Paco Delgado: las claves del vestuario de 'Los miserables'

Es el favorito en todas las quinielas. Le preguntes a quien le preguntes entre Nueva York y Los Ángeles te dice que Paco Delgado es quien debería llevarse este año el Oscar al mejor vestuario por su trabajo en Los miserables. A él no le gusta hablar mucho del tema, le haría mucha ilusión, claro, pero hacer esta película ya ha sido el premio. "Si me nominan fenomenal y si no me nominan también, trabajar aquí ya me ha abierto muchas puertas", nos dice Paco Delgado. Sus grandes competidores serán Lincoln y Anna Karenina. Éste último, quizá el más espectacular, es en el que confiaban como propuesta clásica, pero ha fallado en taquilla y crítica y eso le quita muchos puntos, dicen las malas lenguas.

Paco Delgado se formó en Barcelona y en Londres, donde llegó por una beca. En los teatros de la capital inglesa empezó su carrera como diseñador de vestuario ("mucho Shakespeare, teatro clásico, isabelino"). Durante los 12 años que estuvo allí, iba y venía a España para trabajar de ayudante de figurinistas como Lala Huete o Sonia Grande. Hasta que un día Álex de la Iglesia (con quien lleva trabajando hasta hoy que ha vestido a Las brujas de Zugarramurdi) le llamó para encargarle a él el vestuario de La comunidad (2000). En 2003 Pedro Almodóvar le llamó para La mala educación y él decidió que era el momento de volverse a España. Precisamente su trabajo en La piel que habito fue la catapulta por la que Tom Hooper se interesó en Delgado para un anuncio que el director recientemente oscarizado entonces por El discurso del Rey vino a rodar a Cádiz. "Cuando acabamos me dijo que si me interesaría hacer una película con él". Meses después volvía a instalarse en Londres casi un año para encargarse del proyecto más grande con el que se había cruzado hasta ahora, Los miserables.

Hablé con Paco Delgado justo antes de emprender su primer viaje a Los Ángeles y empezar la intensa promoción en EE UU. Aún no había visto la película y me dio las claves de este inmenso trabajo por el que sigue encabezando la carrera a los Oscar y que mañana, por fin, se estrena en cines en EE UU, España y casi todo el mundo.

Realismo: "Es lo primero de lo que me habló Tom [Hooper]. Quería que la película tuviese una base muy realista, pero al mismo tiempo que fuera algo con imaginación, puesto que un musical, algo no real. Un balance entre la realidad y la imaginación [algo que también venía de hacer en Blancanieves, de Pablo Berger]. Tom además quería color, que no nos dejáramos llevar por la tristeza de la película y se volviera todo gris". Fantine (Anne Hathaway) aporta el color en la fábrica; los estudiantes visten la tricromía de la bandera francesa, las calles están llenas de color a pesar del horrible momento que retrata la historia...

Influencias: "Sólo fui a ver el montaje que hay ahora mismo en Londres, y porque me lo pidieron los productores [que también son productores de la obra]. Me pasé un fin de semane entero en el Louvre tomando notas y sacando fotos de los cuadros más famosos y de otros no tanto pero que retrataban la vida cotidiana. Todo lo que se ve en la película está sacado de Delacroix, Courbet, Goya y, sobre todo, Ingres, uno de los pintores que más me ha influido siempre en mi trabajo". También visitó museso de moda y casas de vestuario en Londres, Madrid o París para buscar y ver tejidos, telas, texturas de la época (el siglo XIX en Francia).

La ambientación de la ropa: "Era una de las cosas que Tom tenía más claro: la ropa necesitaba estar muy ambientada [tratada, envejecida...]. El propio título ya lo dice Los miserables. Es la ropa de un momento en el que París era una de las metrópolis más importantes del mundo pero era donde había una de las niveles más altos de pobreza. Francia vivía un momento horrible. Y todo eso se tenía que reflejar en la ropa".

El trabajo con los actores: "Mi trabajo es a muchas bandas: lees el guión, hablas con el director, con el diseñador de producción, con el operador, con los actores... Estos últimos en general creo que han estado muy contentos con su ropa, creo que les ha ayudado muchísimo con sus personajes. Yo les enseñaba lo que iba a hacer y ellos te hacen sugerencias. Por ejemplo, Hugh Jackman quería que su ropa estuviera más acolchada, parecer más grande para demostrar el ascenso social de su personaje Jean Valjean".

Sus favoritos: "Me gusta mucho la ropa de Anne [Hathaway]. Su vestuario lo fuimos ensombreciendo, oscureciendo el cálido rosa inicial, donde destaca entre la fábrica, para destacar la evolución trágica y extrema delgadez de Fantine". "También me gusta mucho el de Amanda Seyfried [Cosette]. Y los Thénardier [foto arriba con Helena Bonham Carter] fueron los más divertidos porque su comicidad dentro de la historia te permite jugar más".

Cifras desconocidas: "Había días que vestíamos casi a mil personas en el set. Es una dimensión desconocida para mí y para el cine español. En total habremos vestido a unas 4.500 personas. Hemos hecho más de 1.500 trajes...". "Cornejo [la sastrería española] hizo cerca de 800 trajes, toda la figuración, los estudiantes, algunos uniformes, los mendigos, las mujeres de la fábrica...". Paco Delgado dibujaba él mismo sus figurines jugando con los bloques de color y las formas y cortes sencillos, su marca personal. Él mismo diseñó los trajes de los protagonistas.

Russell Crowe: "Ha sido el único que se ha llevado una versión de cada uno de sus uniformes para su museo personal. Siempre se lleva algo de sus películas". "El resto del vestuario no sé qué pasará con él, se lo queda la productora, no tengo ni idea de dónde lo guardan. Si la película tiene éxito quizá algún día hagan una exposición.

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