Carlos Marañón Fútbol y cine
OPINIÓN

La guerra del fútbol

La guerra del fútbol
La guerra del fútbol
La guerra del fútbol

Otro día hablamos de los posters de la películas reales de fútbol. Que son finos. Pero hace un tiempo descubrí esta versión cachonda del póster de Gallipoli, ese peliculón (pese al trailer) australiano de Peter Weir (sólo por Master&Commander ya deberían ponerle un monumento) que si fuese norteamericano (Weir y el peliculón, los dos) habría ganado 7 Oscar. Aparte de poner en la pista de lanzamiento al estrellato a Mel Gibson, que sé que a alguno le joderá (ingratos: ¿no disfrutasteis de Arma Letal?) lo cierto es que en la película no juegan al fútbol ni siquiera en los ratos muertos de las trincheras, como sí hacían en el Somme en la I Guera Mundial, y hasta con el enemigo (lo vemos, aunque regular, en Feliz Navidad, ese pastiche de coproducción europea), pero la gracia del cartelico, con ese Tango divino a punto de de caramelo para controlar con el pecho, cuela.

Goalipoli. Je.

Ya os podéis imaginar de dónde sale esto: gente de esa que tiene tiempo p'aburrir, que va y se pone a adaptar carteles de cine a versiones deportivas de las películas. Echadle un vistazo. Hay otro más de fútbol [aquí, junto a la genialidad del tenis de mesa], que no está mal, muy rollo Beckham, pero me quedo con Goalipoli, que parece más de fútbol ochentero. Fenómenos.

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