atleti / Atleti-Sporting: 'El partido de Garci'

Sporting-Atleti / Atleti-Sporting: 'El partido de Garci'
Sporting-Atleti / Atleti-Sporting: 'El partido de Garci'
Sporting-Atleti / Atleti-Sporting: 'El partido de Garci'

Pues sí, me gusta José Luis Garci, ¿pasa algo? Y no, no es que haya sufrido una insolación en las vacaciones ni que de golpe me hayan caído 35 años más para poder entender todos los giros de guión de El abuelo y La herida luminosa. Simplemente me tiene ganado, y punto. Una de mis secretas razones para apreciarle como cineasta y como personaje, sin duda derivada de esta paranoia cinefilofutbolística, es su habilidad para meter algún detalle futbolero en (casi) todas sus películas: desde partidos de fútbol de empresa (esa genialidad que es Smoking Room le debe mucho a Garci, y vosotros, truhanes, sin reconocerlo: Alfredo Landa jugando de medio volante no tiene precio) en Las verdes praderas; elevar a categoría de McGuffin la radio deportiva (el programa del Butano, José María García) en El crack, conversaciones de café y partidita en Historia de un beso o Tiovivo. Si hasta sacó el Bernabéu en Sangre de mayo, que está ambientada en 1808… Con dos cojones.

Garci es colchonero y sportinguista, aunque no frentista. Su futbolista ideal era don Alfredo Di Stéfano y su buen gusto le lleva a disfrutar de cualquier equipo, como ocurre con el Barça de Guardiola. Pero su cine ha quedado marcado por un enfrentamiento clásico de nuestra Liga. El Sporting de Gijón-Atlético de Madrid de su mítica secuencia en Volver a empezar, película que convirtió al Sporting en el único club del mundo con un Oscar de Hollywood (ahora también lo reclama Racing de Avellaneda por El secreto de sus ojos, pero es menos evidente), fue el que se disputó el 29 de marzo de 1981, con un Molinón en obras para el Mundial’82, y que dejó al Atlético sin título de Liga aquel año: 3-0 goles de Cundi, Maceda y el gran Enzo Ferrero. Esas imágenes con el palco bien nutrido, con el Doctor Cabeza fumando un puro junto a Manuel Vega Arango, que era presiente entonces del club gijonés y lo es curiosamente ahora, son bien recordadas, pero no lo es tanto eso que podríamos llamar, la vuelta de ‘el partido de Garci’.

Fue en Sesión continua, otra película de Garci nominada al Oscar que finalmente se llevó ese año (1985) la película suiza La diagonal del loco (de Richard Dembo). En ella, los dos guionistas que protagonizan el filme, interpretados por Adolfo Marsillach y Jesús Puente, acuden al estadio Vicente Calderón, acompañados en pantalla por el gran José Bódalo (del que decían que hacía teatro con un transistor en la oreja) para ver un Atlético de Madrid-Sporting. Fue el 1-1 (goles del extremo Rubio para el Atleti y del greñudo Mesa para el Sporting) del 26 de febrero de 1984, y tras el partido, en la película, Marsillach y Puente vuelven a su estudio dando un paseo, comentando cuál era el mejor equipo de fútbol de la historia. Uno apostaba por el Madrid de la final de Glasgow de 1960, el otro por el Brasil de México’70. Ninguno había visto al Barça de Guardiola o a la selección española de 2010. A ver si Garci se anima, al menos, a citarlos en su próxima película. Puede que nos conformemos incluso con otro Atleti-Sporting… ¿en la Peineta?

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Aquí abajo, y tras el discurso de José Bódalo, el Sporting de Gijón, en todo su esplendor contra el Atlético de Madrid, en Volver a empezar... Y luego unos cuantos goles del Brujo, Enrique Castro, Quini, un genio del fútbol, de regalo.

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