OPINIÓN

'Let My Puppets Come': la película con marionetas porno

'Let My Puppets Come': la película con marionetas porno
'Let My Puppets Come': la película con marionetas porno
'Let My Puppets Come': la película con marionetas porno

Troy Parker y Matt Stone  lo sabían bien: nada como coger algo asociado a la infancia, como los títeres, y ponerlos a hacer cosas de persona para shockear al personal. La secuencia más recordada de la estupenda Team América era aquella con las marionetas echando un acrobático polvo. No fueron los primeros, claro: durante la época dorada del porno, Gerard Damiano ya había realizado una película porno, utilizando unas espantosas marionetas que aún causan pesadillas a los cuatro gatos que la vieron.

Damiano es el hombre detrás de la legendaria Garganta profunda (1969), un hitazo XXX del que él vio muy poco dinero. Lejos de conformarse con repetir el éxito de su ópera prima, el tipo trataba de convertirse en un autor. El diablo en la señora Jones era un ejercicio de porno artie y existencialista, y en Let My Puppets Come (1976), decidió tocarle los huevos a los fans de Los Teleñecos con una fábula neoyorkina repleta de sexo explícito. Entre muñecos. Y de paso lo llenó con números musicales, humor grueso y chistecitos sobre el mundo el cine.

Los guiñoles de Damiano eran absolutamente espantosos, burdos y malhablados, como podéis comprobar. Entre el reparto de la película encontramos, directamente, un falo y unas vaginas, parlantes y con ojos que hacen coros a un Pinocho cantante de glam rock. Como lo leéis. Los fabricantes de los muñecos estos no tenían experiencia en su labor, por lo que improvisaron como pudieron la construcción de sus protagonistas. Así les quedaron: en los pequeños presupuestos que movía (y mueve) el porno no se podía pedir más.

let my puppets come 1977

El film trata de una empresa en peligro, cuyo consejo de administración está desesperado por salvarla de las garras de su prestamista, Mr. Big (que es enano, jaja). Tienen que conseguir medio millón de dólares en apenas 24 horas. ¿Cómo lo harán? Jimmy, el mensajero de la empresa tiene una idea: haciendo una peli porno.

lmpc-11

Jimmy se imagina rápidamente como podría ser: con una rubia tetona montándoselo con un perro de peluche. “La audiencia se sentirá identificada con el perro”, dice el chaval Por supuesto, una escena así sería censurada en los EEUU, pero como son muñecos, pues ahí tenemos al chucho dándole a la lengua, cual perro de la mermelada de Ricky Martin.

'Let My Puppets Come': la película con marionetas porno

Los miembros del congreso también proponen sus propias ideas, que consisten en tríos con prostitutas o tirarse a enfermeras con espectaculares y pringosos resultados. Uno llega hasta a proponer una escena entre él mismo y un pez marioneta que le hace una felación. La idea al final es traer a un muñeco llamado “Pornochio”, con nariz creciente incluida.

Falo

La producción de la película ya os podéis imaginar como va: de puta pena. A diferencia de 'La Gran Superproducción' de Superlópez, aquí la mayoría de gags son putaténicos “to the max”, abundando los “cameos” de famosos paridiados, como una cantante negra llamada “Diana Boss”, por ejemplo.  Entre numeritos musicales, porno marionetil y visitas a bares de topless con humanas de verdad, la producción sale a duras penas adelante, pero a nosotros nos da lo mismo. Los chistes son TAN MALOS, y el aspecto general del film tan sórdido, que los apenas 75 minutos del film se llegan a hacer largos y hasta incómodos.

IX1Mf4g

Queda claro que Let My Puppets Come la intención es la de hacer reír, y no trata en ningún momento de excitar al espectador (aunque hay gente para todo). Así, las escenas sexuales, aunque bizarras e incómodas, al menos son cortitas. El problema es que la comedia de la película no funciona. El hilo argumental es más delgado que Abraham Mateo, y la película transcurre como una sucesión de gags con poco que  ver, como si fuera una película de Martes y 13 o Cruz y Raya. Y en general, con la misma gracia: o sea, ninguna. El Pinocho este se dedica a reproducir el chiste ese de “Miente pin y, eso sí, se marca un numerito de rock 70s a lo T-Rex producido por el mismísimo Alan Silvestri, por entonces un joven técnico y compositor de un estudio de sonido de Nueva York. Las fanfarrias de Regreso al futuro quedaban aún lejos.

Por si fuera poco, está dirigida  con una desgana y falta de imaginación alarmante. El plano fijo con los personajes saliendo de una mesa funciona en Barrio Sésamo porque los sketch de los muñecos duran 3 minutos, pero aquí tenemos una hora de plano fijo, o poco más, con algún zoom o primer plano ocasional y arreando. Si el guión era malo, la realización lo hace aún más infumable, con los sosísimos números musicales sufriendo especialmente. Esto no lo aguanta ni Kevin Smith con su profundo amor por los chistes de pollas.

xLhbwwdL.640x360.0

En aquel lejano 1978, nadie se interesó por la película. Clasificada X por sus escenas explícitas (aunque fueran muñecos), el público habitual de las salas porno le dio la espalda. La gente iba a lo que iba. Poco después, se intentó de nuevo, en una versión con las escenas más grimosas recortadas: una vez más se saldó con la indiferencia del público. La idea de ver a una polla con ojos cantando music-hall no parecía demasiado interesante para la época, y pronto quedó relegada a su estatus de rareza. Que no de peli de culto, puesto que este coñazo sin gracia había poco que rescatar.

Damiano volvió a hacer porno chic del que le molaba y no tuvimos más marionetas irreverentes hasta El Fabuloso Mundo de Los Feebles de Peter Jackson, muchísimo más divertida. No: no había ningún “gora Alka-Eta” aquí… por desgracia. Eso sí: entonces igual no estaba en youtube para que lo viera cualquier incauto.

puppets
Mostrar comentarios

Códigos Descuento