La quiniela de Gracita Morales (aquella X millonaria del Villarrobledo)

Fue no mucho después de la moral del Alcoyano, lejos aún de los casos milagrosos de Éibar y Villarreal. La noticia surgía cuando una pequeña localidad asaltaba, sin ser capital de provincia y sin aparente tradición futbolera, no ya la inaccesible Primera división, sino la división de plata de nuestro fútbol. A esa mítica lista en la que no olvidamos a Llagostera, Écija, Palamós, Alzira, El Ejido, Mollerussa, Onteniente, Abarán entre otros se unió en la temporada 1961/62 el Villarrobledo, que ascendió al grupo Sur de la Segunda división, entonces, y hasta 1968, partida en dos.

El conjunto albaceteño enseguida concitó la simpatía de todos, máxime cuando se instaló como colista perpetuo de la categoría, en la que sólo logró cuatro victorias (de 2 puntos entonces) y cuatro empates. Acabó último con 12 puntos, pero alcanzó una gran popularidad gracias a una hombrada que fue noticia y acabó en leyenda gracias al poder del cine. Un empate a dos goles ante el Córdoba, líder que finalmente ascendió, hizo estragos en la quiniela, dejando una combinación ganadora millonaria que rápidamente saltó a la prensa de la época. De ahí, el no va más, al personaje de Gracita Morales en Vuelve San Valentín, segunda parte de El día de los enamorados, una de las comedias más populares del cine español. A Gracita, eterna sirvienta de nuestro cine, le toca la quiniela gracias a la X insospechada que le puso al Villarrobledo ante la sorpresa de su novio, el gran Manolo Gómez Bur. El Club Polideportivo Villarrobledo perdió la categoría, pero ganó el cine de barrio con una sonrisa eterna. Señoriiiiito.

*Texto sobre Vuelve San Valentín (Fernando Palacios, 1962) para la revista Panenka #62

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