Carlos Marañón Fútbol y cine
OPINIÓN

Siempre en mi equipo (VII): Marty Feldman

Siempre en mi equipo (VII): Marty Feldman
Siempre en mi equipo (VII): Marty Feldman
Siempre en mi equipo (VII): Marty Feldman

El inolvidable Igor de El jovencito Frankenstein (Mel Brooks, 1974) fue toda su vida un forofo irredento del fútbol. Y lo era hasta el punto de que, en sus temporadas de rodaje en Hollywood, se escapaba a echar pachangas con un grupo de italianos en Beverly Hills. Así, no es extraño que Marty Feldman (Londres, 1934) se retratase con la indumentaria blanca del Leeds United (que en 1961 cambió su uniforme amarillo y azul por el del Real Madrid pentacampeón de Europa para ver si así se le pegaba su gen ganador) en 1969, quizá para celebrar que el equipo de Don Revie (la némesis de Brian Clough, como vimos en The Damned United) era el equipo del momento: aquel año ganó la Liga por primera vez en la historia del club, rompiendo el récord de puntos de aquella época.

Siempre en mi equipo (VII): Marty Feldman

Otra prueba de su afición al fútbol es esta imagen junto al ex entrenador del Barcelona en los 80, Terry Venables, por entonces jugador del Queens Park Rangers (luego también entrenaría a este club), con el que coincidió en el andén de la estación de tren, al regreso de un partido en Blackpool. El QPR se puso de moda en aquellos años, y eso que era un equipo modesto: su primer ascenso a la First Division fue en 1968, aunque descendió, y regresó hacia 1973 para convertirse en un clásico del fútbol londinense. La foto es señal de que Feldman seguía los avatares de la Liga.

Siempre en mi equipo (VII): Marty Feldman

Sin embargo, a pesar de las pruebas gráficas, Feldman y sus ojitos eran seguidores del Chelsea. El actor era un habitual de Stamford Bridge en aquellos años a finales de los sesenta y primeros setenta en que los famosos, con Raquel Welch a la cabeza, empezaron a llenar de glamour las tribunas del equipo más pijo de Londres. Lo suyo, sin embargo, era el fútbol auténtico, el de las clases populares que mamó de crío, y que le llevó a interpretar algunos sketches en sus programas de televisión, desde donde, Mel Brooks mediante, dio el salto al cine, antes de morir a los 49 años, en diciembre de 1982, de un paro cardíaco súbito en México, donde rodaba Los desmadrados piratas de Barba Amarilla. Demasiado joven.

Aquí van un par de ellos: en el primero, ojo, que podemos apreciar sus habilidades balompédicas. Tiene buen toque de balón, y también es capaz de practicar el gol de culo que Fernando Fernán Gómez inmortalizó aquí en España con su doble papel de Pawlovsky/Enkel en El fenómeno. Debajo, otra mítica parodia televisiva sobre los comentaristas deportivos del futbolerísimo Marty Feldman. Esos ojos, siempre en nuestro equipo.

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