El primer figurante sin frase (pero con gol)

Los buenos artículos, como las buenas novelas o las buenas películas (¿y las buenas personas?), suelen abrirte la mente: te zarandean y te llevan de aquí para allá, desde donde pensabas que se acababa tu mundo hasta donde se descubre un nuevo horizonte. Algo así me pasó el otro día con la entrevista que el maestro Ladislao J. Moñino (@Lafolhaseca) le hizo en el diario El País a José Carlos, futbolista del Rayo Vallecano nacido en Minas de Ríotinto (Huelva), la cuna del fútbol español. Además de un dato precioso y evocador que le daba a la entrevista un aire muy poco transitado, el colofón lo ponía un dato futbolerocinéfilo que nos llevaba a recordar una película española sobre fútbol muy poco recordada (es de 2005), pero ciertamente meritoria: Fútbol, el nacimiento de una pasión [en este enlace de RTVE puede verse casi íntegramente].

Aquel esforzado recorrido por la historia del fútbol, hecho a través de recreaciones históricas de los principales momentos en los que el hombre se echó un esférico a los pies, tenía un punto didáctico que lo hacía muy interesante para los que empiezan a preguntarse por los orígenes de este deporte más allá del día a día de la actualidad. Su director, Jesús Sánchez Romeva, ayudado por un buen trabajo de documentación, recorrió medio mundo (de las pirámides mexicanas a Florencia pasando por la Inglaterra profunda desde donde se propagó el antecedente popular de este deporte regulado en los colleges británicos) localizando lugares en los que hubo avances balompédicos que nos acercan a lo que hoy es el fútbol moderno (tantas veces odioso, ciertamente), representado en sus últimas estampas por una noche de partido en el Santiago Bernabéu.

Una de aquellas recreaciones cinematográficas tenía lugar en las minas de Ríotinto, en Huelva, donde los ingenieros ingleses que gestionaban la extracción de carbón empezaron a jugar al football a finales del s. XIX, ante la atónita mirada de los lugareños, que acabaron por unirse a la fiesta del balón, hasta terminar formando entre todos el Recreation Football Club, lo que hoy es el Recreativo de Huelva, decano del nuestro fútbol (sin pretender entrar en polémica con algunas teorías que afirman que el primer club fue el Palamós C. de F.).

Romeva rodó un partido de fútbol en un campo de tierra en Ríotinto, con jugadores locales ataviados con las equipaciones clásicas de los pioneros del fútbol. Entre aquellos figurantes estaba, curiosamente, José Carlos, que en el verano de aquel rodaje tendría unos 17 años y todavía jugaba en el juvenil del Recre, antes de fichar por las categorías inferiores del Sevilla F.C., un detalle que ha descubierto el gran Ladislao Moñino y del que el hoy futbolista del Rayo guarda algunos recuerdos que destaca en la entrevista: “Nos pusieron unos calzones largos y bigote para imitar a los futbolistas de la época. Fue un acontecimiento en todo el pueblo, hasta nos pagaron algo de dinero por participar”. Sin saberlo, José Carlos acababa de inventar para la historia del cine el puesto defigurante sin frase, pero con gol.

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