OPINIÓN

'La noche de los pollos vivientes': el musical más repugnante de la historia

'La noche de los pollos vivientes': el musical más repugnante de la historia
'La noche de los pollos vivientes': el musical más repugnante de la historia
'La noche de los pollos vivientes': el musical más repugnante de la historia

¿Ha conseguido Lalaland que os intereséis por los viejos musicales? En realidad, este género nunca desapareció, aunque llegó a ser una mera etiqueta utilizada para hacer gracia, sinónimo de ranciedad. Films de género Hard Rock Zombies o La colonia nudista de la muerte la utilizaban con ese film jocoso, ambos reseñadas por aquí y con resultados mediocres. Pero en pleno 2006, Troma estrenó una producción que no solo recuperaba este concepto, sino también la guarrería que caracterizó a sus pelis de los 80. El resultado fue este Poultrygeist: Night of the chicken dead (2006, Lloyd Kaufman) del que hablamos hoy.

Para saber por dónde van a ir los tiros, nada mejor que observar como arranca la trama. La cinta comienza con los protagonistas follando en un cementerio. Como es de esperar, en breve resucitan unos muertos, molestos o incluso envidiosos. Para rematar el cuadro… ¡también pasa por ahí un psicópata! Este tipo acaba mal, y en cuestión de cinco minutos ya hemos visto tetas, culos, un tipo masturbándose y un puño de zombie que se mete por su ano y le saca los intestinos. Empezamos bien.

El argumento de la película viene a ser algo así: Tromaville está en pie de guerra. La inauguración de una franquicia de pollo frito es todo un acontecimiento en la ciudad: los veganos entre ellos nuestra muy concienciada protagonista, quieren vetar su apertura. Para desesperación de nuestra colorista protagonista, su novio ha entrado a currar en este establecimiento.

Pero los malvados empresarios han cometido el error de construir el restaurante sobre un viejo cementerio indio. Y ya se sabe que nada bueno puede pasar si construyes algo ahí: que algo va a salir mal. En este caso, la maldición alcanza a la comida, a esos pollos que devorarán los consumidores.

Cualquier que coma aquí se acabará convirtiendo en un zombie. Y un montón de gente pasa por el Burger de la muerte éste, donde están pasando cosas MUY TURBIAS, casi siempre relacionadas con fluidos corporales. ¿Sobrevivirá la pareja protagonista? Esta premisa es una excusa para llenarlo todo de gore, casquería, zombis, gordos cagando, vómitos, tetas, semen, maquillajes penosos… Y en medio de todo esto, NÚMEROS MUSICALES, claro que sí. Uno cantado por el propio director de la peli y todo.

'La noche de los pollos vivientes': el musical más repugnante de la historia

La película es ante todo y sobre todo, un auténtico festival de humor grueso. Esto, por si mismo, no está mal: un buen chiste de pedos sigue siendo un buen chiste. Lo malo es que, cuando te cuentan cincuenta veces el mismo chiste, no puedes evitar decir “para, que ya me lo sé”. Y Kauffman no para. Sigue una y otra y otra vez haciendo los mismos chistes hasta que te aburres. A la tercera vez que un tío que se masturba muere con el pene arrancado es inevitable resoplar un “¿otra vez?”. Y eso por no hablar de un cierto número de chistes fusilados a otras producciones…

'La noche de los pollos vivientes': el musical más repugnante de la historia

Está claro que para su director representaba un regreso a los viejos tiempos en los que la Troma, el gore y la mierda en pantalla, tenían un punto transgresor que fue perdiendo con el tiempo. El tipo no deja títere con cabeza: como un buen episodio de South Park, todo el mundo recibe. Los veganos quedan como unos idiotas, pero la industria de la comida rápida y su falta de escrúpulos idiotas. Jóvenes, adultos, negros y blancos, árabes y cristianos: todo el mundo es gilipollas, cínico y miserable en el universo de Kaufman.

En los mejores momentos, sí que es cierto que se logra canalizar el viejo espíritu de Mutantes en la universidad o El Vengador Tóxico, película genuinamente divertidas y honestas en su mezcla de gore, terror, comedia y denuncia inane. En otros, el siempre cutre recurso de los cameos de famosetes, las cancioncillas y la impostura de tratar de asquear al espectador adocenado de 2006 consigue que la película resulte pesada y cansina.

Poultrygeist es demasiado larga, y a esto contribuye esta obsesión de Kaufman con colar los numeritos musicales de las narices: “JAJAJAJA, ES UN MUSICAL GORE”. Sí, ya… es un buen gancho, desde luego. Pero el film sufre por ello, haciéndose demasiado largo (más de 100 minutos para semejante recital de chorradas). Las canciones no son divertidas ni ingeniosas, con las palabrotas como único recurso, y su puesta en escena no es especialmente ocurrente. De hecho, el propio Kaufman parece que se da cuenta de ello, y estos desaparecen en la segunda mitad de la película, hasta un numerito final muy a La tienda de los horrores.

Eso sí: la última media hora, un recital de asquerosidades como no se veía desde Braindead, resulta trepidante y hasta agotadora, y consigue que termines con la sensación de, al menos, haber visto algo memorable. El film está lleno de mierda, pero deja buen sabor de boca.

El viejo Kaufman se dedicó a vender el éxito de la película para crear algún tipo de hype. ¡En cuanto a taquilla por sala, tuvo la media más rentable de todo el país! 12.000$ por pantalla. Claro que solo se estrenó en una sala, con lo cual la recaudación total en cines fue apenas de unos 20.000$ en total. No importaba: la noticia es la noticia y Poultrygeist pasó a la memoria como un éxito para la Troma… que no fue tal.

En realidad, esta “tromada” quedó rápidamente en el olvido, un comeback fallido, una propuesta con aciertos pero que se hace pesadita ante la repetición de ideas. El chaval que se ríe con el “cine malo que te ríes por lo cutre” prefiere una buena peli de tiburones con CGI a esto. Y el fan veterano ya lo ha visto, de manera más concisa y simpática.

Poultrygeist es regulera y falta de carácter para abrazar plenamente su condición de musical. Pero entretiene por momentos, y tiene un acto final que compensa. Si además os conectáis con cosas como La fiesta de las salchichas o echáis de menos los viejos tiempos de El vengador tóxico, pasaréis un ratito entretenido con esto. Teniendo en cuenta la media de los films que comentamos hoy, ya es algo.

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