Carlos Marañón Fútbol y cine
OPINIÓN

Futboleros tranquilos, goles salvajes (Dennis Hopper, hincha del Manchester United)

Futboleros tranquilos, goles salvajes (Dennis Hopper, hincha del Manchester United)
Futboleros tranquilos, goles salvajes (Dennis Hopper, hincha del Manchester United)
Futboleros tranquilos, goles salvajes (Dennis Hopper, hincha del Manchester United)

Futboleros tranquilos, goles salvajes. Dennis Hopper tampoco tenía mucha pinta de ser futbolero. Si al menos hubiese nacido en Boston, o en algún otro rincón de Nueva Inglaterra. O si tal vez tuviera una ascendencia mexicana secreta. Pero no, un tipo que nació en Dodge City, como si fuese hijo del mismísimo western, no podía tener ni puta idea de balompié. Lo que pasa es que a Dennis le iba la marcha, y ese toque neoyorquino que prendió en él desde que lo echaron de Hollywood por pegarse farras con James Dean sin tener su jeta ni su talento, le abrió la mente. La mente y los bolsillos, porque en los últimos años de su carrera no se perdió una, y todas cobrando.

Como su cameo en Entourage (El séquito), en la temporada 4, episodio 3, titulado Malibooty. El tipo nos hizo creer a todos que era un hincha del Manchester de pura cepa, de tomarse pintas con los colegas. Vamosvenga, en realidad era un apostador nato. Cuando Vince, el prota de la serie, en una de esas jornadas suyas que nunca sabes cómo ni dónde van a acabar, aparece, de la mano de una morena, en casa de Dennis Hopper, ni se imagina que van a acabar apostando en un partido televisado… del Manchester United. Dennis ha apostado un millón de dólares a favor de los diablos rojos y le dice, con toda su jeta, a Vince que meta otros 100 mil. Vince ni siquiera tiene esa pasta [sigue]. “El Manchester United tiene los mejores lanzadores de penaltis”, le anima Dennis Hopper, en una de los diálogos menos futboleras que recuerdo. Lo más redondo que habían visto estos dos era un bazooka. Y como el fútbol es así, y asá, Ruud Van Nistelrooy se pega el cantazo y falla la pena máxima ante el Aston Villa. Se la para Brad Friedel, el veterano portero norteamericano, la única excusa que explica el guiño yankee a tanto soccer en prime time. O no, en realidad se estaban descojonando de nuestro deporte rey: tuvieron que elegir al tipo más canalla, al más bala perdida, al único outsider del sistema para que hiciese de aficionado a nuestro fútbol en Hollywood. A estos norteamericanos se les entiende todo. Sólo por eso, Dennis, ya te debo una. Gracias por defender nuestro honor. Descansa en paz, y prueba con el 1X2.

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