OPINIÓN

La película de culto definitiva del cine español

20561386

Las cosas que más te obsesionan llegan a tu vida por casualidad. Por ejemplo: la primera vez que esnifé Bisolvón fue sin querer. Y algo así me ha sucedido enfrentándome a El asesino de muñecas. Debía verla para la emisión de Cine Basura en Canal Plus Xtra: un mero vehículo para los chistes ya habituales del programa. "Una más", pensé confiado.

Y de eso nada. No sólo no era una más, sino que he acabado absolutamente obsesionado durante días.

En los últimos años había oído algo sobre la condición de culto del film, pero francamente, no había hecho ni puto caso: las recomendaciones me venían de fuentes de dudosa calidad. Y al final resulta que sí, que mola mazo, y que fascina. Su espeluznante final me atormenta antes a dormirme, y su música resuena una y otra vez en mi cabeza.

Pero lo mejor es que todo esto sucede sin que deje de ser un absoluto desastre, digno de esta sección. Es fácil partirse la caja con ella.

De haber existido los premio Goya en 1974, imaginamos fácilmente que esta cinta jamás había recibido premio alguno, ni nominación. Incluso dudo que Miguel Madrid, su director, hubiera sido invitado a la gala. Y sin embargo, cuarenta años después, aquí estamos todavía hablando de la dichosa El asesino de muñecas. Podría perderme tanto en los detalles que es lo que voy a hacer. Perderme en ellos y resumiros por qué la amo en diez cómodos y sencillos puntos.

La introducción con su director

Madrid, director de escaso y marciano recorrido, no escatima medios para dejar clara que la suya es una obra importante, que ahonda en lo profundo de la mente humana. Tantas ganas tiene de dejarlo claro que lo primero que vemos es a él, presentando la película y explicando DE QUÉ COÑO VA, para que no te líes con la complejidad de sus imágenes. Y nos quejamos de los excesivos subrayados de Interstellar.

El cacao narrativo

avr1ix

El filme cuenta la ¿historia? de Paul, un joven más sonado que un cencerro, con claras tendencias homosexuales y hasta pedófilo, aspirante a cirujano incapaz de ver la sangre y, en general, un tío muy raro. El tipo se dedica a matar chavalas cuando su otra personalidad (su hermana muerta) se apodera de ella. Por ahí andarán también una marquesa que se lo quiere chuscar y su hija, la tabla de salvación del chico que lucha por llevar una "vida normal". Esto os lo cuento yo muy contento después de haber visto este invento cuatro veces en un mes.

Durante la mayoría del metraje no sabes donde coño están los personajes, o cuanto tiempo ha pasado entre una escena y otra, ni por qué los personajes se comportan como lo hacen, ni nada de nada. Madrid, autor también del guión (en fin), demostraría en el resto de su filmografía que, efectivamente, lo de contar una historia no era su fuerte. En este caso, juega a favor del filme, que se desvela tan loco como el protagonista, y garantiza momentos de risa nerviosa ante tanto desconcierto.

La música de Santisteban

El rey del "sonido dabadá" crea aquí una de sus obras magnas. Totalmente acorde con el tono de la película, kitch, romántica y perturbadora a partes iguales e ideal para ilustrar los delirios del pobre Paul. Mucho tardan en descubrirla los montadores de ¿Quién quiere casarse con nuestro hijo?

La sobreactuación de David Rocha

28ti521

El joven gay que compone David Rocha no está muy lejos de los chistes de Arévalo o de Alfredo Landa en No desearás el vecino del quinto. Amanerado hasta la médula, el protagonista protagoniza momentos hilarantes cuando algo le contraria, al salir corriendo como alma que lleva el diablo. Delirantes las escenas en las que aparece corriendo por desesperado por la calle, mostrando toda su pluma, y con los transeúntes alucinando ante semejante visión. Por no hablar de que está todo el rato en calzoncillos, o directamente desnudo. ¡Grande Rocha!

Su incorrección política

No se puede dejar de valorar las narices que tuvo Miguel Madrid al unir tantísimos fetichismos y parafilias. El momento en el que Paul se aprieta gustoso con el niño es uno de los highlights de la película, pero además de esas escenas pedófilas tenemos momentos también con necrofilia, travestismo, fetichismo. Añadan algunos momentos misóginos, otros gore, la carga homosexual del filme y esos jóvenes ninis que van por ahí “drogados” e imaginarán que le dejó el culo torcido tanto a crítica como a público.

El momento del grupo pop

A wild popband appears! Una cosa es que los jóvenes utilicen el patio de la marquesa para trincar. Y otra es que monten hasta conciertos. Una alucinadísima banda de rock a lo Lone Star aparece de repente de golpe y porrazo, con bailarinas incluidas, tocando una versión moderna y con letra de Para Elisa. Ellos van drogados, y el espectador quizá no, pero como si lo fuera.

La presencia de Inma de Santis

La guapísima y malograda Inma de Santis tiene aquí uno de sus primeros papeles, como amante del zumbadísimo protagonista, enseñando sus turgentes pechos con apenas 14 años. Aprovechad para ver la peli antes de que sea ilegal.

Su ambientación francesa

Que la censura obligara al director a ambientas la cosa en Francia (en España no podían pasar estas cosas) Hasta el turista más despistado ha visitado el Parque Güell o la Ciudadela, por decir un par. Que divertido es ver a los protagonistas dando vueltas en sus inmediaciones: ¿dejarían las autoridades grabar ahí hoy día? Los vecinos de Sitges y Castedefells también pueden jugar a reconocer los parajes. Y lo mejor es que encaja con el tono alucinado que impregna todo.

Su estudio psicológico

Al margen del catálogo de tendencias perturbadas, lo cierto es que el tema de la doble personalidad está descrita de manera muy interesante. Tanto que al final goza de culto entre los fans de las psicología y la criminología. Mi amiga Esther Checa, psicóloga y enamorada de este film, me comenta que “el protagonista, educado como una niña está traumatizado al ser educado como otro sexo, no se puede ver definido en ninguno de los dos y lo vive a través del travestismo, los maniquíes, las muñecas, las pelucas… Su hermana es su alter ego, es la asesina a través de la que explota su psicopatía. Es un delirio sistematizado a través del que pierde la noción de realidad y eso le desespera. Durante todo el film trata de deshacerse de su otro yo (esas duchas), pero la otra personalidad es más fuerte que él y acaba por terminar con lo que más quería, la amenaza para su otro yo”. Pues eso. Casi na.

El tremebundo final

Debo decir que ando trastornado con este final. Cuando Paul comprende que ha asesinado a su querida niña, su única oportunidad de redención, termina por perder la chabeta. Su maniquí arde, el fantasma de su hermana ríe en su cabeza, su mundo da vueltas y la música de Santisteban atruena. Y el letrero con el “Fin” desaparece adentrándose cerca de su boca. La primera vez me dio risa, pero la segunda me puso los pelos de punta. ¡Reglups!

Desde aquí os recomiendo que hagáis un intento de ver El asesino de muñecas, o si podéis hasta pillaros el DVD, porque creo que mucho vais a disfrutarla tanto como yo, tanto en sus momentos hilarantes como perturbadoras. Es tan fascinante como risible, tan cutre como hermosa, y por ello se puede proyectar tanto en la filmoteca como en la Cutre-Con. Un verdadero caso de doble personalidad.

asesino-muc3a3c2b1ecas-b
Mostrar comentarios

Códigos Descuento