OPINIÓN

El John Travolta italiano baila con Paolo Vasile

El John Travolta italiano baila con Paolo Vasile
El John Travolta italiano baila con Paolo Vasile
El John Travolta italiano baila con Paolo Vasile

Los lectores más jóvenes no se pueden ni imaginar el impacto que tuvo Fiebre del sábado noche (John Badham) en 1977. La cosa va más allá de arrasar en taquilla: hace que explote definitivamente en todo el mundo un tipo de música, pone de moda las discos 70s, una manera de vestir, de bailar... Y cómo no, afianza un género, las “disco-movies”, que sería explotado durante años por todo tipo de imitadores. Hasta en España tuvimos nuestros Travoltas patrios, salidos de concursos de baile de Aplauso. Pero ninguna es tan jeta y caradura como John Travolto y su insólito destino: en aquella época, poca gente tenía tanto morro como los italianos.

01

El film basa todo su atractivo en un sólo factor: lo protagoniza un tipo muy parecido a Travolta. Pero MUY PARECIDO. El tipo se llamaba Giusseppe Spezzia y tuvo sus 15 minutos de fama durante algunos meses de 1977, cuando la película de Borham reventaba la taquilla. De hecho... ¡en realidad la película se inspira en la propia historia de Spezzia. El chico trabajaba tranquilamente, efectivamente, de cocinero en Sicilia, hasta que se estrenó Fiebre del sábado noche y sus vecinos se percataron de su asombroso parecido con el actor norteamericano.

Los periódicos locales comenzaron a dedicarle algún artículo, a modo de curiosidad. En poco tiempo estaba haciendo apariciones en TV. Fue alguna de esas apariciones la que puso en funcionamiento el cerebro de Neri Parenti, director y responsable del guión, y la que le ganó su primer (y último) papel en el mundo del cine.

02

Como los italianos son jetas pero tampoco gilipollas, tenían muy claro que partiendo de la base de usar un “clon” de Travolta la película no podía ser otra cosa que una comedia. Spezia es el chef de un hotel donde una joven DJ, nada menos que Ciccolina, pasa las noches petando las pistas de baile con su selección musical. El chico se enamora hasta las trancas de ella, pero no tiene ninguna posibilidad. En la misma discoteca, nuestro protagonista se hace amigo de un grupo de jóvenes bailones, absolutamente entregados al mundo del disco y fans acérrimos de Fiebre... que se percatan del enorme parecido del tipo con actor estadounidense.

Son ellos los que urden el plan para ligarse a Ciccolina: primero le educan en el evangelio de Travolta, y después le afeitan y le visten como al ídolo, sin olvidar enseñarle algunos pasos de baile. El siguiente paso el alojarle en ese mismo hotel y hacer que corra la voz. Para colmo de males... ¡el verdadero Travolta se aloja en su mismo hotel! Las confusiones están garantizadas, y el clímax, con pelea cómica al más puro estilo Bud Spencer, pues también.

El film se gestó a partir de alguna de esas apariciones en TV del chico, y a la televisión se dedicaría el encargado de la música, tan imprescindible en un film discotequero. ¡Nada más y nada menos que Paolo Basile! El hoy jefazo de Telecinco se encarga de la música de la película y además, lo hace bien. Eso sí: el tema que más se disfruta es el 'Disco Quando' de Tony Renis, una versión horterilla del “dime cuando tu vendráaaas”.

04

Basile prosperó, pero de Spezzia nunca más se supo. Imaginamos que volvió a su Sicilia natal a seguir cocinando, eso sí, con algo más de dinero en el bolsillo y buenas anécdotas que contar. Su único título no es más que una cuchufleta para que todos los responsables se ganen la vida durante el rodaje y poco más. No hace mucha gracia pero es divertida de ver al menos un vez en la vida, captura un momento muy concreto y breve de la cultura pop del pasado siglo, y eso ya es algo.

El John Travolta italiano baila con Paolo Vasile

Para su primerizo director (y con casi toda seguridad, impulsor del proyecto), Parenti, fue una experiencia más satisfactoria. Tras años como ayudante de cámara de Pasquale Festa Campanile en films como El cínico y la casada, se le consideró apto para debutar a los 29 años. Fue el inicio de una larguísima carrera, encuadrada siempre en la comedia: dirigió y escribió varias entregas del personaje Fantozzi y fue el responsable del debut en pantalla grande de Frazzia, un pobre hombre italiano ya popular en TV y que le consiguió un enorme éxito de taquilla.

Entre el resto del reparto, mucho habitual de la comedia italiana de la época. Destaquemos aquí a una Ciccolinna, aún firmando como Iona Staller, y apunto de saltar a la fama como pornstar, cantante y luego, diputada. Aquí está joven y simpática y muy mona, dentro de ese mohín de “gilipochaaaaas” que siempre ha tenido. Destacar también la presencia de Massimo Vanni, un rostro más que familiar para cualquier fan de la explotación del país. Especialista en mil películas y héroe de acción en films como Zombie 3 (Lucio Fulci, 1988) o Año 225 después del holocausto (Bruno Mattei, 1984), tiene aquí una oportunidad de explorar su bis cómica, con buenos resultados. Qué queréis que os diga: el tipo me cae muy bien.

El John Travolta italiano baila con Paolo Vasile

Él me cae bien, y la película es un pequeño fetiche personal. De hecho, cuando visité Roma, tuve la suerte de poder visitar el lugar donde se rodó la película: la vi con un amigo italiano y su (ahora ex) novia Marie, que no tardó en identificar el escenario del film como... ¡el Hotel Palace, precisamente el sitio en el que trabajaba! Uno de los mejores hoteles de Italia tuvo que soportar la visita de un grupo de raros más interesados en el rodaje de una exploitation 70s que en las obras de arte que colgaban en las paredes. Poco nos faltó para imitar a Trav... digo, a Giuseppe Especcia, en los lujosos pasillos del local.

Mostrar comentarios

Códigos Descuento