OPINIÓN

Metal Gear Solid V: The Phantom Pain. Obra Maestra.

Metal Gear Solid V: The Phantom Pain. Obra Maestra.
Metal Gear Solid V: The Phantom Pain. Obra Maestra.
Metal Gear Solid V: The Phantom Pain. Obra Maestra.

Kojima se describe a sí mismo como un 70% de película. El 30% restante debe ser pura genialidad con gafas. Sólo así se explica su firma en un juego que supone el cierre (de momento) de una de las mejores sagas de la historia de los videojuegos, y un título que puede ser ya considerado como una obra maestra.

Será su puesta en escena, esos toques en la banda sonora que son puro Carpenter, su sentido del humor o la pasión por el detalle y las ideas inteligentes. Será su jugabilidad. Será su trama, sus personajes. Su capacidad para meterte en la acción. Será el cómo el juego se adapta al estilo del jugador, y no al revés. Será lo que sea. Sobran los motivos y cada quién tendrá el suyo propio: Metal Gear Solid V es una genialidad. Uno de esos títulos que desde el primer día de llegar a la estanterías de las tiendas ha ascendido a un nivel de existencia superior reservado sólo para la élite de la élite. Si existe un juego perfecto, está en esa corta lista. Puede que sea éste juego.

Una review difícil de hacer la de Metal Gear Solid V (MGSV). Puedo decir que tiene una de las mejores introducciones que he visto en 30 años en el mundo de los videojuegos, si no la mejor. Un primer episodio que te deja con la boca abierta tras exclamar “Madre de Dick”. Y sí, soy un fan de la saga, pero da igual porque este título aspira a mucho más que llenar el hueco recurrente en el corazón de los fanboys. MGSV tiene la saga de la que es heredera como protagonista, evidentemente, pero su planteamiento práctico y argumental está pensado para todo tipo de jugadores. Si bien se trata de un “simulador táctico de infiltración militar”, puedes afrontar el juego a lo loco, haciendo saltar todo por los aires. Que tal vez no sea la manera más práctica de jugar, pero sí la más espectacular. Y la más difícil de llevar a buen puerto. También puedes apostar por un enfoque estratégico, armarte de paciencia (y silenciadores para tu arma) y dedicarte a pasar muchas horas apostado tras una esquina esperando el mejor momento para realizar tu próximo movimiento con sigilo felino y prudencia extrema. En cualquier caso, hay un momento y una misión para todo.

Tendrás que viajar por todo el mundo realizando misiones pensadas para deslizarse como una sombra nocturna en una base enemiga y rescatar a un prisionero sin dejar ningún tipo de evidencia de tu presencia, o destruir un tanque (algo difícilmente disimulable) y tratar de sobrevivir al contraataque del enemigo mientras huyes como un loco hasta el punto de extracción Las posibilidades son muchas, variadas y rejugables. MGSV seguramente sea uno de los juegos más grandes (por extensión y durabilidad) y que más oportunidades ofrece de rejugar los mismos escenarios sin aburrirte ni una vez. Pero el juego no consiste sólo en convertirte en el famoso Snake y cumplir el gran número de misiones secundarias y principales que irán apareciendo a lo largo del juego. Tendrás que mejorar tu equipo, y para eso necesitarás recursos. Y para conseguir recursos no te vale sólo con lo que logres rapiñar aquí y allá robando al enemigo. Tendrás que montar tu propio ejército mercenario, enviar equipos a misiones, y con esos recursos, contratar más personal, mejorar tu base y sus infraestructura, invertir con criterio en todo tipo de mejoras…

Por ejemplo, tendrás que invertir parte de los materiales y el dinero que consigas en mejorar las armas y la equipación de tus compañeros. Porque esta vez Snake no está sólo: desde un caballo que le servirá para desplazarse ágilmente por los enormes mapas, a un carismático y letal perro tuerto que te ayudará a explorar el terreno; de la infalible francotiradora preferida de todos los gamers, Quiet, al versátil robot motorizado que resulta casi un imparable tanque en miniatura. Su ayuda será opcional, pero inestimable para conseguir realizar algunas misiones muy problemáticas. Mejora tus armas, tu uniforme, tu equipo secundario, y viaja a exóticos escenarios. Elige bien qué vas a llevar al campo de batalla y déjate arrastrar por una de las mejores experiencias de la historia del videojuego. Explorar el terrero, observa al enemigo, piensa un plan, piensa un “plan B” por si la cosa no funciona, aprieta los dientes y conviértete en una leyenda.

Técnicamente el juego es una maravilla que demuestra que cuando te sobra talento y cuentas con un equipo creativo inteligente y motivado no necesitas recurrir a terceros. Kojima se saca de la manga un potentísimo motor gráfico, Fox Engine (que ya pudimos ver en acción en Ground Zeroes), que tiene un rendimiento maravilloso en las consolas de nueva generación. No sólo el aspecto de los personajes, tanto protagonistas como PNJ, es maravilloso. también el de los escenarios, la iluminación, los objetos, el paso de las horas, la climatología, las texturas… Sin olvidarnos del sonido y de la música. Todo funciona tan bien, que MGSV es una de las experiencias audiovisuales definitivas de esta generación. No estoy exagerando.

Para terminar de redondear el título, MGSV cuenta con ese toque de autor que sólo tienen las obras maestras, sea cual sea su género. Lo que Kojima ha dado a este juego va más allá del argumento, la dirección o la estética cinematográfica. Son las ideas pequeñas pero originales y que aportan “algo” a la experiencia de juego lo que pone a MGSV a otro nivel, como que si Snake realiza muchas misiones sin pasar por la base a ducharse, su uniforme y su aspecto irá demacrándose tanto que empezarán a acudir moscas a su alrededor. Lo que afectará a la moral de sus tropas cuando interaccionen con él. Tendrás que que pasar horas arrastrándote por el fango mientras buscas a un intérprete a quien reclutar para tu ejército para que pueda hacer traducción simultánea de este o aquel idioma cuando interrogues a los prisioneros enemigos. ¿Y qué harás luego con ellos, los matarás a sangre fría o simplemente los dejarás inconscientes? Hagas lo que hagas, esconde siempre el cuerpo... Puedes personalizar tus armas, desde los complementos al color, o el logo de tu ejército, que verás en todos los uniformes y en tu base.

¿Y qué decir del dispositivo Fulton? Un sistema que permite extraer del campo de batalla todo tipo de recursos, desde personal a animales salvajes (que una ONG ecologista te pagará por recoger), vehículos o material bélico con el que fortalecer las defensas de tu base. También regresan viejos conocidos de la saga, como las famosas cajas en las que Snake puede esconderse, o una de las novedades que más me han gustado: las casetes de música. Puedes robarlas de las radios de los campos enemigos y escucharlas en tu walkman cuando quieras. O mejor: ponerla en tu helicóptero de apoyo y que suene siempre que el transporte te deposite o te recoja del escenario o te apoye atacando al enemigo. ¿Sabes lo que es ametrallar una base hostil en plena tormenta nocturna mientras por los altavoces de tu helicóptero de ataque pintado a tu gusto suena ‘The Final Countdown” de Europe? IMPAGABLE.

Para terminar, y sólo de pasada, para no caer en la tentación de dejar ningún spoiler que arruine la experiencia a ningún jugador, diré que ojalá Hollywood contara con guionistas como Kojima y su equipo. Son implacables, son inteligentes, son divertidos, son crudos, son sinceros. Son magistrales. Como Metal Gear Solid V: The Phantom Pain: OBRA MAESTRA.

P.D: Tiene multijugador en red. Despídete de tus seres queridos.

Esto es Bazinga!, donde nunca olvidaremos que una vez jugamos a Metal Gear Solid V.

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