OPINIÓN

Matthias Schoenaerts y Adèle Exarchopoulos, las promesas presentes del cine europeo

Matthias Schoenaerts y Adèle Exarchopoulos, las promesas presentes del cine europeo
Matthias Schoenaerts y Adèle Exarchopoulos, las promesas presentes del cine europeo
Matthias Schoenaerts y Adèle Exarchopoulos, las promesas presentes del cine europeo

CINEMANÍA les pilló en el pasado Festival de Toronto, donde llegaban después de promocionar El fiel en Venecia y en Bélgica. A Adèle Exarchopoulos el jet lag le pesaba tanto que ni la hamburguesa con patatas de la que solo quedan las migas y manchas de kétchup la había resucitado. Matthias Schoenaerts, en cambio, lo debía de haber combatido con bien de cafeína, y le sobraba energía para aguantar varias horas de entrevistas.

A ella con un chándal verde y grandes pendientes le faltaba tumbarse en el sofá [de hecho, según contó una compañera periodista, en la anterior entrevista, lo había hecho], él salta y se mueve sin parar. Ella contesta lo justo, él se enrolla y enrolla sin perder el hilo, ni irse demasiado lejos de la pregunta… Bueno, un poco, lo que provoca risitas en la actriz.

Su química es casi mayor aún en persona, que en pantalla, aunque tras verles juntos, como un gangster él y como una piloto de coches ella, en El fiel, apetece verles mucho más juntos. Después de pasar 20 minutos surrealistas con ellos en persona, apetece irse de fiesta con ellos.

Así se conocieron ellos, de fiesta. “Sabíamos que íbamos a trabajar juntos, teníamos cada uno una película en Cannes, nos encontramos en alguna fiesta cuando ya estábamos algo contentillos y nos abrazamos durante varios minutos”, explica Schoenaerts emocionado. “Esa fue la primera vez que nos vimos. Fue bastante mono, la verdad”.

Matthias Schoenaerts y Adèle Exarchopoulos, las promesas presentes del cine europeo

Michaël R. Roskam, el director belga que lanzó a la fama mundial a Schoenaerts con Bullhead, después de le dirigió en su debut americano, La entrega y ahora repite en este drama de acción en francés, no les había hecho audición, ni ensayó con ellos, los escogió por separado e intuyó que se entenderían. “La química la construyes, pero también está ahí, cada uno alimenta su personaje y luego lo compartes. Y para nosotros fue bastante natural, estábamos en el mismo baile, en el mismo ritmo”, dice Exarchopoulos, que saltó a la fama mundial solo un año después que él, en 2013, con La vida de Adèle.

Aunque él lleve muchos más años trabajando [a los ocho debutó con su padre, también actor], los dos comparten muchas cosas. Desde un apellido impronunciable. “Yo soy la única persona en el mundo que sé pronunciar Exarchopoulos”, dice el actor belga y lo demuestra, mientras ella le mira escéptica y le dice en francés “Pas mal”.

Matthias Schoenaerts y Adèle Exarchopoulos, las promesas presentes del cine europeo

Durante la entrevista interrumpen la charla para hablarse entre ellos en francés, Adèle se siente mucho más cómoda, y él habla cinco idiomas perfectamente, pero el francés y el flamenco son sus primeros. Eso les diferencia, pero se parecen en su ambición de trabajar allá donde puedan, y seguir viviendo en Europa. Los dos comparten directores soñados: “Pedro Almodóvar”, dice Adèle. Y él asiente apasionado. “Scorsese, Ken Loach”; sigue ella, y él sigue asintiendo. “Andrea Arnold”, añade Matthias y Adèle dice: “Me encantó Fish Tank”.

Si algo les distingue es que Adèle se está tomando su carrera con más calma, desde el boom que vivió con su debut. Mientras que a él le faltan horas y días. “Algún día me gustaría incluso dirigir. Necesito días de 72 horas y necesito cumplir 500 años. Entonces seré capaz de hacer todo lo que quiero hacer. Eso es lo único que me preocupa: que no tendré tiempo de hacer todo lo que quiero. Así que o me vuelvo loco, o lo acepto”, dice el actor belga. “Y he decidido volverme loco”. Suelta una carcajada y ella se ríe con él.

Matthias Schoenaerts y Adèle Exarchopoulos, las promesas presentes del cine europeo

En realidad, lleva un rato riéndose con él (¿o de él?), desde que a la pregunta “si la adrenalina les empuja, como a sus personajes en El Fiel”, Schoenaerts ha soltado una reflexión filosófica a una velocidad vertiginosa. “Para mí, como para mi personaje, la inseguridad es donde me siento segura. Aprendo en esa inseguridad”, responde primero Exarchopoulos. Y el actor asiente. “Yo no lo llamaría inseguridad, pero sí me gusta ese lugar desconocido donde me siento seguro”, empieza. “Porque es la única realidad, todo lo que creemos que sabemos es solo una creación, es un concepto falso de seguridad”. Atentos. Adèle empieza a abrir los ojos alucinando con su compañero. “Por supuesto en la vida, lo desconocido puede dar miedo, pero en un espacio creativo es el mejor lugar en el que estar, porque ahí es donde dejas que entre la verdadera creatividad”. Ella asiente, aún sorprendida. Y él continúa. “La verdadera creación debería ser dejar fluir, y para que eso ocurra deberías estar en lo desconocido. Filosóficamente hablando, la interpretación es dejarse llevar, estar aquí, vivir el momento. Es un concepto filosófico, espiritual, como quieras llamarlo. Son formas diferentes para llegar al mismo concepto, que es: solo existe el ahora, el pasado se ha ido, el futuro no ha llegado y lo único que tenemos es el presente. Salta, salta, salta”. Adèle ya se está riendo sin disimulo. “Nosotros como actores es lo que hacemos profesionalmente. Es un lugar maravilloso en el que estar, pero puede ser raro si lo quieres controlar, porque para controlar el ahora, tienes que controlar al otro, y eso es ir contra la vida, y si vas contra la vida, te va a dar lecciones muy jodidas”. La actriz está ya retorcida de la risa en el sofá. Él se ríe también.

Matthias Schoenaerts y Adèle Exarchopoulos, las promesas presentes del cine europeo

Después de esta parrafada, Adèle no ha tenido ya fuerzas para seguir hablando. Y él no ha parado. Los 20 minutos prometidos de entrevista llegan a su fin. Él podría seguir otros 20. A ella, después de mirar su móvil varias veces, le falta dormirse. Entra la publicista para despedirnos y les dice a ellos: “Sois libres”. Saltan como un resorte y lo celebran entre gritos. Se parecen mucho, mucho.

Mostrar comentarios

Códigos Descuento