La Civil War china: Popeye contra James Bond

¡La Civil War china ya está aquí! En realidad, llegó hace muchos años y al público eligió dos bandos: el que asistía estupefacto al enfrentamiento entre dos bandos de personajes legendarios y el que no podía dejar de partirse la caja. Es el efecto que El dragón ataca (Li san jiao wei zhen di yu men, Law Kwi) viene provocando desde 1977. Y estoy seguro que al espectador medio le puede seguir alucinando por igual.

Estamos, posiblemente, ante una de las pelis más desvergonzadas de la historia, y la exploitation de Bruce Lee más loca e infame de la historia. Que ya es decir. El argumento es simple a la par que absurdo: Bruce Lee ha muerto, y su alma llega al inframundo. Pero no va a poder descansar en paz: un grupo de famosos villanos conspiran para derrocar al rey de este “purgatorio” y tomar el poder. Bruce Lee pronto se aliará contra estos traidores. ¿Quién ganará?

Los dos bandos se dividen de esta manera (CHOOSE YOUR SIDE!)

LOS BUENOS

Bruce Lee

Popeye (es chino)

El pequeño saltamontes

El Espadachín manco

LOS MALVADOS

El Padrino

El Exorcista

James Bond

Emmanuel

Drácula

Clint Eastwood

Zatoichi

Desde luego, el otro mundo cambia a cualquiera. No es ya que James Bond o El Exorcista (¿) se vuelvan malos. Es que además personajes de dibujos como Popeye SE CONVIERTEN EN SERES HUMANOS. No sólo eso: ¡los personajes occidentales se convierten en CHINOS! Todo queda explicado en un sonrojante diálogo: cuando muere una persona se producen cambios en su rostro y en su cuerpo. Por eso Bruce Lee no se parece en nada, el Padrino es oriental, Emmanuel tiene cara de drogada y James Bond tiene patillas…. Y Drácula puede pasearse a plena luz del día. Ah, que se supone que es EL ALMA lo que va al otro mundo. En fin.

Recién llegado, Bruce Lee se pone a hacer apuestas por la calle y decide montar un gimnasio: las típicas cosas que te apetecen hacer nada más morirte. No es de extrañar que los malos se mosqueen y prueben diferentes maneras de acabar con él y sus amigos: desde enviar a otros guerreros a intentar que Emmnauel le seduzca. Nada servirá y Bruce irá derrotando con todos los malvados a base de coreografías chapuceras y golpes chorras.

El duelo final tendrá lugar, como no, en algún tipo de cantera, con todos los malos reunidos y Drácula mandando a sus momias para acabar con él, que se ve que también le obedecen. Drácula, señor de los muertos egipcios.

Como os podéis imaginar, todos los personajes son tratados con menos respetos que en Dragon Ball Evolution, comenzando por el propio Bruce, aquí interpretado por Bruce Liang, con un parecido similar al que tendría tu tío Pepe. El legendario representado como un chulo camorrista y absolutamente egocéntrico: vacila hasta al propio juez del infierno, se pelea con todo el mundo y su dormitorio está decorado con posters suyos.

Pensada como una comedia, la película es un sin dios de situaciones absurdas y personajes gilipollas. Desde esqueletos que hablan porque sí a diálogos sobre penes y vaginas dignos de los vídeos Kira Sensei, todo vale para intentar hacer reír al espectador. El momento más recordado es cuando Bruce, con las dos piernas atrapadas, proporciona a Drácula un golpe inesperado con “la tercera pierna de Bruce”, rompiendo el mito sobre los atributos de los orientales. Tócate los cojones, mariloli.

La película suele fracasar en sus intentos de hacer reír, pero eso no significa que el espectador se aburra: todo lo contrario. Aunque los chistes son malísimos, la cantidad de situaciones bizarras y personajes míticos hace que funcione por mera acumulación. La sonrisa nunca desaparece de la cara del espectador, y eso es ya un logro que hay que respetar: han pasado 40 años y sigue siendo tan marciana como siempre.

Obviamente, una reunión de semejantes personajes solo se podía plantear desde la guasa: hoy día habrían necesitado tres películas para presentar los personajes y un metraje de más de dos horas para casar todas las tramas, que tampoco acabarían por tener mucho sentido.

Por eso, hoy y siempre, Bruce Lee se mea en el Capitán América, Superman y quién haga falta, aquí, en el purgatorio y en Cazuelilla de la Montaña. Como decía un amigo en el cole: “me cojo a Fei Long y te hundo, payaso”.