Carlos Marañón Fútbol y cine
OPINIÓN

Robin Williams: poesía, fútbol y carpe diem

Robin Williams: poesía, fútbol y carpe diem
Robin Williams: poesía, fútbol y carpe diem
Robin Williams: poesía, fútbol y carpe diem

Para mí Robin Williams será siempre el Señor Keating, ese profesor que combinó como nadie balompié y carpe diem. El maestro de El club de los poetas muertos era un tipo raro que enseñaba a amar la poesía a través de la pelota, que hacía recitar versos ("El gato esperó un rato" era un poema, sí) para golpear mejor el esférico, que organizaba pachangas con la Novena Sinfonía de Beethoven, que, en fin, supo mantener el honor del fútbol en un colegio de niños ricos de Nueva Inglaterra cuando aquel extraño deporte de europeos ya empezaba a no importarle a nadie en EE UU.

Hay varios momentos muy futboleros en la película de Peter Weir. El libro de graduación del profesor Keating y un par de buenas secuencias a balonazos, al menos. Nadie suele recordar que incluso la imagen del póster pertenece a uno de ellos: Robin Williams/Keating sacado a hombros del terreno de juego por sus alumnos, futbolistas, voluntariosos, pésimos, con botas de baloncesto. Un clásico.

Robin Williams: poesía, fútbol y carpe diem

Recuerdo haber visto El club de los poetas muertos durante unas vacaciones de Semana Santa en Andorra, en los cines Principat. Tendría yo 14 años y estaba a mi rollo: no pensaba más que en el fútbol y en alguna chavala. Vista hoy la película, alguno podrá pensar que el homenaje a Espartaco es tramposón y que el filme es sensiblero y resulta empalagoso. Es fácil decirlo ahora, 25 años después, pero en aquel 1989, al salir de ver la peli, insospechadamente, me empeñé en ser Knox Overstreet (mi favorito, interpretado por el gran Josh Charles). Quería escaparme de la Academia Welton después de jugar al fútbol con Neil Perry, Todd Anderson y toda la cuadrilla de Nowanda, con dos cojones, sólo para ir a decirle a la chica de mis sueños que me gustaba. Corriendo, para aprovechar el momento. El cine empezaba a hacer efecto.

Nunca olvidaremos a su señor Keating, míster Williams. Y muchas gracias por todo. De aquí también va a salir usted a hombros, como merece.

[La pachanga con la Novena de Beethoven]

[Escena del recital de poesía futbolero]

BONUS TRACK: 3 minutos de monólogo de Robin Williams sobre el fútbol (durante el Mundial de Francia 1998)

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