La reunión de Monty Python en el Festival de Tribeca

La reunión de Monty Python en  Tribeca es uno de los dos grandes eventos finales del Festival (el otro es la reunión del equipo de Uno de los nuestros tras la proyección de la película en la clausura). Los británicos han venido hasta Nueva York para estrenar el documental Monty Python: The Meaning of Live, sobre su regreso a los escenarios el año pasado y para celebrar el 40 aniversario de Los caballeros de la mesa cuadrada y sus locos seguidores (la película favorita en EE UU: "No sé muy bien por qué es así, en Inglaterra es La vida de Brian", dijo John Cleese) con un pase especial y un ciclo con otras de sus películas. Todo en el marco del Festival.

Los cinco: Eric Idle, Terry Gilliam, Terry Jones, John Cleese y Michael Palin se lo han pasado en grande durante la rueda de prensa de la mañana hablando de su legado ("¿Qué legado?", dijo Idle, "Odio los legados, son sólo para gente como George W. Bush, que se dedican a bombardear países"), de lo que odian a la prensa sensacionalista inglesa que dicen que se odian entre ellos (vistos hoy, es una mentira absoluta. "Sólo discutíamos sobre sillas", dijo Idle) y de sus cómicos favoritos actuales (Eddie Izzard, Steve Coogan y "la universidad de comedia que ha sido Saturday Nigh Live durante estos 40 años", recordó Idle. "Aunque vosotros, americanos –dijo– tenéis todo el humor en vuestros programas de noticias. ¿Qué vais a hacer ahora sin Jon Stewart y sin Colbert?").

También recordaron cuando vinieron en 1975 a estrenar Los caballeros de la mesa cuadrada.

"Creo que fue la primera vez que yo venía a Nueva York", contó Idle. "Pagaron a dos tipos, vestidos con ropas arturinas, para que subieran y bajaran la Quinta Avenida, arrastrando unos cocos con ellos. Y un cartel que decía 'Los caballeros de la mesa cuadrada: cocos gratis para los primeros 1.000 asistentes'. Y al rato dijeron: 'Hay 2.000 personas rodeando el cine esperando por los cocos".

"Entre esa multitud estaban John Belushi, Gilda Radner, Bill Murray… Esos que luego nos barrieron y pasaron con sus carreras, dejándonos en el polvo", recordó Terry Gilliam.

Todos coincidieron, una vez más, que su sketch preferido, el que mejor define todo su humo sigue siendo Fish Slapping.