Carlos Marañón Fútbol y cine
OPINIÓN

Joe Rígoli + Johan Cruyff = Mister Krif

Joe Rígoli + Johan Cruyff = Mister Krif
Joe Rígoli + Johan Cruyff = Mister Krif
Joe Rígoli + Johan Cruyff = Mister Krif

No me puedo quitar de la cabeza que el cómico Joe Rígoli ha muerto el mismo día que el guardameta nigeriano que jugó en el Rayo Vallecano, Wilfred. No dejo de darle vueltas a la coincidente desgracia. Triunfadores en lo suyo, arrolladores en su día, ambos acabaron en la indigencia y fallecieron solos. Por su mala cabeza, tal vez, pero también, según todos los testimonios que ha recogido hoy la prensa en los diferentes obituarios, por su generosidad. Unos alegrapobres, que diría mi abuela Elisa.

misterkriff

Wilfred Agbonavbare no hizo cine, pero Joe Rígoli sí fue futbolista en una comedia titulada Bienvenido, Mister Krif, del director argentino afincado en España durante algunos años Tulio Demicheli, un experto en coproducciones con Argentina, México, Italia y España (debutó con melodramas como Arrabalera y llegó a dirigir la versión mexicana de Los renglones torcidos de Dios). La llegada de Johan Cruyff al Fútbol Club Barcelona (ganó la Liga 1973/74, la del 0-5 en el Bernabéu) se conviertió en un fenómeno (del que el documental L'últim partit analizó y celebró sus 40 años hace unos meses) que no podía librarse de una parodia en aquellos años de aperturismo controlado en la España de los últimos días de Franco. Así, la narizota de Joe Rígoli era la perfecta para recrear libremente el perfil del futbolista holandés que revolucionó el fútbol español, casi tanto como el plan Marshall. Lástima que Rafael Azcona y Berlanga tuviesen mejores cosas que hacer.

Rígoli, que llegó a España de la mano de Chicho Ibáñez Serrador, se hizo popular con su personaje de Felipito Takatún (y su muletilla "Yo sigo") en el Un, dos, tres... responda otra vez. Trabajó también en uno de esos magazines dominicales de mesa camilla, Tarde para todos o, ya en los ochenta, donde yo le recuerdo, en el concurso Lápiz y papel. El actor argentino no se prodigó mucho en el cine español (en Argentina hizo pequeñas apariciones en los sesenta): debutó en El padrino y sus ahijadas (1974), junto a Tip y Coll y el incipiente destape de La Polaca e Ingrid Garbo, coincidiendo ya con su popularidad televisiva; hizo del consabido Mister Krif (un trabajo del que apenas hay imágenes), y después fue El pobrecito Draculín (1977) y tuvo papel en Mi mujer no es mi señora. Antes de volver a Argentina apareció en La de Troya en el Palmar, donde coincidió, ahí es nada, con Cassen y Nadiuska. regresó hace unos cuantos años para la coproducción animada Pérez, el ratoncito de tus sueños y su secuela. Fueron sus últimas apariciones en el cine, donde nunca tuvo tanto protagonismo como en aquel despelote que desplegó Tulio Demicheli, entre muslámenes y chistes rancios, por el campo cachondo y tardofranquista que fue Bienvenido, Mister Krif.

P. D. Al gran Pere Vall, que estuvo al quite para que no olvidase escribir estas líneas.

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