OPINIÓN

Killzone Shadowfall

Killzone Shadowfall
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Killzone Shadowfall

Killzone es una de esas sagas, que sin ser una de las franquicias de más éxito del mundo de los videojuegos, lleva una década dando guerra. Guerra futurista y espacial.

El por qué Killzone ha sabido conquistar el corazón de una una legión de fans a la sombra incluso de otras sagas más prominentes de la casa, como God of War o Uncharted, se basa en tres punto: personalidad, calidad y épica.

En el saturadísimo mercado de los videojuegos, y en el especialmente repetitivo género de los shooters en primera persona, cuesta encontrar entre tanto despliegue bélico, juegos que ofrezcan algo más que avanzar esquivando balas. No diremos que eso no nos guste, pero desde luego a estas alturas hay que darle al jugador algo más. Bioshock Infinite lo hizo, y ha sido un éxito. Killzone Shadowfall también lo tiene.

La acción se sitúa en un futuro distante. Han pasado casi 20 años desde los hechos narrados en Killzone 3. Nuestros protagonistas consiguieron una pírrica victoria, acabó la guerra que hasta entonces había sido el eje central de la saga. La vida sigue y los dos bandos han llegado a convivir en una calma tensa. Una especie de Guerra Fría materializada en forma de inmenso muro (muy a lo Muro de Berlín, muy a lo Canción de Hielo y Fuego) que separa un gran territorio repartido entre los dos bandos.

Evidentemente la cosa no quedará ahí y el conflicto se reabrirá, para disfrute de los jugadores. Volveremos a visitar parajes impresionantes y a hacer picadillo a nuestros vecinos de los abrigos, las máscaras y los ojos naranjas. Hay pocos shooters que sepan mantener una personalidad tan sólida entrega tras entrega, consiguiendo que cualquier imagen del juego que veamos sea inmediatamente reconocible.

Killzone Shadowfall

En estos momentos, en el que además de lanzar un juego tras otro sin mayor innovación, y como churros, es normal que nos encontremos títulos que ya el mismo día del lanzamiento necesitan de algún tipo de parche o actualización. Ya tampoco nos sorprende cuando incluso en juegos de primerísima fila, que han pasado años en desarrollo, nos encontramos con bugs y fallos de programación terribles, desde el simpático personaje que queda atrapado dentro de un muro o dando vueltas frenéticamente en el aire, a niveles que se cuelgan o partidas que no se salvan correctamente. Guerrilla Games vive para Killzone. Y eso se nota, porque el juego llega a los puntos de venta en un estado óptimo. Es cierto que si uno los busca, encontrará algún pequeño fallo, pero son muy pocos y costará encontrarlos. El juego es sólido, funciona perfectamente y está tratado con mimo. Es cierto, por ejemplo, que en algunos momentos existe un pop-in de texturas. Pero también que los tiempos de carga entre niveles son mínimos. Y estamos hablando de niveles bastante grandes, y llenos de detalles.

El salto a la nueva generación ha hecho que Killzone tenga uno de los mejores acabados visuales que hemos visto en la “nueva generación”. Las texturas, los alucinantes efectos de iluminación y atmosféricos… Sí, esto empieza a parecerse a lo que nos prometieron cuando anunciaron las nuevas consolas. Personalmente me he sorprendido, y muy gratamente, ya que el material promocional del juego está muy por debajo de los niveles de espectacularidad que Killzone Shadow Fall ofrece. En su momento vimos mucho gameplay de una zona boscosa cerca de una catarata, y la verdad, es que no era para tanto, ni muchísimo menos. Decir que nos dejó a todos fríos es ser generoso.

Pero Killzone Shadow Fall atesora los que, de momento, han sido los momentos más espectaculares e impresionantes de las nuevas consolas que hemos visto en Bazinga. Uno de esos momentos, que será recordado durante mucho tiempo, está protagonizado por un salto al límite desde una plataforma espacial sobre un planeta que se hace, literalmente, pedazos. Descender entre restos en llamas para comenzar a esquivar edificios que se derrumban sobre nosotros y tocar tierra para encontrarnos en una ciudad bajo los efectos de graves anomalías gravitacionales ha sido impresionante. Y gratificante. También lo son las grande batallas campales, las misiones de infiltración, las huidas y los entornos en gravedad cero. De propina, un modo multijugador frenético.

Killzone Shadowfall

Killzone Shadow Fall llega sin hacer demasiado ruido, pero es sin duda el juego imprescindible para todos aquellos jugadores que están estrenando sus Playstation 4.

También es un juego que puede ayudar a decidirse a aquellos que todavía no se han decantado.

Esto es BAZINGA!, donde esperamos que las únicas guerras del futuro sean las de los videojuegos.

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