Carlos Marañón Fútbol y cine
OPINIÓN

Salir del armario en la Nova Creu Alta

Salir del armario en la Nova Creu Alta
Salir del armario en la Nova Creu Alta
Salir del armario en la Nova Creu Alta

¡Albricias! Hay una revolución (y una revelación) futbolística en una de las seis historias de Barcelona, nit d'estiu (Barcelona, noche de verano), el largometraje que acaba de estrenar el joven cineasta Dani de la Orden. Entre los personajes atrapados por sus sentimientos en una larga noche de verano en la ciudad condal encontramos un futbolista del Centre d'Esports Sabadell que afronta su fichaje por el FC Barcelona. La Nova Creu Alta, el coqueto estadio del carismático equipo arlequinado es el escenario de una secuencia futbolera (un tanto absurda: parece un entrenamiento, el campo está vacío, pero lucen las camisetas de jugar los domingos), pero la cosa, aunque con la verosimilitud futbolera maltrecha, afortunadamente no se queda ahí: la película se atreve a plantear el tema del outing de los futbolistas, es decir, si hay futbolistas homosexuales, y si deben hacer pública su opción sexual.

Interpretado por el actor Álex Monner (tiene poca estampa de pelotero, la verdad), Jordi mantiene una relación sentimental secreta con un compañero de equipo en Sabadell (Marc, interpretado por Lucho Fernández, que sí da el pego físicamente como de futbolista). Ante su fichaje por el Barça, Marc plantea a Jordi que debe hacer pública su homosexualidad, sobre todo cuando su representante le pide que la siga ocultando. La película es valiente, teniendo en cuenta el poder fagocitador del Barça y su hegemonía casi monolítica en la sociedad catalana, y sorprende porque no deja demasiado bien parado al club: si se enteran en el Barça, viene a decir esta especie de manager, pararán el fichaje. Hay una línea de guión particularmente crítica: "El himno dice 'Tant se val d'on venim (da igual de donde vengas), eso sí, mientras no seas maricón", coronado por un "Tienen un patrocinador de Oriente Medio".

La temática gay en el fútbol, con la polémica sobre la salida del armario de los futbolistas, se ha abordado en el cine a través de la película islandesa Eleven Men Out, la alemana Männer Wie Wir (Guys and Balls), la británica KickOff y algún que otro personaje suelto aquí y allá (hay quién dice incluso que el goleador de José Suárez de Once pares de botas debe su rebeldía a una homosexualidad reprimida). En el caso de Barcelona, nit d'estiu, más allá de reivindicaciones sociales, prima el romance: el amor y el fútbol van a entrar en competencia. La relación entre los dos futbolistas se enrarece conforme se confirma su fichaje, hasta llegar al sensacional "No me hagas elegir entre el Barça y tú", preámbulo de un giro final donde, por supuesto, Jordi acaba eligiendo. Cómo no.

[Bonus Track] Muy lejos de esta visión de la sexualidad del siglo XXI, la Nova Creu Alta de Sabadell era también escenario de La Liga no es cosa de hombres: aquella película de los años del destape dirigida por un Ignacio F. Iquino en declive allá por 1972 (una época de esplendor del club vallesano, por cierto, que competía en Primera División). Eran otros tiempos, la caspa nos invadía, y ni siquiera el gracejo de Cassen o Mary Santpere evita el sonrojo que produce ver a Casto Sendra travestido en un equipo de chicas luciendo muslamen. Como no pudieron rodar en el Camp Nou de Barcelona, rodaron en Sabadell (ver minuto 2:43 en el video, ese gol de Cassen es en la Creu Alta) e insertaban después imágenes de las tribunas del estadio del FC Barcelona como si tal cosa. Con lo pinturero que fue siempre el querido estadio de la Creu Alta. Al parecer, era pequeño para tanta caspa como querían meter en la peli.

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