OPINIÓN

'Ludo': después de 'Jumanji' llega... el parchís asesino

'Ludo': después de 'Jumanji' llega... el parchís asesino
'Ludo': después de 'Jumanji' llega... el parchís asesino
'Ludo': después de 'Jumanji' llega... el parchís asesino

Creo que está bastante claro que la Jumanji original es la peli de juegos de mesa por excelencia. Tampoco es tan complicado, especialmente cuando hasta la nueva va de un videojuego. El cine y los tableros no se llevan especialmente bien: no es de extrañar, por tanto, que la idea de un “Jumanji malvado” venga de un lugar como la India.

Y no estamos hablando de cualquier juego. Ludo (2015, Qaushiq Mukherjee) parte de una premisa realmente gilipollesca que aquí nos ha fascinado.: un parchís asesino. Un juego indio, como muchos sabréis, y que aquí resulta tiene un origen demoníaco.

Dos amigas se van de pingoneo a la ciudad con sus novios. No solo van vestidas “como guarras” (porque se les ve un poco el ombligo), si no que fuman droga y van a un concierto de rock de esa ye-ye de los jóvenes. Tiene que parecerte encantador que en la India vean un concierto de un grupo a lo Linkin Park (so 90s) como un símbolo de degeneración. Y que no falte el alcohol para completar el cuadro.

Tal es la desvergüenza de los jóvenes de hoy día que ellas las incitan a tener relaciones sexuales. Como es bien sabido, el sexo equivale a jugar a pares o nones con la muerte, no ya en la India, si no en el mundo de las pelis de terror. Las parejas se quedan encerradas en un centro comercial al lado del un hotelillo en el que quieren pecar. Pero no pueden aguantarse y se ponen a montárselo en el propio mal.

Mientras se meten mano, de la nada aparece una vieja siniestra que les invita a… ¡jugar una partida de Parchís! Ojo, que no hablamos siquiera de un juego con algún tipo de trasfondo macabro, aunque sea un Cluedo, o un Misterio. Ni siquiera un Catán. No: el juego propuesto, el que activa las trampas y las ayudas de los espíritus, pero no. Está tuneado, con dados desgastados y aspecto macabro… pero es un puto PARCHÍS.

'Ludo': después de 'Jumanji' llega... el parchís asesino

El juego este transcurre de una manera bastante normal salvo por la fantasma, que recita serie de rimas macabras según el resultado de los dados. Ninguna concluye en “pa tu culo mi aparato”. Eso sí, cuando hay que “comerse una ficha”, hay que darse un morreo… y ahí empieza el miedito. Los resultados del jueguecito traen como resultado muertes bastante gore: lenguas arrancadas, corazones comidos mientras aún laten y cosas así… todo un poco porque sí.

¿Me seguís? Si no es así, no pasa nada, porque tras matar a dos adolescentes, la peli da un cambio tremendo. . De repente y porque sí, la bruja empieza a contarnos su origen y el dichoso tablero maldito… en un flashback de una hora que ocupa EL RESTO DE LA PELÍCULA.

Y por supuesto, la vieja lo cuenta en voz alta, sin nadie que la escuche, para que se entere el espectador. Por lo visto, resulta que el Parchís es “el juego más peligroso del mundo” (¡), custodiado durante siglos por tribus de guardianes, Hasta que, claro, una joven juntó los objetos necesarios para liberarlo y claro, tuvo que abrir la caja de Pandora. A partir de ahí nos cuentan un rollo macabeo de maldiciones, familias ultrajadas y vampiros que se pasan siglos en una cueva jugando al parchís.

Quizá esto es lo más interesante de la película: un juego demoníaco que hay que alimentar con sangre y entrañas (de ahí lo de “comerse una ficha”) y que convierte en vampiros a sus jugadores. Nosotros jugamos desde entonces como recuerdo corrompido de aquel juego maldito. Recordadlo la próxima vez que echéis una partidita con los abuelos en Nochevieja.

'Ludo': después de 'Jumanji' llega... el parchís asesino

La historia del flashback es muy liosa, así que el director opta por tratar de meternos miedo a base de ruidos electrónicos e insertos de caras de fantasmas así en plan susto. Un recurso que ya hemos visto 50.000 veces en pelis. Puede que al principio fuera más interesante, pero hoy día se destapan como bastante irritantes y gratuitas en su intento de dar “miedo porque sí”.

Ludo no es un desastre: el problema es que sus elementos están mezclados de una manera antinatural y forzada. La leyenda del jueguecito es interesante, pero no encaja en el resto del film: ¡casi que hubiera dedicado todo su metraje a contarnos esta historia! Por lo demás, su acabado y recursos de “huy que susto” recuerdan al de un montón de películas similares que hemos visto en occidente. Eso sí: es, probablemente el film indio más gore que he visto, y a día de hoy, algo se agradece. Por cierto: está en Netflix. La puedes ver hoy mismo, aunque igual es mejor esperar a que adapten el Caracassone.

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